Es Tiempo de Conectar, octubre 13
Prioridades de la Vida
“Porque ¿quién de ustedes que quiera levantar una torre, no se sienta primero a calcular los costos, para ver si tiene todo lo que necesita para terminarla?
No sea que después de haber puesto los cimientos, se dé cuenta de que no puede terminarla, y todos los que lo sepan comiencen a burlarse de él y digan: “Este hombre comenzó a construir, y no pudo terminar.”
¿O qué rey que marche a la guerra contra otro rey, no se sienta primero a calcular si puede hacerle frente con diez mil soldados al que viene a atacarlo con veinte mil?
Si no puede hacerle frente, envía una embajada al otro rey cuando este todavía está lejos, y le propone condiciones de paz.” Lucas 14:28-32.
Todos emprendemos proyectos de vida como construir una casa, montar un negocio, abrir un almacén, comenzar una iglesia, comenzar una familia y aún hacer este devocional diario.
Me gusta consultar con amigos, reunir una junta de asesores, escuchar las necesidades que existen en la comunidad, etc. y la pregunta más importante por hacer es si tengo con qué terminar el proyecto que tengo en mente.
Aquí es donde es imperativo pensar en los cimientos, un buen arquitecto comienza allí, pensar primero en las bases porque con seguridad se van a venir vientos, tormentas y huracanes de la vida como acaba de ocurrir en la Península de Yucatán y en el Estado de la Florida con los Huracanes Milton y Helene que dejaron destrucción y muerte.
Cuando me iba a casar con mi esposa hace 38 años una de las cosas que pude por la gracia de Dios percibir fue que mi mujer era de aguante, que era para toda la vida, a pesar de tener momentos en que hemos tenido qué corregir y sanar.
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33)
Establecer metas como bajar de peso, hacer más ejercicio, gastar menos, ahorrar más, dejar malos hábitos y ser mejores personas, no hay nada de malo con estos objetivos, pero valdría la pena considerar primero la regla de oro de “Buscar primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mt.16:33) como la prioridad número uno en la lista de las grandes cosas que queremos lograr.
“Ejercítate para la piedad, porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente y de la venidera.” 1 Tim. 4:8
Jesús, en la gran conclusión del sermón de la montaña nos aseguró que, si nuestra prioridad es el reino de Dios, ¡Él se encargará de las demás cosas!
Conozco empresarios que sacan tiempo para servir o que son importantes donantes y contribuyen con su dinero y me han dicho que ellos saben que si ellos se preocupan por las cosas de Dios, Él se encargará de cuidar sus finanzas y sus negocios.
“Traigan todos los diezmos al depósito del templo, para que haya suficiente comida en mi casa. Si lo hacen —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—, les abriré las ventanas de los cielos. ¡Derramaré una bendición tan grande que no tendrán suficiente espacio para guardarla! ¡Inténtenlo! ¡Pónganme a prueba!” Malaquías 3:10.
Es un error que todos cometemos cuando nos llenamos de entusiasmo y tenemos emprendimientos, nos embarcamos en proyectos y después de que todo ha arrancado le pedimos dirección y bendición a Dios , mas cuando llegan los problemas y las cosas no funcionan de la manera que esperábamos le reclamamos a Dios y Él con dulzura mira y pregunta cuándo fue que le consultamos primero. ¡Pero así somos todos!
Dios es un caballero y nos permite pasar por adversidades para enseñarnos, prepararnos y pulirnos.
Bueno, tal vez te preguntes y ¿Cómo hacer del reino de Dios mi mayor prioridad? o ¿Qué significa buscarlo primero?
“Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y con la puerta cerrada ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Mateo 6:6
Significa que primero vas a pasar más tiempo con Él y Su palabra, que por medio de la oración buscas Su guía y Su sabiduría, que vas a confesar tus pecados cuando arruines las cosas, como también vas a buscar su gracia para que Él pueda ayudarte a volver a sus caminos y propósitos.
Heb.4:16, “Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos.”
Significa también que, el anhelo de tu corazón será buscar la agenda de Dios y no imponer la tuya.
¿Cómo hacer esto? Incluye cada día en tu tiempo con Dios una petición que diga: “Señor pongo todos mis planes en tu presencia, más no se haga mi voluntad sino la tuya” (Lc 22:42).
Al final, camina confiado porque estarás viviendo para agradar a Dios, no para agradarte a ti mismo.
“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.” Efesios 3:20.
Si de forma imperativa buscas las cosas de arriba, la adoración a Dios será algo natural en ti, como un “Lifestyle o estilo de vida” que te hace consciente de las realidades espirituales en las cuales vives.
Pero lo más importante, significa que reconoces que Cristo es todo, que vive en ti y que eres tan sólo mayordomo o administrador de todo lo que Dios quiere hacer a través tuyo.
Recuerda lo que dice Colosenses 2:3, “en quien se hallan escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.”
¡Los verdaderos tesoros se encuentran en Jesús!
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