Es Tiempo de Conectar, julio 17
Dios Consolador
«Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Consolador, para que esté con ustedes para siempre.” Nos dijo Jesús en Juan 14:16.
Ese CONSOLADOR del que nos habla Jesús es el Espíritu Santo quien está con nosotros SIEMPRE, no un sólo día o de vez en cuando, sino que prometió estar desde el mismo momento que Jesús ascendió a los cielos hace dos mil años.
Él está con nosotros, allí dónde te encuentras, en casa, camino al trabajo, en un taxi, mientras haces ejercicio, en tu oficina, El Espíritu Santo está contigo.
Él te dice, Mi presencia contigo es una promesa, independientemente de que te des cuenta o no. Aun cuando no me sientas «YO ESTOY A TU LADO.» Quizá no lo veas, nunca te he dejado solo.
Dios es tu consolador cuando nadie te entiende, Dios es tu consolador cuando todo te sale mal, Dios es tu consolador cuando lloras por una injusticia.
Cuando piensas que nadie se interesa por ti, ni por lo que tu sientes … El Dios consolador está secando tus lágrimas.
Cuando te sientes abatido por la pérdida de un ser querido, tú consuelo viene del Espíritu Santo, Él es tu consolador.
Cuando te han entregado un diagnóstico de enfermedad –> ÉL es TU CONSUELO.
Él está interesado en tus problemas matrimoniales, en tus problemas existenciales y ningún detalle de tu vida se le pasa por alto. –> Él sabe lo que te preocupa en estos mismos momentos.
Si hoy tienes una necesidad de Dios, Él está allí, acompañándote y hablando a tu corazón.. consolándote y siendo el hombro que necesitas para refugiarte.
2 Corintios 1:1-5 dice:
“Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios es nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo. Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros.
Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros. Pues, cuanto más sufrimos por Cristo, tanto más Dios nos colmará de su consuelo por medio de Cristo.”
Sólo tu consolador puede entenderte porque está pasando la dificultad junto a ti; muchas veces no divisamos a Dios en «las dificultades,» pero es precisamente allí que Él las está con nosotros y es nuestro soporte.
Él entiende las lágrimas que nadie más entiende cuando nos preguntamos ¿Por qué, Dios, me pasa esto? ¿Por qué me suceden tantas cosas que no tienen sentido?
Las múltiples obligaciones pueden hacer que te olvides de Dios, sin embargo te pregunto, ¿Por qué te preocupas, acaso no es Dios más grande que todas tus preocupaciones?
La preocupación es una forma de incredulidad.
«Entonces, ¿qué gana la gente con tanto esfuerzo y preocupación en esta vida? Sus días de trabajo están llenos de dolor y angustia, ni siquiera de noche pueden descansar la mente. Nada tiene sentido.» Eclesiastés 2:22, 23 NTV
¿Quién está en control de tu vida? Si eres tú el que pretende tener el control, entonces tienes una buena razón para preocuparte. Pero si es El Espíritu Santo, la preocupación es innecesaria.
Aprende a dejarlo TODO en las manos de Dios.
En este mundo tendrás muchas aflicciones, pero no debes quitar tus ojos de tu CONSOLADOR, así como él nunca quita sus ojos de ti.
El consuelo de Dios trae paz a tu vida y necesitamos al Espíritu Santo más de lo que Él necesita de nosotros.
Sé que muchos de los que hoy me escuchan se sienten desconsolados y abrumados, pero así también se sintió el rey David cuando dijo en el Salmo 94:19: “Cuando mi mente se llenó de dudas, tu consuelo renovó mi esperanza y mi alegría.”
Sólo aquellos que hemos recibido el consuelo del cielo podemos ayudar a otros y animarles a que crean en el Consolador.
Si esta reflexión ha hablado a tu vida, déjanos tu comentario, compártelo y suscríbete al canal. Dios te bendiga!