Devocional diario julio 21
Dios es mi Señor
Génesis 18:1-3
“El Señor se le apareció a Abraham junto al encinar de Mamré, cuando Abraham estaba sentado a la entrada de su carpa, a la hora más calurosa del día. Abraham alzó la vista, y vio a tres hombres de pie cerca de él. Al verlos, corrió desde la entrada de la carpa a saludarlos. Inclinándose hasta el suelo, dijo: Mi señor, si este servidor suyo cuenta con su favor, le ruego que no me pase de largo.”
Cuando llamamos a Dios Adonai, que significa, «Mi Señor, mi Amo.» Lo que en realidad estamos diciendo es que somos propiedad de Dios, que fuimos comprados por un precio muy alto y que estamos rendidos totalmente.
Adonai es el Dios que posee totalmente a su pueblo. Tú no eres tu propio dueño, alguien pagó un precio altísimo por ti… y murió para que tú y yo vivamos.
Conocer a Dios como tu Adonai, te ayudará a tener un compromiso más profundo con él. Muchas veces me imagino estar al frente de un pelotón de fusilamiento por mis pecados, y veo a Dios llegando a la escena diciendo, “voy a morir por ella (el)” porque le amo…”
¿Con esa clase de héroe, no merece que vivamos rendidos a Él como sus esclavos?
Adonai se usa más de 300 veces en la Biblia, y cuando le damos este reconocimiento, le decimos al diablo que no tiene autoridad, ni poder, ni pertenencia sobre nuestras vidas; al único a quien le pertenece nuestra vida, es aquel que pagó por ella.
Cuando conocemos a Dios como Adonai, nuestro amo y nuestro Señor, inmediatamente viene libertad de toda opresión, porque si Dios es tu amo, Satanás ya no puede hacerte daño, tú tienes un Señor que te defiende.
En el Getsemaní de Lucas 22 Jesús se rindió ante el Dios Adonai cuando le dijo: “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerlo.”
Jesús pudo decirle a Dios soy tu siervo, siervo de un pacto, un pacto con la voluntad del Padre; no importa el costo, yo llevaré a cabo SU voluntad.
No haré lo que yo quiero, sino lo que Dios me diga que haga. Pueden matarme el cuerpo, pero nunca mis sueños. Pueden tratar de frustrar mis planes, pero nunca los de Dios.
Isaías 12:2 NVI
«Confiaré en Él y no temeré. El Señor es mi fuerza, el Señor es mi canción; ¡Él es mi salvación!»
Filipenses 2:5-7
“La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos.”
¿Estás dispuesto a rendir tu voluntad, para que se cumpla la de Dios?
Un esclavo lleva marcas imborrables. En el Antiguo Testamento perforaban las orejas de los esclavos, en el Nuevo Testamento han crucificado, flagelado y masacrado a los que quieren identificarse como siervos y confiesan que Jesús era su Señor.
Las marcas de Jesús me dejan una lección de obediencia, una lección de un amor que no se rinde ante el egoísmo, un amor que no le falla a su amo.
Zacarías 12:10
“Sobre la casa real de David y los habitantes de Jerusalén derramaré un espíritu de gracia y de súplica, y entonces pondrán sus ojos en mí. Harán lamentación por el que traspasaron, como quien hace lamentación por su hijo único; llorarán amargamente, como quien llora por su primogénito.”
¿Qué significa que nuestro Dios es soberano? Que Él está en control de todo y nosotros de nada.
Si Dios es soberano, no está obligado para con nadie y actúa siempre de acuerdo con su propia voluntad real.
Él es Dios, Él es el Señor y no nosotros. No pueden haber dos señores conduciendo tu vida, ni tu corazón. O nos entregamos por completo o tenemos ciertas reservas a la hora de experimentar su gracia y su favor.
En nuestra humana sabiduría nunca podremos entender a Dios, pues el mismo Job decía en Job 9:10-12: «El hace cosas grandes e incomprensibles, y maravillosas sin número. He aquí él pasará delante de mí, y yo no lo veré, pasará y no lo entenderé, He aquí arrebatará, ¿y quién le hará restituir? Quién le dirá: ¿qué haces?»
A Dios no hay que tratar de entenderlo, hay que obedecerlo. No sólo que sea Señor en el cielo sino también en la tierra. Que en todo lugar se haga su voluntad sin interferencias.
Deuteronomio 7:9 NTV
«Reconoce, por lo tanto, que el SEÑOR tu Dios es verdaderamente Dios. Él es Dios fiel, quien cumple su pacto por mil generaciones y derrama su amor inagotable sobre quienes lo aman y obedecen sus mandatos.»
Cuando reconozcamos que Dios es el Señor, que Él es fiel, siempre cumplirá su parte del pacto con nosotros.
