Es Tiempo de Conectar, enero 09
Cielos Abiertos
Juan 1:44-55,
“Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro. Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.
Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve.
Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño. Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.
Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.
Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás. Y le dijo: «De cierto, de cierto os digo: De aquí en adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre.”
El cielo es un lugar hermoso, es todo y más de lo que un ser humano podría soñar o imaginar. Es allí donde se hace la voluntad de Dios sin interferencias, es allí donde están todas las bendiciones de Dios que necesitamos, entonces tenemos que traer el cielo aquí a la tierra.
Hoy es un día de muy buenas noticias, Dios quiere que sepas que cosas mayores verás, ¡No has visto nada aún!
Cuando los cielos se abren es que estamos entrando a otra temporada. Una nueva estación espiritual, nuevos tiempos, un nuevo comienzo.
Sin importar la temporada que estás viviendo, ¡hoy hay un CAMBIO!
Ezequiel 34:26,
«Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán.»
Existen infinidad de bendiciones cuando hay cielos abiertos.
Es con cielos abiertos que está a nuestra disposición el favor y la gracia inmerecida de Dios.
Tu OBEDIENCIA y HUMILDAD abren los cielos.
Mateo 3:16,
«Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.»
Cuando Jesús se bautizó nos dice que “subió”
¿Por qué diría que subió?
Porque antes había descendido; la vida de Jesús siempre fue marcada por la obediencia y la humildad.
Totalmente en contra de nuestra naturaleza humana, que nunca queremos dar nuestro brazo a torcer, Jesús nos muestra que para subir, primero hay que descender.
Jesús estaba haciendo la voluntad de su Padre, ¿y qué pasó? Por su obediencia, el cielo se abrió y el Espíritu descendió sobre Él.
Hebreos 5:8-9,
“Aunque era Hijo de Dios, Jesús aprendió obediencia por las cosas que sufrió. De ese modo, Dios lo hizo apto para ser el Sumo Sacerdote perfecto, y Jesús llegó a ser la fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen.”
Si quieres ver cielos abiertos en tu vida, debes ser humilde y obediente a Dios. Jesús fue obediente a la Palabra de Dios y por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo.
Mateo 3:17,
Después del bautismo, mientras Jesús salía del agua, los cielos se abrieron y vio al Espíritu de Dios que descendía sobre él como una paloma.
“Y una voz dijo desde el cielo: «Este es mi Hijo muy amado, quien me da gran gozo».”
Cuando sientes al Espíritu Santo sobre ti significa, cielos abiertos.
Cielos abiertos es cuando se escucha, “Este es mi hijo amado.”
“En Él tengo complacencia,” significa que te conviertes en la alegría de Dios, en su deleite.
Natanael significa “regalo de Dios” y eso es lo que somos para los que nos conocen. Cuando somos verdaderos hijos de Dios y nuestra vida lo refleja, entonces en todo lugar, donde vamos, somos de bendición.
Tenemos los cielos abiertos cuando somos íntegros así que tu vida refleje al Dios en quien crees, que todos puedan ver que tú eres diferente porque agradas a tu Dios.
Hechos 7:55-56,
«Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, y vio la gloria de Dios y vio a Jesús de pie en el lugar de honor, a la derecha de Dios. Y les dijo: «¡Miren, veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre de pie en el lugar de honor, a la derecha de Dios!.»
Esteban pagó un precio muy alto por ser un cristiano con pasión y vivir una vida dedicada a su Maestro.
Fue conocido como el primer mártir y mientras era apedreado injustamente, «Él miró al cielo.» Puso su mirada en Dios.
Podemos estar pasando por problemas, quizás estamos siendo apedreados con piedras de crítica, o siendo maltratados a ver si mantenemos nuestra integridad y nuestras convicciones y no comprometemos nuestros principios, pero si ponemos nuestros ojos en Él, vendrá nuestra defensa y tendremos CIELOS ABIERTOS.
Quiero que sepas que nuestra oración abre los cielos.
Hechos 10:9-11,
«Al día siguiente, mientras los mensajeros de Cornelio se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea a orar. Era alrededor del mediodía, y tuvo hambre; pero mientras preparaban la comida, cayó en un estado de éxtasis. Vio los cielos abiertos y algo parecido a una sábana grande que bajaba por sus cuatro puntas.»
Pedro tuvo los cielos abiertos ¿por qué? Porque era un hombre de oración, pero no cualquier oración sino que tenía una estrecha comunión con Dios, tanto que era notoria.
¿A ti se te nota cuando oras?
Después de la oración, de Pedro vio los CIELOS ABIERTOS. Cuando oras, Dios moviliza a los ángeles para que te protejan.
Isaías 30:21,
«Tus oídos lo escucharán. Detrás de ti, una voz dirá: «Este es el camino por el que debes ir», ya sea a la derecha o a la izquierda.»
Es en la oración que recibes dirección de parte de Dios. Él te va a decir por cuál camino debes ir.
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