
Es Tiempo de Conectar, febrero 08
Dios te anhela
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” Juan 3:16.
Qué descanso es saber que Dios no es como un motor arriba en el cielo que transmite energía, desentendido de nuestros asuntos, que creó el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos y después se fue para otra parte lejana del cosmos para seguir entretenido expandiendo la creación, y nos dejó aquí para que nos defendamos como podamos.
Nos dice Juan inspirado por el Espíritu Santo que nos amó de tal manera que dio a Su Hijo.
Dios amó de tal manera porque su naturaleza es amar, la manera en que Él nos ama es diferente a la manera en que nosotros amamos. Él no puede dejar de amar porque es quien Él es, es su identidad.
“El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.” 1 Juan 4:8.
“La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios,
no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y se hizo semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!” Filipenses 2: 5-8.
El amor no se impone a nadie, los que vienen a Él lo hacen en respuesta a Su amor.
El amor de Dios muestra bondad hacia todos.
El amor hace bien a todos, sin parcialidad.
El amor no codicia lo que otros tienen, vive con contentamiento, no se compara y no se queja.
El amor no demanda obediencia primero.
Es asombroso que Dios no sólo nos ama sino que nos da Su Espíritu para que tengamos la capacidad de amar a otros sin condiciones de la manera como Él lo hace, amar a nuestro cónyuge, un compañero de trabajo difícil, un amigo o familiar pertinente, etc.
Y no para allí sino que Dios anhela que gente de toda raza, pueblo y nación levante su mirada a Él, que acepte el regalo del amor en Cristo Jesús. De la India, de la China, grupo indígenas, bandas criminales.
Es por esto que Mateo cierra su evangelio en el capítulo 28: 18-20, con las siguientes palabras:
“…Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.”
Vayan y proclamen el amor de Dios, no se queden callados y hagan todo esfuerzo para que otros se den cuenta que son amados y que se pueden rendir ante el gran amor de Dios en Cristo Jesús.
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser. ” 1 Corintios 13:4-8.
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