Es Tiempo de Conectar, junio 16

Cautivos de esperanza

“Vuelvan a la fortaleza, Oh cautivos de la esperanza; hoy mismo anuncio que te restituiré el doble.” Zacarías 9:12 NBLH.

Oímos decir con frecuencia que la esperanza es lo último que se pierde… pero ¿qué sucede con nosotros cuando nos ha pasado de todo y no queremos seguir creyendo?

Dios nos dice: vuelve a la fortaleza, no te salgas de ella, permanece con tu Dios. Vuélvete a la fuerza que sólo puede provenir de Dios, y que te cautive la esperanza, enciérrate en su presencia, enamórate de sus promesas y sigue esperando en Dios, que su tiempo no es nuestro tiempo y que veremos su bondad en esta tierra de los vivientes, y todo lo que te fue robado, será restituido al doble, aun cuando no hay motivos para seguir creyendo o seguir esperando en Dios.

Romanos 4:18 dice: “Aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió teniendo esperanza porque había creído en que llegaría a ser el padre de muchas naciones. Pues Dios le había dicho: «Esa es la cantidad de descendientes que tendrás.”

La esperanza de Abraham se fortaleció porque constantemente escuchó a Dios, no se quedó viendo sus circunstancias sino que escuchó a Dios decirle: vas a ser padre de multitudes.

Hay una esperanza con tu nombre, así que fortalécete con esa promesa y medita en ella a diario. No escuches palabras negativas, personas negativas, noticias negativas pues eso va a minar tu esperanza.

Tenemos que sintonizar nuestros oídos con la estación llamada esperanza, escuchar música con esperanza, palabras de esperanza y tener amigos que sean cautivos de esperanza.

En el peor momento de la vida de Job, Él dijo “He aquí, aunque él me matare, en él esperaré.” Job 13:15ª RV1960

No te canses de esperar en Dios, porque Él es un Dios de esperanza, y no te abandonará hasta que cumpla todo lo que te ha dicho.

Proverbios 13:12 NVI: “La esperanza frustrada aflige al corazón; el deseo cumplido es un árbol de vida.”

Estamos viviendo un tiempo donde muchas personas son víctimas de la crisis económica, política y social que vive el mundo en general, y así pierden la esperanza.

La esperanza es el oxígeno de nuestra alma y el combustible de nuestro corazón, una persona sin esperanza no llegará lejos en la vida.

El proverbista dice que la esperanza frustrada, es decir la persona sin esperanza tiene aflicción de corazón. La falta de esperanza afecta toda nuestra vida, afecta la manera cómo vemos el pasado, cómo enfrentamos el presente y cómo nos proyectamos al futuro. La falta de esperanza produce desánimo, frustración, desesperación y por último depresión.

Oseas 2:15 NTV “Le devolveré sus viñedos y convertiré el valle de la Aflicción en una puerta de esperanza. Allí se me entregará como lo hizo hace mucho tiempo cuando era joven, cuando la liberé de su esclavitud en Egipto.”

Dios le habla a Israel en un momento muy difícil y le dice: yo voy a convertir tu valle de aflicción en una puerta de esperanza.

Dios puede abrir una puerta de esperanza aún en medio de un valle de aflicción.

No importa cuán difícil sea tu situación o cuan grave sea tu problema, Dios puede abrir en medio de esa circunstancia, en medio de esa adversidad, una puerta llamada esperanza.

Él puede convertir el lugar de tu aflicción en lugar de tu victoria.
Él puede convertir el lugar de tu problema en el lugar de tu bendición.
Él puede convertir el lugar de tu prueba en el lugar de tu promoción.

Porque no hay nada imposible para Dios.

¿Cómo somos cautivos de esperanza?

Re-enfócate en Dios
Las personas pierden la esperanza porque ponen su mirada, ponen su enfoque en las circunstancias, los problemas o las adversidades. Debemos cambiar nuestro enfoque y en vez de centrar la mirada en la adversidad y en los problemas, debemos centrar nuestra mirada en Dios.

Muchas personas han puesto su esperanza en un trabajo. Otros ponen su esperanza en un novio o un matrimonio, en un candidato o en un presidente.

Pero si quieres vivir con esperanza, la fuente de esa esperanza debe ser Dios.

Rodéate de gente de esperanza
Muchas personas cuando pasan por momentos difíciles se aíslan de otras personas y piensan que la soledad los va a ayudar, pero la verdad es que en momentos de desánimo y depresión, la soledad lo único que va a hacer es que te va a terminar de arruinar.

Debemos rodearnos de esperanza.

La iglesia es la casa de esperanza, cada vez que vienes a la iglesia, vas a recibir una palabra de aliento y de ánimo que le va a inyectar vida a tu esperanza.

Rodéate de gente positiva que te ayuden y que te edifiquen con sus consejos y con sus palabras. Evita las personas negativas, las palabras y las noticias negativas, porque estas siempre quieren acabar con tu esperanza.

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