Es Tiempo de Conectar, diciembre 13
Las pruebas que purifican
«Queridos amigos, no se sorprendan de las pruebas de fuego por las que están atravesando, como si algo extraño les sucediera. En cambio, alégrense mucho, porque estas pruebas los hacen ser partícipes con Cristo de su sufrimiento, para que tengan la inmensa alegría de ver su gloria cuando sea revelada a todo el mundo. Así que alégrense cuando los insulten por ser cristianos, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes.» I Pedro 4:12-14
Quizá hoy te sientas probado por el fuego pero quiero decirte que vas a salir victorioso y en bendición. Es de las pruebas que salimos aprobados o desaprobados si no nos desesperamos y si no tiramos la toalla.
Lucas 8:13,
«Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan.»
Jesús nos enseña por medio de esta parábola que hay quienes ciertamente no pasan la prueba y se apartan cuando las cosas no salen como ellos quieren.
Sin embargo hay quienes si pasan las pruebas: «Saludad a Apeles, aprobado en Cristo.» Dice Pablo en Romanos 16:10.
Pablo, por ejemplo, pasó la prueba según leemos en 1 Tesalonicenses 2:3-4,
«Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño, sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones.»
Para salir aprobado no se puede quitar los ojos de Jesús para ponerlos en las circunstancias, hay qué buscar agradar a Dios y no a los hombres. Que sea el temor a Dios, el deseo de servirle y conocerle más, lo que te motive a seguir adelante.
Por más que a veces las pruebas puedan parecernos eternas, estas son temporales, como las estaciones que tienen un principio y un fin. Quizá la estación que vives no es la mejor, pero estáte tranquilo que pronto pasará.
I Pedro 1:6,
«Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aunque tienen que soportar muchas pruebas por un tiempo breve.»
Es por un corto tiempo así que soporta con paciencia un día más prueba que pronto va a pasar; si es en escasez ya viene tu provisión, sigue creyendo por tu restauración familiar, guárdate en santidad porque pronto te vas a casar.
Espera en Dios porque sí tienes una Palabra de Él, eso que te dijo ya está hecho.
No tengas ansiedad en tu corazón porque Dios no miente.
2 Corintios 4:17,
«Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.»
Si tardas en ser bendecido es porque la bendición será grande y recuerda que no estás solo en el proceso.
Dios siempre tiene el control y la salida para las pruebas. El es nuestro más grande consuelo, debes saber que Dios no permitirá que las pruebas superen nuestras fuerzas; porque como dice la Escritura en Lamentaciones 3:31-32: «Porque el Señor no desecha para siempre; antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias.»
La prueba se termina cuando la superamos, cuando al fin somos aprobados, cuando aprendimos lo que tanto necesitábamos aprender. Si salimos desaprobados, la prueba se volverá a presentar bajo diferentes circunstancias, hasta que al fin consigamos superarla.
Para pasar las pruebas:
Fortalece tu vida de oración.
No te pelees con Dios porque estás pasando por pruebas, ya que justo eso es lo que quiere el diablo, te quiere secar y quiere que te separes con amargura del único que puede ayudarte.
Salmo 119:75-76,
«Señor, sé que tus ordenanzas son justas; me disciplinaste porque lo necesitaba. Ahora deja que tu amor inagotable me consuele, tal como le prometiste a este siervo tuyo.”
Aférrate con fe a sus promesas.
Debemos estar convencidos que si Dios ha permitido que seamos probados, a la larga será para nuestro bien.
Confía que vas a pasar la prueba, y que la prueba te va a ser una mejor persona y vas a obtener el fruto de tu aflicción.
Es tiempo de aferrarnos a la Palabra que Dios nos ha dado y permanecer mirando lo invisible y creyendo en lo imposible.
Que tu vida lo alabe
Este es un momento para ofrecer sacrificios de alabanza, así que olvidémonos de andar quejándonos. Las quejas son la música del infierno. Empecemos a alabar a Dios por lo que hará. No dejemos que las tribulaciones ocupen el lugar de Dios. Con la alabanza y adoración pongamos a Dios primero y entonces veremos la prueba desde otra perspectiva…desde la perspectiva de la victoria.
Si el Señor no calma la tormenta, lo que hace es mejorar al marinero. Así que conforme nuestras tribulaciones así serán nuestras fuerzas.
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