Es Tiempo de Conectar, julio 16
El Dios de lo Inusual
1 Corintios 2:9 en la Nueva Versión Internacional dice:
«Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman…”
Al leer este versículo es como si Dios nos hablara sobre una sorpresa, sobre algo inusual, algo que va a superar nuestras expectativas, algo que aún no hemos visto, ni siquiera lo hemos oído, aunque a veces pensemos que lo hemos vivido todo, que hemos sido lo suficientemente bendecidos y que Dios ha sido muy bueno, pero este versículo nos dice que “aún no hemos visto nada, que apenas estamos por comenzar.”
En el momento que dejamos de tener la expectativa de lo inusual y cuando ya no caminamos con las ganas de recibir más de Dios, la vida se vuelve aburridoramente religiosa.
¿Por qué nos cuesta creer en lo inusual?
Porque la mayoría estamos acostumbrados a nuestro entorno y terminamos aplastados en el sillón y somos conocidos como los calienta bancas los domingos en la iglesia, nos decimos a nosotros mismos que van a hablar de lo mismo y que no hay nada nuevo qué aprender… pero te digo que siempre que busques a Dios, como el Dios de lo inusual, Él te va a sorprender.
Jueces 6:11-13 (NTV) dice:
‘
«Después el ángel del Señor vino y se sentó debajo del gran árbol de Ofra que pertenecía a Joás, del clan de Abiezer. Gedeón, hijo de Joás, estaba trillando trigo en el fondo de un lagar para esconder el grano de los madianitas.
Entonces el ángel del Señor se le apareció y le dijo: ¡Guerrero valiente, el Señor está contigo!
Señor, respondió Gedeón, si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos sucede todo esto? ¿Y dónde están todos los milagros que nos contaron nuestros antepasados? ¿Acaso no dijeron: «El Señor nos sacó de Egipto»? Pero ahora el Señor nos ha abandonado y nos entregó en manos de los madianitas.»
Gedeón estaba frente a algo inusual que Dios quería hacer, sin embargo, aquí debemos destacar algo, que lo usual de sus circunstancias, es decir, lo que le era común, le tenía atrapado en su mente.
¿Cómo sabemos esto? Por las preguntas que hizo Gedeón.
Gedeón hablaba de la misma manera cómo le hablaron sus padres y sus abuelos. El tipo de gente que recibió tradiciones tan fuertes, que se acostumbraron al status quo y ni se les ocurre creer en lo inusual de Dios.
Están acostumbrados a ritos, tradiciones, programas o métodos religiosos que tienen apariencia de piedad pero que resultan ineficaces. Procuran poner a Dios en acción, pero no lo logran, creen que por medio de los cánticos y las oraciones son satisfechos espiritualmente sin embargo no entienden que en la adoración somos nosotros los que debemos tocar a Dios.
Es decir, creen en un Dios de costumbres que siempre hace lo mismo y pretendemos agradarle por el simple hecho de repetir las oraciones o decir Amén y Aleluya en voz alta, hablan de maravillas pasadas, pero se quejan de que Dios ahora no se manifiesta de la misma manera.
¿Dónde vivía Gedeón y su familia junto con las demás familias que vivían en su región? En cuevas, por miedo a que les robaran las cosechas.
Desde una cueva no se conquistan las cosas extraordinarias que Dios tiene para ti. Tienes que salir de ese pensamiento y de esa lógica que continuamente encasilla a Dios en la cueva. Vas a tener que salir de la cueva para encontrarte con Dios que quiere hacer algo inusual en tu vida.
¿Qué significa algo inusual? Algo que no es Usual, infrecuente, que no ocurre cotidianamente, algo inesperado.
¿Sabes que Dios es inesperado? Él nunca hace un milagro de la misma manera.
Con unos usó el barro y con otros oró, a otro le perdonó sus pecados y a otro le dijo “enderézate.”
¿Por qué nos cuesta tener una vida Inusual? Porque nos da temor.
Lo inusual es por fe, y como no hemos recibido respuesta en muchas cosas que hemos esperado, generalmente el temor atrapa nuestra fe y tenemos una inclinación a lo seguro, a lo cómodo a aquello que consideramos probable.
Si no estás dispuesto a salir de tu zona cómoda, entonces no estás listo para tener una vida sobrenatural.
Lo inusual de Dios en tu vida te potencia para desafiar lo seguro, te convierte en un atrevido que hace cosas que para otros son una locura, pero los resultados terminarán siendo el testimonio de la Gloria de Dios manifestada.
«Por eso, no nos damos por vencidos. Es cierto que nuestro cuerpo se envejece y se debilita, pero el espíritu se renueva dentro de nosotros y nos fortalece cada día» (2 Corintios 4:16 WBES)
Tu actitud hará que cada día venga acompañado de alegría, de ánimo y de expectativa. Inicia tu día pensando: «Algo maravilloso me va a suceder hoy» y aprovecha esas 24 horas no reembolsables que se te dan, pues nunca más tendrás en tu calendario ese mismo tiempo, así que gástala, pero gástala bien.
Que esta oración que encontramos en el Salmo 90:12 sea nuestra oración:
«Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestra mente alcance sabiduría.»
Mientras pasan los días, las horas y los minutos en el calendario, ten expectativa, emociónate por lo que está por suceder, pues tenemos un Dios inusual que no hace cosas usuales sino inusuales, llenas de gracia sólo para alegrarnos el día.
¿Sabes por qué Adán y Eva vivían en un paraíso?
Ellos tenían, al igual que nosotros, el mismo lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo, pero con sólo abrir los ojos, allí estaba Dios. Entonces se preguntaban el uno al otro: ¿Qué vamos a hacer hoy? Y se respondían, vamos a tener un día súper emocionante con la compañía de Dios.
Debes asegurarte de que la primera persona a la que saludes apenas despiertes sea Dios. Lo mejor que puede pasarte es entregarle a Él tu día pues eso hará que tengas grandes días…
Sí, «Días disfrutando del paraíso.»
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