▷Celebra cada día con Dios

Es Tiempo de Conectar, mayo 09

Celebra cada día con Dios

Este mensaje no es para un aguafiestas, y mucho menos para los apáticos, y me podrás decir que no tienes nada qué celebrar, pero estoy en desacuerdo contigo, pues hoy tienes mil y un motivos para darle gracias a tu Dios.

Debemos celebrar que cada día que amanece se nos da una nueva oportunidad de 24 horas que no son reembolsables ya que «Cada mañana se renuevan sus bondades, ¡muy grande es su fidelidad!» Lamentaciones 3:23.

Es decir, tenemos un Dios fiel que a pesar de nuestras muchas infidelidades sigue allí con nosotros renovándonos su bondad. Si, hasta se nos da la oportunidad de volver a empezar y darle la vuelta a la página porque su fidelidad nos ayuda a llegar a buen puerto.

Te invito hoy a que en vez de mirar el vaso medio vacío, más bien celebres las bendiciones abundantes de Dios porque en verdad son muchas, diría que son incontables y podemos decir con el apóstol Pablo:

«Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo.» Efesios 1:3 NTV

Dice que tenemos TODA CLASE de BENDICIONES. ¡Dime si eso no es motivo suficiente para celebrar!

Celebra Su protección, podrás decir que te robaron y te hicieron daño. ¿Qué tengo qué celebrar? Que estás vivo, que te pudieron haber robado la billetera con el dinero pero no se robaron tus finanzas.

Te pudieron haber robado un instrumento musical o tu equipo de música pero no se robaron tu alegría

Pudieron haber robado tu teléfono celular pero no te robaron tu voz. Se llevaron tus cosas pero no tu paz.

Con todo esto estamos blindados y protegidos de accidentes que nos pudieron haber llevado a la muerte.

Piensa y date cuenta que pudo haber sido peor, pero no lo fue, porque tienes un guardador, un protector que es tu Dios y miles de ángeles que vienen a tu rescate.

Recuerdo un día caminando por el centro de la ciudad de Medellín, Colombia, a plena luz del día y me roban el reloj y me lanzan un cuchillo grande para hacerme daño pero pegué un salto tan largo que hasta yo quedé sorprendido. Después haciendo reflexión concluí que los ángeles protectores me ayudaron.

Estoy seguro que todos tenemos historias qué contar sobre la protección sobrenatural de Dios. Así que sólo confía en Él y repite conmigo:

«Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían.» Nahúm 1:7 NVI.

Es terrible cuando llamas a alguien y no contesta, te dan ganas de meter la mano dentro del teléfono y cachetearlo pues para los que somos impacientes, muchas veces eso es algo con lo que luchamos, porque queremos todo para ayer.

Es esa la razón por la que estoy agradecido hoy porque cada vez que lo he buscado, cada vez ha respondido, y esa misma promesa es la que tiene Él para ti.

«En esos días, cuando oren, los escucharé. Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme.» Jeremías 29:12-13 NTV.

Cuando tocas a la puerta del cielo o cuando abres tu boca, el Señor sabe que su hijo (a) está comenzando a buscarlo. No te canses de hacerlo y ora de todo tu corazón porque tendrás una respuesta.

Por último, déjame compartirte lo más importante y es celebrar su amor en todas sus dimensiones, con todos los detalles y con todos los colores de la naturaleza.

¿Dime si no debemos sentirnos muy amados por Dios? Si no me crees, lee conmigo el siguiente pasaje en Juan 3:16 NTV:

“Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda sino que tenga vida eterna.”

¡Qué tal manera de amarnos! La más grande prueba de amor la demostró Dios por ti y por mí, Él nunca ha dejado de amarnos y volvería a entregar lo que sea necesario. Así que hoy celebro que su amor me dio vida, su amor me dio felicidad, su amor me dio libertad, su amor me dio paz y descanso, me dio nuevas oportunidades.

Hoy celebro su protección, celebro mi sanidad, celebro que tengo talentos y doy gracias por las puertas abiertas que cada día Él abre para mí.

¿Y tú, qué tienes qué celebrar?

Compárte con otros y celebremos lo que Dios ha hecho en nuestras vidas. Estoy seguro que en algún lugar del ciberespacio tu testimonio será de bendición… y ellos también se unirán a nuestra celebración.

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