▷Las promesas de Dios se cumplen

Es Tiempo de Conectar, febrero 08

Las promesas de Dios se cumplen

«Por lo tanto, adviérteles que así dice el Señor omnipotente: Mis palabras se cumplirán sin retraso: Yo cumpliré con lo que digo. Lo afirma el Señor omnipotente.» Ezequiel 12:28 NBD.

Las promesas de Dios no tardan en cumplirse. Ninguna de Sus promesas regresa vacía o cae en tierra, todas darán fruto porque todas se cumplen.

Dios te promete que todo lo que se había tardado en cumplir en tu vida, ¡Se cumplirá! 

¿Tienes una Palabra de Dios para tu matrimonio? Se va a cumplir.

¿Tienes una Palabra de Dios acerca de tu hijo? Se va a cumplir. 

¿Tienes una Palabra de Dios de «cero» deudas? Se va a cumplir.

¿Tienes una Palabra de Dios de que va a llegar tu sanidad? Se va a cumplir.

¿Tienes una Palabra de Dios de que vas a prosperar en tus negocios? Se va a cumplir.

Porque en el reloj de Dios ha llegado el tiempo del cumplimiento de la bendición.

Cuando yo tenía 19 años, Dios me dio la siguiente promesa:

“Si tú de mañana buscares a Dios, y rogares al Todopoderoso;

Si fueres limpio y recto, ciertamente luego se despertará por ti,

y hará próspera la morada de tu justicia y aunque tu principio haya sido pequeño,

Tu postrer estado será muy grande.” Job 8:5-7.

Procura que Dios te hable, que te dé una promesa.

Hechos 13:34 dice, “Te haré las mismas promesas que hice a David; promesas especiales, promesas que se cumplirán.”

Las promesas que Dios tiene para ti son especiales.

Las promesas de Dios nunca tienen tiempo de expiración.

Dios sigue siendo el Dios que hizo llover maná del cielo. 

Dios sigue siendo el Dios que derrotó a todos sus enemigos. 

Dios sigue siendo el Dios que mató al gigante Goliat.

Dios es el Dios que hizo que un hombre anciano como Abraham fuera Padre de multitudes.

Ese es tu Dios, un Dios que salva, que sana, te defiende y te quiere dar una promesa especial para todos los días del año.

Cuando tienes una promesa, esa es tu herencia, es decir, tienes un derecho, un título legal, como hijo sobre las propiedades de tu Padre.

Proverbios 16:3, “Pon todo lo que hagas en manos del Señor, y tus planes tendrán éxito.” 

Cuando toda tu vida está en las manos de Dios, milagros suceden.

Pon todo en las manos de Dios.

Leemos en Mateo 14: 13 que cuando Jesús hizo el milagro de alimentar a más de cinco mil personas, sólo había cinco panes y dos peces pero que en las manos de Dios alimentaron  a estas multitudes y hubo de sobra. ¡Eso se llama ABUNDANCIA!

Pedro, el pescador, tenía en sus manos redes vacías pero en las manos de Jesús las redes se llenaron de tal manera que se rompían y tuvieron que llamar a otros para que les ayudaran a arrastrarlas a la orilla; de la misma manera tendrás tanta bendición que vas a poder compartir con otros.

En nuestras manos, las cosas nos podrán salir bien pero en las manos de Dios todo lo que hagamos va a prosperar. No importa el tamaño de lo que tienes sino en las manos de quién lo pones.

Nuestra confianza en Dios debe estar por encima de la confianza en nosotros mismos.

Confía en el Señor todos los días.

“Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza. Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto.” Jeremías 17:7-8.

El depósito de tu confianza en Dios generará grandes resultados. Serás bendito en el campo, bendito en tu trabajo, bendito en tu familia. Cuando pones toda tu confianza en Dios, no dejarás de producir fruto.

Salmos 108:13 “Con la ayuda de Dios, haremos cosas poderosas, pues él pisoteará a nuestros enemigos.”

Dios te dice: No más sueños frustrados sino que tendrás promesas cumplidas.

No le tengas temor a los que se te oponen, porque con la ayuda de Dios pisotearás a cualquier enemigo que se te aparezca en el camino. 

Dios promete y su record de cumplimiento es perfecto, no lo dudes. Lo que Dios le prometió a Abraham, también te pertenece. A él le dijo: » De cierto te bendeciré, te voy a favorecer donde vayas, te multiplicaré en gran manera.»

Dios se ha propuesto bendecirte, otros estaban primero que tú pero es a ti a quien Dios quiere bendecir.

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