Devocional diario abril 16
El Espíritu Santo nos enseña
Juan 14:26
«Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho”
¿Quién nos enseña? El Espíritu Santo. ¡Qué gran Maestro tenemos! Nosotros no sabemos qué decir y la Palabra de Dios nos parecía difícil de entender, nos parecía hasta aburrida, es como hubiera habido un velo que nos impedía que tengamos revelación de Dios. Pero cuando tú le pides al Espíritu Santo, es Él quien te enseña.
¿Qué nos dice Dios?
Éxodo 4:12
“¡Ahora ve! Yo estaré contigo cuando hables y te enseñaré lo que debes decir”
Lo he probado una y otra vez, Él me ha respaldado en todo lo que digo. Cuando dejas de tener un corazón enseñable, también dejarás de aprender y de desarrollarte espiritualmente. Tenemos que convertimos en amantes de Su Palabra, alimentarnos de toda Palabra que sale de la boca de Dios. Si crees que te falta sabiduría, Santiago 1:5 dice que podemos pedírsela a Dios y nos la dará abundantemente y sin reproche.
Pídele a tu Dios ¡si no tienes, es porque no pides!
Pídele a tu Dios que te revele Su Palabra, que sea Él mismo quien te enseñe.
La gente paga mucho dinero en post grados, maestrías, pero a ti te enseña Su Palabra el mismo Dios.
Nehemías 9:20
«Y enviaste tu buen Espíritu para enseñarles, y no retiraste tu maná de su boca, y agua les diste para su sed»
¿Quién es tu maestro? El Espíritu Santo. Dile conmigo: «Yo quiero aprender de ti.» La gran mayoría de las veces no sé ni qué decir, pero estoy a los pies de mi Maestro y como dice Lucas 12:12 «porque en ese momento el Espíritu Santo les enseñará lo que deben responder,» es Él poniendo Sus palabras, sus versículos en mi boca. Yo sin Él soy nada, no valen mis títulos ni mi profesión, ni el carisma, ni el liderazgo, ni la elocuencia cuando somos enseñados por el Espíritu Santo. Tú debes recordar que a lo vil y a lo menospreciado escogió Dios para avergonzar a los sabios. No importa qué tan grande sean mis problemas, mi Dios es más grande que ellos y Él me dirá todo lo que tenemos que hablar.
Que hoy nuestra oración sea como la del Salmos 143:10 «Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Que tu buen Espíritu me guíe por un terreno sin obstáculos»
Que no nos desviemos ni a derecha ni a izquierda, queremos hacer tu voluntad, Dios. Enséñame el camino por el que debo andar, dame la sabiduría que necesito en mis estudios, en mi trabajo. Revélate a mí y muéstrame con quiénes debo hacer alianzas y de quienes debo alejarme.
Salmo 51:6
Dice: “Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo; en lo secreto me has enseñado sabiduría”
Abre mis ojos para verte y aprender de cada una de tus enseñanzas. Mi corazón y mi mente están receptivos a ti y voy a leer la Biblia buscando una promesa y no la voy a dejar hasta que me enseñes algo para obedecer. Dulce Espíritu, habla a mi corazón, eres mi tesoro, eres mi pasión.
Salmo 32:8
“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos”
Abre mis ojos y revela tus palabras para mi vida. Solo tú tienes palabras de vida eterna… Puedes tener diagnósticos de muerte, pero Dios tiene vida para ti. Mientras que el enemigo vino para robarte, matarte y destruirte… Dios hoy derrama vida y vida en abundancia para ti. Vamos a contemplarte, Señor. La Palabra se nos revelará, hasta que no pueda respirar, estudiaré más de ti, tendré un corazón enseñable y a tus pies me mantendré para aprender todo lo que tienes para mí.