Es Tiempo de Conectar, septiembre 12

El Dios de mis tormentas

Hoy puedes estar pasando por una gran tormenta en la cual sientes que todo lo que aparecen son problemas, es por eso que el día de hoy es muy importante tener un encuentro con Dios, si, en medio de las tormentas de la vida.

Proverbios 10:25 dice: “Pasa la tormenta y desaparece el malvado, pero el justo permanece firme para siempre.”

Y Mateo 14: 22-25 dice: «En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. Más a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.»

Eran entre las 3-6 AM y se desataba la tormenta, el mar de Galilea se caracteriza por tormentas intempestivas, las cuales producen olas de gran altura y los apóstoles se encontraban en un gran problema, la barca donde viajaban estaba a punto de hundirse y el viento les era contrario, y para sorpresa de ellos, Jesús llegó a ellos andando sobre el mar.

Te podrás preguntar ¿Por qué Jesús no vino a sus discípulos nadando o en otra barca? La respuesta es muy sencilla, tu Dios quiere que sepas que Él está por encima de cualquier adversidad.

No es nada raro que nuestras vidas estén llenas de problemas y de adversidades pero Jesús ya estuvo allí y promete no dejarte sólo en medio del mar sino que viene a tu encuentro para darte la victoria.

¿A quién tenemos en la barca de nuestras vidas? ¿Quién me conduce en medio de las adversidades ? Cuando dices:… “ No puedo resolver las cosas…” Dios te dice, “ Yo dirijo tus pasos,” entonces vas a caminar sobre el mar igual que tu maestro, y no caminarás solo sino que Él esté contigo.

Recuerdo cuando estaba saliendo de una empresa que había tenido por 19 años y lo único que había delante de mí era incertidumbre, no eran tiempos fáciles ni económicamente ni en el ambiente de seguridad que vivía en ese momento nuestra ciudad, sin embargo escuché un coro que dice:

“De vez en cuando mi barca amenaza naufragar, y las olas se levantan y me lleno de pesar…entonces cuando está perdido, me miras, mi Señor está conmigo…”

v.26: “Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: !Un fantasma! Y dieron voces de miedo.”

El mayor problema de los discípulos no era la tormenta, tampoco las olas, sino que permitieron el temor en sus vidas. El temor pone lazo en nuestras vidas, el temor nos paraliza, nos limita, el temor nos hace ver los problemas más grandes de lo que en realidad son, como si fueran gigantes.

No le digas a Dios cuan grandes son tus problemas, dile a tus problemas cuan grande es tu Dios.

El temor nos puede hacer ver lo que no es, por eso los discípulos pensaron que lo que veían era un fantasma. Pero cuando al leer Su Palabra escuchas a Dios, te familiarizas con Su dulce voz el Espíritu Santo te va a animar y a confortar.

Cuando pasas por momentos difíciles es cuando no debes creer en fantasmas, o en otros mitos, en lo que tienes que creer es en Dios y en su poder.

v. 27 Pero Jesús les habló de inmediato: No tengan miedo, dijo, ¡Tengan ánimo!¡Yo estoy aquí!

Enseguida Dios te va a hablar, hoy deberías estar diciéndole a Dios «háblame en medio de mis tormentas,» quiero escucharte en los momentos más duros de mi vida. Dios viene a nuestro encuentro en medio de la tormenta para salvarnos, para extendernos su mano y decirnos, «ten ánimo, yo soy, no temas.»

Dios habla a tu corazón y te dice, ten ánimo, no te desanimes, no te dejes hundir, yo vengo a salvarte.

En Génesis 35:3 dice:

“Jacob dijo «Y levantémonos, y subamos a Bet-el; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo en el camino que he andado»

A Moisés le dijo, «yo soy el que soy,» el gran yo soy, no depende de nadie, para él todo es posible. Tu Dios tiene todo el poder del mundo. yo soy tu libertad, yo soy tu sanador, yo soy tu padre, yo soy tu ayudador, yo soy todo lo que tu necesitas, no temas.

Puede que olas de adversidad se hayan levantado, olas de enfermedad, olas de deudas, pero no consientas el temor en tu vida, porque tu Dios que creó el mar, el cielo y la tierra está contigo.

¡Nunca te dejará ni te abandonará!

v.28-29 “Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.”

Pedro, lejos de preocuparse por las circunstancias que estaban atravesando, se preocupó por estar cerca de Jesús apenas se dio cuenta que era Él y fue por eso que decidió andar sobre las aguas con Jesús.

El único lugar donde debemos refugiarnos es en la presencia de Dios.

v.30-31 “Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!Señor, sálvame! Al momento, Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”

Si quieres encontrarte con Dios en medio de las turbulencias de la vida, no mires tus circunstancias, no mires las olas, sólo míralo a Él.

Que cuando sientas que lo que vives es tan fuerte que produce dolor en tu corazón, es porque Dios te tiene asido, agarrado con tal fuerza para que nadie te aparte de Él.

32 “Y cuando ellos subieron a la barca, se calmó el viento.”

33 “Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.”

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