Es Tiempo de Conectar, mayo 20

Pídele a tu DIOS

“Así que si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes lo pidan. ”Lucas 11:13.

Los mejores regalos siempre los da Dios y el Espíritu Santo es el mejor de todos, pero lo concede solo a aquellos que lo pidan.

¿A quien no le gusta recibir regalos en su cumpleaños? SIn embargo leo en los evangelios que el mejor regalo que uno pueda solicitar y que el Padre da es el Espíritu Santo pero lo da cuando uno se lo solicita. Debe existir entonces un anhelo en nuestro corazón, es muy importante tener deseos profundos para pedirle al Espíritu Santo que venga a mi vida.

«Sigue pidiendo y recibirás lo que pides; sigue buscando y encontrarás; sigue llamando, y la puerta se te abrirá. Pues todo el que pide, recibe; todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta.» Mateo 7:7-8 NTV.

Dios nos dice más de una vez: SIGUE, no te pares a mitad del camino… SIGUE pidiendo y recibirás… SIGUE buscando y encontrarás… SIGUE llamando a la puerta y se te abrirá.

No te canses tan fácilmente de CREER. Algunos dicen dentro de sí, es que Dios sabe lo que necesito.» Es cierto que Él sabe lo que necesitas pero quiere oírlo de tus labios, quiere oír que a pesar del tiempo, aún continúas creyendo que tu Padre Celestial lo puede todo.

A todo buen padre le gusta que sus hijos le pidan porque quiere complacer sus deseos. Pues a nuestro Padre Celestial con mayor razón le gusta que le digamos los anhelos de nuestro corazón porque, aunque los sabe, el que se los digamos le demuestra que confiamos en Él.

Otros piensan que a Dios no hay que molestarlo con tonterías, pero la Biblia nos relata innumerables veces que los discípulos de Jesús le preguntaban cualquier cosa, como por ejemplo: ¿Dónde quieres ir a comer? como encontramos en Mateo 26:17 que, «El primer día del Festival de los Panes sin Levadura, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: ¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?»

Otros critican y dicen que a Dios no se le pide dinero, ni que pagues tus impuestos, pero en Mateo 17:24-27 leemos, «Cuando llegaron a Capernaúm, los cobradores del impuesto del templo se acercaron a Pedro y le preguntaron: ¿Tu maestro no paga el impuesto del templo?…Muy bien, dijo Jesús…desciende al lago y echa el anzuelo. Abre la boca del primer pez que saques y allí encontrarás una gran moneda de plata. Tómala y paga mi impuesto y el tuyo.»

No es malo pedirle a Dios, el pedirle a Dios es bíblico, y no nos referimos a la teología de la prosperidad.

Jabes un personaje de la biblia le pidió a Dios en 1 Crónicas 4:10, «Jabés rogó al Dios de Israel: «Bendíceme y ensancha mi territorio; ayúdame y líbrame del mal, para que no padezca aflicción». Y Dios le concedió su petición.»

Jabes no trató de torcerle el brazo a Dios ni le dio pena muy a pesar de que su nombre significaba dolor, simplemente PIDIÓ y Dios que es tan bueno le concedió lo que pidió.

Cuando no le pides a Dios, no estás creyendo en su bondad y una de sus más grandes características es que su bondad es infinita.

Jacob valientemente dijo: «No te dejaré ir a menos que me bendigas.»Génesis 32.

Él estaba soltero y sin compromiso a la vista. Será que en sus peticiones diarias estaba incluído su matrimonio?

¡Y le tocó trabajar 14 años para casarse! Así que no pares de orar y de pedirle a Dios, insiste, Jacob luchó por sus sueños, quizá eso sea lo que te falta, «Convertirte en un luchador.”

No existe la conquista sin una lucha previa, así fue como todo cambió para Jacob: Cambió su nombre, cambió su propósito, su estado civil, su futuro e inclusive tuvo un encuentro cara a cara con Dios porque cuando tú pides algo a Dios, siempre supera tus expectativas pues te da más de lo que pides y tienes aún de sobra.

«… porque Dios ha sido muy generoso conmigo. Yo tengo más que suficiente. Debido a la insistencia de Jacob, Esaú finalmente aceptó el regalo.» Génesis 33:11.

Moisés pidió «… te suplico que me muestres tu gloria… El Señor contestó a Moisés: Ciertamente haré lo que me pides, porque te miro con agrado y te conozco por tu nombre… El Señor respondió: Haré pasar delante de ti toda mi bondad y delante de ti proclamaré mi nombre. Pues tendré misericordia de quien yo quiera y mostraré compasión con quien yo quiera.» Éxodo 33:17-19.

Qué lindo que Dios hoy nos promete hacer pasar su bondad delante de nosotros y si esto es así, entonces por qué no pedirle. En otra versión dice, haré pasar mi bien lo cual significa cosas buenas, propiedades, justicia, belleza, prosperidad.

Dios es tan abundante con su bondad, que su amor es un amor puro y desinteresado. Te vas a sorprender si continúas pidiendo, si sigues creyendo, serás mucho más bendecido solo porque Él quiere las mejores bendiciones para ti que eres su hijo.

La historia del hijo pródigo nos muestra que el hermano mayor tenía una actitud de reclamo al Padre cuando regresó su hermano menor, diciéndole que ni un cabrito le había dado nunca para hacer fiesta, pero el Padre le dijo:

«Todo lo mío es tuyo, solo debías haberlo pedirlo.» Ese es nuestro Padre Celestial quien es el dueño de todo, pero debemos pedirle y debemos hacerlo bien porque si pedimos mal, Él no nos dará nada.

Dios nos ama más de lo creemos y nos va a dar lo que pedimos en el momento preciso y la manera cómo lo va a hacer pues Él se quiere asegurar que estemos preparados para recibirlo.

Cree que cuánto más se tarde en responder es porque la bendición va a ser más grande.

Así que, sigue pidiendo, sigue buscándolo y sigue llamando porque las puertas de los cielos se abrirán cuando se lo pidas.

«Todo lo que es bueno y perfecto desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre, quien creó todas las luces de los cielos» Santiago 1:17

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