Devocional diario mayo 21

La batalla es de Dios y la victoria es nuestra

Deuteronomio 20:1-4

“Cuando salgas a luchar contra tus enemigos y te enfrentes con caballos y carros de guerra y con un ejército más numeroso que el tuyo, no tengas miedo. ¡El Señor tu Dios, quien te sacó de la tierra de Egipto, está contigo! Cuando te prepares para una batalla, el sacerdote saldrá a hablarle a las tropas y les dirá: “¡Préstenme atención, hombres de Israel! ¡No tengan miedo cuando salgan hoy a pelear contra sus enemigos! No se desanimen ni se asusten, ni tiemblen frente a ellos. ¡Pues el Señor su Dios va con ustedes! ¡Él peleará por ustedes contra sus enemigos y les dará la victoria!”

El temor ha matado más gente que todas las guerras.

El temor hace que, sin haber empezado a pelear, pierdas la batalla.

En la Biblia la frase no tengas temor aparece 365 veces, 1 para cada día del año.

¡No tengas temor!

Es el amor y no la fe la que nos ayuda a vencer todo temor: 1 Juan 4:18 “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor.

Sin importar la situación que vives, o tus luchas y problemas, debemos enfrentar cada batalla sin temor y con la convicción de que Dios nos ama y está de nuestro lado.

El amor de Dios aplasta todo temor.

¡No te desanimes!

Un soldado desanimado no va a sobrevivir la batalla.

Muchas de las batallas no se pierden por falta de talento, sino por falta de ánimo. El desánimo al igual que el temor limita nuestro potencial.

Alguien dijo: el calibre de un cristiano se mide por la cantidad de oposición que necesita para desanimarlo.

Deuteronomio 3:28

“Por lo tanto, encarga a Josué y dale ánimo y fuerzas, porque él guiará al pueblo en el cruce del Jordán. Les dará como posesión toda la tierra que ahora ves frente a ti.”

Un poco antes de esto, Dios le dice a Moisés que le dé ánimo y fuerzas a Josué para conquistar la tierra prometida.

Todos vamos a tener días cuando vamos a necesitar recuperar las fuerzas.

Es tiempo de fortalecernos en el Señor y recordar que no vamos solos, Dios está de nuestro lado y Él nos ha prometido darnos la victoria sobre nuestros enemigos.

¡No te angusties!

Deuteronomio 20:8

“Luego los jefes también dirán: “¿Alguno de ustedes tiene miedo o está angustiado? De ser así, puede irse a su casa antes de que atemorice a alguien más.”

La angustia es creer que nuestros problemas son más grandes que nuestro Dios. El temor nos lleva al desánimo y el desánimo nos lleva a la angustia.

Nada en esta vida merece nuestra angustia, aprendamos a descansar en Dios.

1 Pedro 5:7

“Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes”

Debemos aprender a depender de Dios y entender que Él tiene el control de nuestras vidas.

¡No te paralices!“…ni se asusten, ni tiemblen frente a ellos.” Deuteronomio 20:3

El enemigo quiere paralizarte para que no avances al propósito que Dios tiene contigo.