Es Tiempo de Conectar, agosto 08

¿Cómo oír la voz de Dios?

Cuando disponemos nuestro corazón para oír la voz de Dios, existen algunas señales que nos dan la seguridad de nunca confundir la voz de Dios con la nuestra, la del mundo que nos rodea o la del mismo Satanás cuando pretende engañarnos.

¿Cómo sabemos que es Dios quien nos habla?

1. Cuando la voz que oímos está de acuerdo con la Palabra de Dios.

Sabemos que Dios nos ha hablado, cuando lo que oímos tiene el espíritu y está de acuerdo con la Biblia.

¿Quién confirma y relaciona esas dos cosas? El Espíritu Santo, el autor de la escritura y encargado de manifestar la voz de Dios en nuestro corazón.

2 Timoteo 3.16 dice que “Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.”

La Biblia fue inspirada por Dios, lo cual implica que el Espíritu Santo sopló sobre las escrituras, es decir, Él motivó y dirigió a los autores humanos.

El Espíritu Santo nunca se contradice a sí mismo; Él no nos hará oír algo que no esté de acuerdo a la Palabra de Dios

Satanás es experto en tratar de imitar y falsificar la voz de Dios.

Isaías 8:19 dice:

“Tal vez alguien les diga: «Preguntemos a los médiums y a los que consultan los espíritus de los muertos; con sus susurros y balbuceos nos dirán qué debemos hacer». Pero ¿acaso no deberá el pueblo pedirle a Dios que lo guíe? ¿Deberían los vivos buscar orientación de los muertos?”

¿Cuáles son las consecuencias de oír voces falsas?

Isaías 8:21-22 dice:

“Irán de un lugar a otro, fatigados y hambrientos. Y porque tienen hambre, se pondrán furiosos y maldecirán a su rey y a su Dios. Levantarán la mirada al cielo y luego la bajarán a la tierra, pero dondequiera que miren habrá problemas, angustia y una oscura desesperación. Serán lanzados a las tinieblas de afuera.”

¿Cuáles son los resultados de caminar conforme a las Escrituras?

Salmos 119:105 dice: “Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino.”

Si decimos que hemos oído la voz de Dios, el mensaje debe estar en total acuerdo con las Santas Escrituras.

2. La confirmación de las circunstancias.

En Jeremías 32:6-9 encontramos:

“En ese tiempo el Señor me envió un mensaje. Me dijo: «Tu primo Hanameel, hijo de Salum, vendrá y te dirá: “Compra mi terreno en Anatot. Por ley tienes derecho a comprarlo antes de que lo ofrezca a algún otro”».

Entonces, así como el Señor dijo que haría, mi primo Hanameel vino y me visitó en la cárcel. Me dijo: «Por favor compra mi terreno en Anatot en la tierra de Benjamín. Por ley tienes el derecho de comprarlo antes de que lo ofrezca a algún otro, así que cómpralo para ti».

Entonces supe que el mensaje que había oído era del Señor. Así que compré el terreno en Anatot pagándole a Hanameel diecisiete piezas de plata.”

Jeremías estaba en la cárcel y veía cumplir la palabra que él mismo había profetizado.

”Entonces conocí que esta era la palabra de Dios,” Una vez oyó esta Palabra, no estaba completamente seguro, sin embargo la guardó en su corazón; tiempo después su tío vino a la prisión y le ofreció la heredad que Dios ya le había mencionado; eso fue una confirmación circunstancial para Jeremías.

Cuando Dios nos pide que hagamos algo extraño o inesperado, necesitamos confirmación.

3. La paz de Dios en nuestro corazón

La voz de Dios siempre produce paz.

Colosenses 3:15-16 dice:

“Y que la paz que viene de Cristo gobierne en sus corazones. Pues, como miembros de un mismo cuerpo, ustedes son llamados a vivir en paz. Y sean siempre agradecidos. Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que Él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido.”

La palabra gobierne significa actuar como árbitro o juez para decidir ciertos asuntos.

La Biblia Amplificada dice que nosotros tenemos un árbitro, un juez define lo que no podemos decidir. Ese árbitro es la paz de Dios; cuando esa paz no está allí, debemos tener cuidado.

4. La confirmación de la comunidad de fe.

Tres relaciones especiales por medio de las cuales podemos sentir la voz de Dios.

Pastor y ovejas:

Hebreos 13:7 dice: “Acuérdense de los líderes que les enseñaron la palabra de Dios. Piensen en todo lo bueno que haya resultado de su vida y sigan el ejemplo de su fe.”

La palabra acuérdate significa respeto, una consideración respetuosa en este caso es tener respeto por los líderes. Si Dios le habla por medio de su líder, debe confirmarle lo que Dios le está diciendo.

Cónyuge:

Será bueno escuchar a nuestras esposas, nos ahorraríamos muchos errores y muchas frustraciones.

De las esposas, Efesios 5:22-24 nos dice: “sométase cada una a su marido como al Señor, porque el marido es la cabeza de su esposa como Cristo es cabeza de la iglesia. Él es el Salvador de su cuerpo, que es la iglesia. Así como la iglesia se somete a Cristo, de igual manera la esposa debe someterse en todo a su marido.”

Es peligroso, para una mujer de Dios, reclamar que oyó la voz de Dios y tomar una decisión aunque su esposo no esté de acuerdo. La mujer que dice: “voy a hacer esto, no importa lo que mi esposo diga,” quizás no fue Dios el que le habló y puede resultar en una actitud de rebelión y los rebeldes no oyen a Dios.

Padres e hijos: Efesios 6:1 “Hijos, obedezcan a sus padres porque ustedes pertenecen al Señor, pues esto es lo correcto.”

Debemos esperar oír a Dios por medio de estas relaciones y tener cuidado de no ignorar o desatender estas relaciones.

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