Es Tiempo de Conectar, mayo 18

“Dichoso es quien no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los burladores, sino que en la Ley del Señor se deleita y día y noche medita en ella.

Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. Todo cuanto hace prospera.” Salmo 1 NVI

La tendencia del ser humano es buscar ser independiente y creer que no necesita de Dios, hacer nuestra propia voluntad, obrar en la manera que nos parece y desafortunadamente no consultamos ni recibimos inspiración en Su Palabra.

Existe una tensión y una lucha en que nos acerquemos a Él por el hecho de que la tendencia del ser humano es a independizarse de Dios.

Encontramos en el Salmo 1 la mejor guía y la mejor dirección, recuerdo cuando este salmo y otros los repetíamos en el carro todos los días cuando llevaba a nuestras tres niñas a la escuela y antes de dormirse y eran memorizados.

Bienaventurado, feliz, afortunado, es aquel para quien no es determinante el
consejo del mundo, las malas noticias, los consejos equivocados.
Que se deleita en la meditación de la Palabra memoriza los salmos, estudia las
Escrituras de día y de noche.
Es como un buen árbol que da buen fruto. Dijo Jesús que por sus frutos los
conoceremos, conoceremos a aquellos que son auténticos no por las muchas palabras, ni por la experiencia solamente, ni por los buenos deseos sino por su fruto.
“En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio.” Gálatas 5:22.
Y le va bien en todo, esto no quiere decir que no se va a equivocar o no va a
fracasar, sino que todo resultará para bien para aquellos que aman al Señor.

Debemos renovar nuestro entendimiento.

En Romanos 12:2 Pablo nos anima a,

» No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.”

La renovación de nuestro entendimiento es crucial si queremos conocer la voluntad de Dios. Todos hablan conforme a lo que escuchan; debemos evitar las palabras negativas y la queja. Si ves que las cosas van mal no hablemos lo que vemos sino lo que queremos ver. Renueva tu mente es cambiar tu disco duro, hazle el mantenimiento adecuado.

1. Conocer a Dios Juan 7:28-29 NTV «Mientras Jesús enseñaba en el templo, exclamó: «Es cierto, ustedes me conocen y saben de dónde provengo, pero no estoy aquí por mi propia cuenta. El que me envió es veraz, y ustedes no lo conocen; pero yo sí lo conozco porque provengo de él, y él me envió a ustedes»”
Jesús tuvo un ministerio de éxito porque hacía la voluntad de Dios y la sabia. En el mundo tiene un concepto errado acerca de Dios y se le cuestionan diciendo:» Si Dios es bueno entonces porque suceden guerras, por que la pobreza, por que mi situación» aquel que cuestiona es porque tiene un concepto errado de Dios.

Romanos 8:32 «El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas».

Conocer a Dios es vivir lo que piensa Dios, cuando Jesús decía que conocía al Padre estaba seguro de lo que Dios quería que Él hiciera. Si quieres conocer la voluntad de Dios, conócelo a El. Muchos fracasan porque no saben quien es Dios, leen la Biblia y no saben lo que quieren, si conocieran a Dios nos evitaremos errores que dañen nuestra vida.

2. Morir a nuestra voluntad. Mateo 26:42 NTV “Entonces Jesús los dejó por segunda vez y oró: «¡Padre mío! Si no es posible que pase esta copa amenos que yo la beba, entonces hágase tu voluntad»”
Jesús en esta oración dijo: «hágase tu voluntad», esto no fue fácil. El decir; hágase tu voluntad, por encima de tu propia voluntad el hacer su voluntad. Si queremos tener éxito , debemos asegurarnos que Dios este de acuerdo con esta decisión.

3. Obedecer sin importar las circunstancias. Lucas 5:4-5 «Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: – Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: -Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado; pero en tu palabra echaré la red».

Pedro no era novato en la pesca, El sabia cual era el momento para pescar, Pedro se dedicó toda la noche a pescar y no lo logró, vino Jesús y le dijo: la palabra clave; Boga mar adentro.

Para muchos es difícil creer en Dios y es porque le ponen lógica a todo. Al pueblo no le cabía en la cabeza que aquel del cual se había hablado en el AT, llegará cargado en un burrito, no le pongan lógica a Dios porque no lo entenderemos, simplemente obedezcamos. Cuando Dios nos manda a hacer algo no es momento de preguntarle es momento de obedecer, cuando no dejamos guiar por él, tenemos grandes resultados.

4. Renovar el entendimiento. Romanos 12:2 » No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta”
Si queremos conocer la voluntad de Dios, debemos renovar nuestro entendimiento. Todos hablan conforme a lo que escuchan; debemos evitar las palabras negativas y la queja. Si ves que las cosas van mal no hablemos lo que vemos sino lo que queremos ver. Renueva tu mente, cambia tu disco duro, hazle el mantenimiento adecuado.

5. Tener paciencia. Hebreos 10:36 «Perseverar con paciencia es lo que necesitan ahora para seguir haciendo la voluntad de Dios. Entonces recibirán todo lo que él ha prometido”

La Mayoría de las personas no hacen la voluntad de Dios, porque les hace falta paciencia y hacen las cosas de manera acelerada. La Biblia dice que Abraham y su esposa no podían tener hijos. Ismael era un error que cometió Abraham bajo presión, de Ismael procede el pueblo Árabe; podemos notar que los Israelitas y Árabes no se pueden ver.

Esto nos da a entender que toda decisión bajo presión nos lleva a un error.
Hay que tener paciencia para actuar hacerla voluntad de Dios y luego recibir nuestra promesa.
No te adelantes a la voluntad de Dios, no podemos vivir en la voluntad permisiva de Dios sino en la perfecta.

Hoy dile a Dios: «Señor queremos hacer tu voluntad, damos gracias por tu palabra, ella renueva, cambia. Reconocemos que muchas veces hemos hecho nuestra voluntad y los resultados no han sido los mejores, no quiero ser tan solo oidor, sino hacedor de tu palabra; quita el velo que no nos impide hacer tu voluntad. Ayúdame Señor, porque si hago tu voluntad todo va ha salir bien».

Si esta reflexión ha hablado a tu vida, déjanos tu comentario, compártelo y suscríbete al canal. Dios te bendiga!