Es Tiempo de Conectar, mayo 17

Dejo todo en el altar

“Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.” 1 Pedro 5:7

¿En quién debemos depositar todo aquello que nos aflige, nuestras cargas, un futuro incierto, problemas familiares? En Dios y en Su altar.

Algunos dicen:
No seré feliz sino hasta que consiga esposo.
No seré feliz sino hasta que me deshaga del esposo.
No seré feliz sino hasta que consiga una casa más grande.
No seré feliz sino hasta que consiga un ascenso.

Lo cierto es que lo más importante es no perder la paz pues cuando la perdemos dejamos de disfrutar la vida.

Cuando nuestros sueños y nuestras metas se demoran en cumplirse y nos sentimos frustrados, es una señal de que nos estamos aferrando demasiado a algo y que tenemos que dejarlo en el altar.

Es el momento perfecto para decirle a Dios, «te entrego todo a ti, sabes lo que quiero, sabes los deseos que pusiste en mi pero no me quiero sentir frustrado(a), Dios mío estoy confiando en tus tiempos y no en los míos. Sé que tú conoces y sabes lo que es mejor para mi y aún si no sucede, seguiré feliz y confiando en ti con todo mi corazón.»

Es decirle a Dios:

Yo quiero entrar en esta universidad pero si no me aceptan aun así seguiré confiando en ti.
Dios mío quiero mi sanidad pero mientras siga luchando con esta aflicción seguiré confiando en tu propósito.

Con nuestras acciones le demostramos a Dios que confiamos en él y muchas veces Dios nos pedirá que dejemos ir las cosas que son importantes para nosotros, con tal de vivir felices.

Le pasó a Abraham a quien Dios le pidió que pusiera a su único hijo en el altar, lo que él más amaba, aquel que había sido prometido.

Génesis 22:9, “Cuando llegaron al lugar señalado por Dios, Abraham construyó un altar y preparó la leña. Después ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña.”

Abraham fue obediente y lo preparó todo y justo cuando estaba por sacrificar a Isaac Dios le dijo, detente, no lo hagas, sólo quería saber que soy lo más importante para ti!

¿Esperas por una promesa? Mantén tu fe y pon tu sueño en el altar de Dios. Dios nos manda a ir a su altar y dejar todo allí.

Ana era una mujer que vivía muy triste porque no podía tener hijos, ¿qué hizo? Fue al altar de Dios.

1 Samuel 1:7 “Cada año, cuando iban a la casa del Señor, sucedía lo mismo: Penina la atormentaba, hasta que Ana se ponía a llorar y ni comer quería.”

vs 17-20, “En ese caso, le dijo Elí, ¡ve en paz! Que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido. ¡Oh, muchas gracias! exclamó ella. Así que se fue, comenzó a comer de nuevo y ya no estuvo triste.

Temprano a la mañana siguiente, la familia se levantó y una vez más fue a adorar al Señor.

Después regresaron a su casa en Ramá.

Ahora bien, cuando Elcana se acostó con Ana, el Señor se acordó de la súplica de ella, y a su debido tiempo dio a luz un hijo a quien le puso por nombre Samuel, porque dijo: «Se lo pedí al Señor».”

Si la Biblia nos dice que cada año iba a la casa del Señor es porque era una mujer de principios y no se cansó de llevar a Dios sus quejas y sus necesidades. No dejó de ir al altar de Dios ni de cumplir sus pactos con el Señor.

¿En qué momento cambió su semblante? ¿Cuándo fue que se detuvo su tristeza? Después de que fue al altar, derramó su corazón y le creyó a Dios.

Aunque la promesa se haya pronunciado en el pasado, esta se hace vigente en el futuro.

Por ejemplo, la biblia nos dice que fuimos curados, que la sanidad fue generada por Jesús en el pasado, pero la sanidad es tuya ya.
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Si tienes FE, lo das por hecho ya.

Para los que creen en Su palabra el futuro ya ocurrió! Puede que no estés embarazada pero ya oíste la palabra ¡Que Dios te dé lo que has pedido!

¡Así que embarázate de su promesa!

Mientras sigamos confiando en Él, Él nos llevará a donde tendremos que llegar!

No gastes más energías en tus deseos no cumplidos, entrégalos a Él y llévalo al altar de Dios!

Cuando una puerta se cierra, cuando parece haber una decepción, cuando la oruga piensa que es su final, Dios la transforma en una hermosa mariposa. Cuando estamos agobiados de tantas cosas que nos suceden, ve al altar de Dios y verás que todo es un proceso de Dios para llevarte a cumplir tu propósito.

Cede el control de tu vida al Espíritu Santo y no dejes que nada te robe el gozo

Repite conmigo: Dios, estoy confiando en ti, voy a aferrarme de tus promesas y soltaré la frustración; hoy decido ponerme los zapatos de la Paz, hoy regreso al lugar de descanso que es en tu presencia!

Hoy me libero del problema y mi fe se libera para creerte.

Isaías 49:23, “Los reyes te adoptarán como hijo, y sus reinas serán tus nodrizas. Se postrarán ante ti rostro en tierra, y lamerán el polvo que tú pises. Sabrás entonces que yo soy el Señor, y que no quedarán avergonzados los que en mí confían.”

Dios mío, tú tienes tu manera de solucionar las cosas. En el altar adoramos a Dios y Él cuida de nosotros, cumple sus promesas y nos concede TODO lo que le hemos pedido.

Deposito la ansiedad y Dios me da lo que ansía mi corazón. Voy al altar de Dios y derramo mi corazón todos los días.

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