¿Sobre quienes? Sobre los que le aman y le obedecen como Señor.
¿Cómo está tu nivel de obediencia y de amor a Dios?
Jesús dijo que nuestro amor a Él se medía por nuestra obediencia.
Juan 14:15
“Si me amas: guarda mis mandamientos.”
Juan 14:21
“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré y me manifestaré a él.”
Nuestra obediencia es el lenguaje de amor que Dios entiende y lo premia con amor y manifestándose en nuestras vidas.
Te reconozco como mi Señor, como mi dueño, ya no quiero vivir en el trono sino que seas tu.
Gracias por comprarme, por pensar en mí y escogerme. Mi fuerza y mi esperanza eres tú.
Mi Dios, hoy me entrego todo sin reservas, sin condiciones, sin límites.
2 Pedro 1:10-11
“Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.”
La Biblia es muy clara en que Jesús quiere y debe ser nuestro Señor y Salvador.
Uno de los problemas de la iglesia hoy en día es que queremos a Jesús como Salvador pero no como Señor.
El concepto de Salvador nos gusta a todos pero el concepto de Señor choca un poco con nuestra cultura ya que afecta nuestra comodidad, demanda sacrificio, demanda entrega, demanda disponibilidad. En pocas palabras demanda compromiso.
El problema que muchos pasan por alto es que si Jesús es sólo nuestro Salvador, entonces ¿quién es nuestro Señor?
Muchos han hecho de Jesús su Salvador pero no su Señor. Y esta es la razón por la que los líderes tienen que estar rogando a la gente que sirva, que se estudie la biblia, porque muchos quieren a Jesús solo como Salvador.
¿Cuándo podremos decir que Dios es nuestro Señor? Dios es mi señor cuando Él es mi prioridad.
Mateo 6:33
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
Dios quiere ser el Amo de tu vida, no quiere sólo un pedacito. Él quiere todo. Si Dios no es el número uno en tu vida, entonces no es tu Señor.
Uno de los rasgos que tienen todos los hombres de Dios en la Biblia es que hicieron de Dios su prioridad número uno. Para David la prioridad en su vida era Dios y esto lo dejó plasmado en sus Salmos.
Salmo 27:4 NVI
“Una sola cosa le pido al Señor y es lo único que persigo: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida…”
Para Abraham la prioridad en su vida era Dios y por eso dejó su tierra y su parentela.
Moisés pudo llevar al pueblo a la libertad porque se hizo esclavo de un Dios protector.
Gedeón para obtener una gran victoria, se entregó del todo a Dios, con todos sus temores.
Porque Dios no te ve como un débil, Él te ve como su obra completa.
Pablo fue tumbado del caballo para rendirse totalmente a Dios, y una vez que fue libre y tuvo visión, se entregó a ser esclavo de Cristo.
1 Corintios 7:22
“Porque el que era esclavo cuando el Señor lo llamó es un liberto del Señor; del mismo modo, el que era libre cuando fue llamado es un esclavo de Cristo.”
Para los apóstoles la prioridad era Dios, por eso dejaron todo y siguieron a Jesús hasta entregar sus vidas en sacrificio.
Si Dios es mi señor soy obediente.
Mateo 7:21
”No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”
El siervo es obediente a las órdenes de su amo. Los siervos están sujetos a los deseos de sus amos.Si Dios es mi Señor, cuando él me pide algo, simplemente obedezco.
Un siervo no argumenta con su señor, un siervo obedece inmediatamente.
Un siervo no pide explicaciones, no pide confirmaciones, simplemente obedece.
Dios es tu Señor cuando sirves con excelencia.
Colosenses 3:23
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.”
Si Jesús es mi Señor todo lo que haga, en todo lo que yo sirva, lo voy hacer con excelencia, con mayor razón si es el servicio a Dios. La excelencia es testimonio para el mundo de que Jesús es nuestro Señor.
Dios es mi Señor cuando prefiero agradarle a Él antes que a los hombres.
En Gálatas 1:10
”Busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.”
Nadie puede decir que Jesús es su Señor si prefiere agradar a los hombres antes que a Dios.
Cuando tú agradas a los hombres recibes la recompensa de los hombres, pero cuando tú agradas a Dios, recibes recompensa de Dios.
Un cristiano debe estar dispuesto a no caerle bien a todo el mundo, algunas veces vamos a ofender a las personas pero vamos a agradar a Dios.
Dios es mi Señor cuando es el dueño de todas mis posiciones.
Lucas 16:13
“Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.”
La palabra Señor en griego significa: Amo, propietario, soberano.
La palabra siervo en griego es la palabra Dulos: Esclavo.
Tengo una buena noticia para ti: Los amos son responsables de suplir las necesidades de sus siervos. El Adonai nos protege, provee, y nos dirige.