Es Tiempo de Conectar, diciembre 19

“»Miren a mi siervo, al que yo fortalezco; él es mi elegido, quien me complace.
He puesto mi Espíritu sobre él; él hará justicia a las naciones.
No gritará ni levantará su voz en público.

No aplastará a la caña más débil, ni apagará una vela que titila.
Les hará justicia a todos los agraviados. No vacilará ni se desalentará hasta que prevalezca la justicia en toda la tierra.

Aun las tierras lejanas más allá del mar esperarán sus instrucciones».
Dios, el Señor, creó los cielos y los extendió; creó la tierra y todo lo que hay en ella. Él es quien da aliento a cada uno y vida a todos los que caminan sobre la tierra. Y es él quien dice: «Yo, el Señor, te he llamado para manifestar mi justicia.

Te tomaré de la mano y te protegeré, y te daré a mi pueblo, los israelitas,como símbolo de mi pacto con ellos. Y serás una luz para guiar a las naciones. Abrirás los ojos de los ciegos; pondrás a los cautivos en libertad, soltando a los que están en calabozos oscuros.| Isaías 42: 1-7

He aquí mi siervo: El Señor anuncia y dice a todos, he aquí Mi Siervo.

Este lindo tiempo de navidad es una oportunidad para poner a Jesús en el centro de todo lo que hacemos. En toda América celebramos muchas tradiciones pasadas a nosotros por generaciones como la novena, los traídos del Niño Dios, el árbol de Navidad, el pesebre, los villancicos y celebraciones con alegres cánticos navideños.

¡Isaías nos dice hoy, miren a mi siervo, miren a Jesús quien llama a todos sin excepción y les dice profundicen, analicen, pongan atención a mi siervo.

Vemos a Jesús como siervo, alguien que no vino para ser servido sino para servir como dice Juan 20:28,

“Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos.”

Jesús, el Hijo de Dios, el ungido, el Cristo, aquel que se esperaba por miles de años nos dice que Él no vino para que le sirvan, sino para servir.

Si hoy respiras y tienes vida no es para que tu vida sea el centro de todo.

“y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” 2 Cor. 5:15.

Pero Jesús, el Siervo, es mucho más que un ejemplo para nosotros. Él nos sirve; no solo en lo que hizo en el pasado, sino que también nos sirve todos los días a través de su constante amor, cuidado, guía e intercesión.

Jesús no dejó de servir cuando fue al cielo sino que sirve a su pueblo más eficazmente desde el cielo.

V1. “He puesto mi Espíritu sobre él; él hará justicia a las naciones.”

Necesitamos de Su Espíritu para que haya justicia pues si algo falta en las naciones es una verdadera justicia, en la prensa, en la política, en el gobierno, en la iglesia, en la empresa privada, en todos.

Miqueas 6:8 dice en la versión NTV, “¡No! Oh pueblo, el Señor te ha dicho lo que es bueno, y lo que él exige de ti: que hagas lo que es correcto, que ames la compasión
y que camines humildemente con tu Dios.”

Y en la versión RV95, “Hombre, él te ha declarado lo que es bueno, lo que pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu Dios.”

En esta navidad reforcemos el hacer justicia, el actuar de manera honorable con otros, sentir su dolor, tener compasión, que ayudes a cargar la tragedia de otros, que no seas indiferente.

¿Sabes que la principal razón de tus fracasos, caídas y frustraciones es para que en ti se forme una profunda compasión por el dolor ajeno?

La Teología de la Liberación fue un movimiento teológico-cristiano de los años 1960 que quiso abordar las causas estructurales de la injusticia social pero con motivaciones políticas.

Con lo que no contaban fue con algo que nació con mucha fuerza; el movimiento pentecostal y carismático que surgió poco después y transformó a las personas pobres desde adentro y se convirtió en todo un fenómeno espiritual que se regó por el mundo en desarrollo.

Existe un ejército de iglesias y de personas de bajos recursos que están impactando en todas las áreas a la sociedad.

El borrachito que antes se gastaba su salario en alcohol y en prostitución, fue transformado y ahora ahorra para comprar su vivienda y educar a sus hijos.
Iglesias que llamamos de garage fueron surgiendo por todo el continente atendiendo las necesidades espirituales y materiales de muchos pobres.

Ha habido tal impacto que se cree que América Latina pasó por una renovación espiritual tan profunda que ha transformado todas las áreas de la sociedad latinoamericana.

¿Qué pide el Señor de tí, de mí?

“Observen las naciones; ¡mírenlas y asómbrense! Pues estoy haciendo algo en sus propios días, algo que no creerían aun si alguien les dijera.” Hab. 1:5.

Así como Israel esperaba al Mesías anunciado, ¿qué esperas? ¿Vas a seguir la vida de una manera pasiva, sólo reaccionando a lo que le mundo y el diablo te lanza?

¡Mira, observa, escucha, proclama, haz justicia con el agraviado! Amén

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