Devocional diario agosto 17
La Sangre de Cristo
Apocalipsis 12:7-11
«Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
Hoy es el día de nuestra victoria, esta palabra nos dará vida y derrotará a nuestro enemigo.
Cuando Dios creó al hombre lo creó como un ser eterno, lleno de su bendición, no se esperaba que ninguno muriera, Dios le dio un huerto para que fructifique y se multiplique, todo lo puso por estrado de nuestros pies. El hombre hablaba con Dios cara a cara pero en el mismo huerto la caída del hombre generó maldición, muerte, enfermedad, ruina y esclavitud y los cielos se cerraron.
Isaías 59:2
«Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.»
No teníamos acceso a Él, por eso el plan de la cruz es la mejor noticia que la raza humana puede recibir en toda su historia, que Dios estaba reconciliando consigo mismo al hombre, no tomándole en cuenta sus pecados.
«Y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz,» Colosenses 1:20.
La sangre que Jesús derramó en el calvario es el testimonio de que Jesús pagó por nosotros y que los cielos están abiertos para todo aquel que en Él cree.
La sangre es la llave que abre las puertas de los cielos para todo el que se ponga bajo la amnistía divina y bajo la gracia.
Podemos entrar libremente a su presencia sin necesitar otra vez a un intermediario, tú puedes en este momento, arrodillarte, levantar tus brazos y decirle:
«Padre nuestro que estás en los cielos,» porque los cielos fueron abiertos para ti y para mi por la sangre de Jesucristo y por esta misma sangre tenemos acceso a sus promesas.
«En aquel tiempo estábais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estábais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estábais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.» dice Efesios 2:12-14, 17, 18
¡Tú estás cerca de Dios por medio de la sangre, no hay pared, no hay separación, tenemos paz y anunciamos las BUENAS NUEVAS de paz!
¡La sangre de Jesús proclama que todas las promesas de Dios, todos los pactos son tuyos porque Él te los dió!
La sangre de Jesús limpió nuestro expediente, nuestro historial, tu vida está registrada y todas las cosas buenas o malas que hayamos hecho están escritas en ese libro y un día será abierto y se sabrá todo, aún tus pensamientos más secretos. Pero hay unos que no estarán en ese libro, ellos estarán en otro libro que se llama «el libro de la vida.”
¿Tienes vergüenza de tu pasado? ¿De todos lo que hiciste cuando no le conocías? Su sangre ya lo borró. Nunca serán mencionados en el cielo.
El poder de la sangre de Jesús borró todo lo que había en tu contra.
Colosenses 2:14
«Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.»
Podrás quizás ver todo lo que te condena en esta hora, todo aquello que está en tu contra, esas voces que te dicen que no vas a poder, que permanecerás atado de por vida, cadena perpetua, perturbación en tus pensamientos.
Pero ahora mismo, por medio de la sangre de Cristo quedó anulado, no va más, todo lo que estaba en tu contra, se acabó… ¿Y si Él lo borró, ya no se acuerda y yo tampoco me quiero acordar.
Con la Sangre de Jesús vencimos al dragón, al acusador de los hermanos y Dios te dice:
Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de nuestro Cristo. La salvación viene una vez cubras con la sangre de Cristo a toda tu familia.
Una vez pongas a tu familia bajo la sangre de Jesús, Satanás se aparta y llega la salvación, el poder y la autoridad.
Cuando la sangre es aplicada se acaban las argumentaciones.
Tu enemigo querrá condenarte, pero Jesús te dice que hay REDENCIÓN, que has sido comprado por precio.
Colosenses 1:13-14
«El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.»
Cuando crees que la sangre de Cristo lava todos tus pecados, el acusador pierde y viene la salvación, el poder, el reino y la autoridad de nuestro Cristo. El diablo no te puede tocar, tu tienes dueño, eres de Dios.