▷El Espíritu Santo nos redarguye

Es Tiempo de Conectar, abril 21

El Espíritu Santo nos redarguye

«En realidad, es mejor para ustedes que me vaya porque, si no me fuera, el Abogado Defensor no vendría. En cambio, si me voy, entonces lo enviaré a ustedes; y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado y de la justicia de Dios y del juicio que viene.» Juan 16:7-8.

Redargüir es convencer de culpa. Los seres humanos, por más convincentes que seamos, no podemos cambiar un corazón que quiere seguir pecando. Es el Espíritu Santo quien nos convence de culpa. Es Su santidad la que hace que tú y yo nos sintamos pecadores y queramos renunciar a nuestra propia manera de vivir.

Cuando tenemos un encuentro con la Palabra de Dios y sentimos que todo lo que se dice desde un púlpito viene con nombre propio, es el Espíritu Santo soplándole al predicador lo que tienen qué decir y la Palabra cumpliendo con su cometido.

2 Timoteo 3:16 «Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto.»

Es allí cuando viene la Palabra de Dios y nos exhorta: ¿Si dices que amas a Dios por qué no lo estás buscando?

Solo Él, como dice Juan 16, es el único que nos puede convencer de pecado porque Él es el que nos nuestra lo que hay en nuestros corazones. No podemos esconder nada cuando estamos delante de Dios pues Él conoce nuestra condición de pecadores.

Hebreos 4:13 «No hay nada en toda la creación que esté oculto a Dios. Todo está desnudo y expuesto ante sus ojos; y es a Él a quien rendimos cuentas.»

Pero también nos da un tiempo para arrepentirnos. El Espíritu nos redarguye con el propósito de convencernos de aquello que es necesario arrepentirnos. Él quiere que volvamos al camino, cambiar el rumbo de nuestra dirección equivocada. La convicción que trae el Espíritu Santo nunca te condena sino que te conduce a una vida libre de pecado.

¡Tan alto como sea tu arrepentimiento, será tu avivamiento!

El corazón humano es engañoso y se puede endurecer de tal modo que ignores entre lo que es bueno y lo que es malo, pero el Espíritu Santo sí lo sabe, así que si nos acercamos a Él podremos ser liberados del pecado que habita en nosotros.

El Espíritu Santo mora en templos santos y si vive dentro de nosotros es porque «Ya comenzó a trabajar allí dentro». Es decir, somos una obra en construcción.

Filipenses 1:6 «… estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.»

Hoy podemos orar:

“Muéstrame mi pecado y todo aquello que esté haciendo que quebrante tus leyes. No quiero fallarte ni que mi corazón se endurezca delante de ti. Me abro para que tú me limpies, me purifiques, quiero mantener una limpia conciencia para poder oír tu dulce voz.

Dame el poder para ser libre del pecado, dame la fuerza para alejarme de todo aquello que me aleja de ti. No quiero ser tu tristeza sino tu alegría. Quiero tener un corazón sensible que refleje tu presencia, quiero tener un corazón humilde.

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