▷Jabes ,Una oración que cambió un destino

Es Tiempo de Conectar, enero 18

Jabes, Una oración que cambió un destino

«Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor. E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.» 1 Crónicas 4:9-10.

Dios hace de personas comunes y corrientes personas que marcan la diferencia, es decir, personas sobresalientes.

«… y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?» Génesis 41:38.

Este era el concepto de Faraón sobre José, recordemos que la jornada de José comenzó en una cisterna.

Jabes llegó a ser una persona sobresaliente, no porque tenía mucho dinero ni porque era un juez, tampoco porque era rey de Israel, no sobresalió por sus ideales, Jabes sobresalió por una oración y esa oración cambió la historia de una familia.

Jabes es una palabra hebrea que significa «el que causa dolor, el que entristece».

Jabes creció con un problema de rechazo muy grande, estaba destinado a ser una desgracia y su madre lo maldijo.

Te pueden haber maldecido diciendo que naciste fuera de tiempo, o que siempre vas a ser así, que nunca vas a cambiar, que eres el no deseado, el que causa tristeza, pero aunque hayas tenido un mal comienzo… Dios te hará tener un buen final.

Jabes oró de acuerdo a la voluntad de Dios, buscó la bendición y no se resignó al dolor y esta oración capturó el corazón de Dios y fue completamente respondida.

Malos comienzos no significan malos finales si tienes a Dios contigo, significa que necesitas una oportunidad divina, necesitas levantar una oración de fe.

No conozco tu comienzo pero Dios es experto en sacarnos de la aflicción y darnos victoria, es experto sacándonos de los lugares de tinieblas y llevándonos a la luz, el toma al pobre del polvo y del muladar y lo hace sentar con los príncipes de su pueblo, Él es experto cambiando nuestras circunstancias en bendición.

Jabes, aquel cuyo nombre significaba dolor, fue el más ilustre entre sus hermanos y significa que fue honorable, de renombre, muy rico y próspero. Jabes fue proclamado el más ilustre pues el que nació destinado a la desgracia, se convirtió en el hombre más reconocido de todo su país por una oración que hizo.

¿Cómo fue esta oración?

«Oh, si me dieras bendición.»

A Dios le gustó esta oración. A Dios le gusta que le pidas: «bendíceme». A Dios le agrada alguien que le diga: «Señor, yo necesito tu bendición.»

La bendición de Dios es irrevocable.

Números 23:20 “He aquí, he recibido orden de bendecir; El dio bendición, y no podré revocarla.”

Jabes clamó por un cambio en su vida y en su destino y esto nos motiva a levantarnos cada mañana anhelando la bendición divina. Dios quiere bendecirte, sólo tienes que desearlo con todo tu corazón y clamar por ello.

“Ensancha mi territorio”:

Había un pescador a la orilla de un río y frente a él había otro pescador y se sorprendía al ver cómo pescaba y veía que sacaba peces del río y los media y los echaba al agua de nuevo, desde los medianos hasta los más grandes y al final no pescaba y el otro pescador se le acercó para preguntarle por qué es que veo que pe scas peces grandes, los mides y los vuelves a echar al río, a lo que respondió, es que tengo una sartén muy pequeña.

Yo diría que no sólo la sartén es pequeña sino que la fe es pequeña.

Algo similar pasó con Abraham quien se lamentaba en su tienda; tengo oro, tengo trabajadores pero no me has dado un hijo ni quien herede todo lo que tengo y Dios le dijo, sal de tu tienda y mira las estrellas, si las puedes contar, así será tu descendencia.

No te limites a las cuatro paredes, a la sartén, sal de tu condición, deja de mirarte al espejo y decir no puedo, mira al Dios del cielo y cambia tu sartén porque Dios tiene cosas grandes para tu vida.

««Tú, mujer estéril que nunca has dado a luz, ¡grita de alegría! Tú, que nunca tuviste dolores de parto, ¡prorrumpe en canciones y grita con júbilo! Porque más hijos que la casada tendrá la desamparada dice el Señor.

Ensancha el espacio de tu carpa, y despliega las cortinas de tu morada. ¡No te limites! Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas. Porque a derecha y a izquierda te extenderás; tu descendencia desalojará naciones, y poblará ciudades desoladas.» Isaías 54:1-3.

Dios te dice levántate, empieza a cantar, da voces de alegría, ¡no te limites!

Levanta tus manos al cielo y di, «me voy a extender,» empieza a creer por una bendición grande para tu vida y vendrá. Pide y se te dará.

“Y si tu mano estuviera conmigo.” Esdras 7:6

Esdras era un escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano de Jehová su Dios estaba sobre Esdras.

Que la mano de Dios esté contigo y te conceda todo lo que pidas, significa que el favor de Dios está sobre tu vida.

Dios te abrirá las puertas. En la mano de Dios, hay provisión, hay libertad, hay unción, hay milagros.

Clama y confía, para que aún en medio de los problemas, la mano abierta de tu Padre Celestial te brinde su protección y provisión sobreabundante.

“y me libras del mal para que no me dañe.”

Esto es Protección de lo alto, estás blindado pero debes orar que la bendición misma no te dañe. Dios protege tu bendición, rodea tu familia, nada te daña.

No hay límites para la bendición que Dios tiene para tu vida.

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