Es Tiempo de Conectar, agosto 26

El amor: Fruto del Espíritu Santo

¿Crees que eres una persona que irradia amor a quienes te conocen?

¿Es el amor tu característica principal?

El amor es uno de los frutos del Espíritu Santo y debe ser nuestra característica más notoria y evidente; nuestras palabras, actitudes y motivaciones deben provenir del amor.

1 Corintios 13:13 “Tres cosas durarán para siempre: la fe, la esperanza y el amor; y la mayor de las tres es el amor.”

Juan 3:16 “De tal manera amó Dios al mundo que dio.”

Nuestro amor debe de ser expresado para que todos digan ¡Mira cómo se aman!

Si amas hay compasión en ti, si amas es porque pasas tiempo en la presencia de Dios y sales con la copa rebosando. No siempre que das, amas, pero siempre que amas, das.

El primer mandamiento es amar a Dios sobre todas las cosas.

Mateo 22:37 Jesús contestó: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.”

Si yo te preguntara, ¿amas a Dios? Seguramente me responderías: “si, lo amo con todo el corazón,” sin embargo quien le ama, le obedece, quien ama, cede el control.

Juan 14:21 “El que tiene mis mandamientos, y los obedece, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré y me manifestaré a Él.”

Cada vez que buscas estar en su presencia, amas y te sientes amado por Dios. Dios se da a conocer a aquellos que le aman.

¿Qué haces para mostrar ese amor que dices sentir por Él? Las palabras se las lleva el viento, debemos amar no de palabras sino de hechos. Amar a Dios tiene que ver con ser sinceros con nosotros mismos, es vivir una vida realista delante de Dios, reconociendo nuestras debilidades, pero depositandolos en Dios, pidiendo su ayuda para que cada día seamos más conformes a su corazón, mejores personas, mejores esposos, hijos, mejores servidores de los demás, etc.

¿Es tanto tu amor por Dios que estás dispuesto a dejar eso que estás haciendo y que no es correcto delante de Dios? Si es así, entonces verdaderamente amas a Dios, porque no solo estás dispuesto a pronunciar que lo amas, sino también a accionar para demostrar lo que realmente sientes hacia Él.

Deuteronomio 7:9 “Reconoce, por lo tanto, que el Señor tu Dios es verdaderamente Dios. Él es Dios fiel, quien cumple su pacto por mil generaciones y derrama su amor inagotable sobre los que lo aman y obedecen sus mandatos.”

No sé lo que en este momento te esté alejando de Dios, una atadura difícil de soltar, algo que se interpone en tu relación con Dios, pero una cosa si te puedo decir, que no hay nada ni nadie que pueda detenerte cuando estás dispuesto a DEMOSTRAR el amor que tienes por Dios.

Hoy quiero invitarte a ser valiente, y a demostrarle a Dios lo mucho que lo amas pues lo tendrás a Él de tu lado dándote las fuerzas que necesitas para tomar decisiones determinantes en tu vida, siempre que decidas agradar a Dios, tienes que estar seguro que Dios estará a tu lado en cada momento y que Él no te dejará solo.

En Mateo 22:37-39

“Jesús contestó: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”[a].

Este es el primer mandamiento y el más importante.

Hay un segundo mandamiento que es igualmente importante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”

Aquí vemos que Jesús resumió todas las enseñanzas de la Biblia en dos simples mandamientos basados en el amor. Este es el estilo de vida de un cristiano; donde es notable su amor por Dios y también su amor por la gente.

El amor a Dios confirma que eres nacido de nuevo y el Espíritu Santo es la prueba que vivimos en Él. Una cosa es ser religioso y otra cosa es ser hijo. Una persona religiosa llega a la iglesia y parece un extraño, como un invitado cualquiera. Mientras que el hijo es quien se planta, siente que entra a su casa y decide dejarse moldear por el Espíritu Santo, participar, dar fruto y ser de bendición a esta, su familia espiritual.

El amor es lo que nos identifica como hijos de Dios.

El amor es una manifestación de que somos hijos de Dios, porque amamos y tenemos compasión por los que no le conocen.

1 Juan 4:20

“Si alguien dice: «Amo a Dios» pero odia a un hermano en Cristo, esa persona es mentirosa pues, si no amamos a quienes podemos ver, ¿cómo vamos a amar a Dios, a quien no podemos ver?”

Te pregunto ¿cómo estás tratando a quien tienes a tu lado?

Aunque no compartas su estilo de vida, eso no te da la excusa para tratarlo mal, lastimarlo o intentar “ser su conciencia de lo bueno y lo malo,” Lo que sí debes hacer es hablarle de lo que Dios hizo en tu vida y orar por esa persona.

Esta es la mejor manera puesto que estamos confiando en que Dios dará convicción y traerá luz a su corazón a su debido tiempo. Debemos responder con amor a la agresión, porque así se comportan los que conocen a Dios.

El amor a Dios te motiva a invertir lo más valioso que tenemos, “el tiempo.”

1 Juan 3:18 “Queridos hijos, que nuestro amor no quede sólo en palabras; mostremos la verdad por medio de nuestras acciones.”

La Palabra nos enseña a amar no con palabras solamente, sino con hechos, esto se traduce en pasar tiempo con esas personas difíciles..

¿Cuántas veces vemos padres que les regalan obsequios a sus hijos con tal de no ser molestados?

Lo que más desean y piden nuestros seres queridos, es nuestro tiempo.

El amor no está en los regalos, sino en el tiempo que pasamos con quienes amamos.
Podemos tener diferentes crianzas, diferentes familias, diferentes talentos, pero algo tenemos en común y es que el tiempo corre para todos igual.

Los enamorados buscan estar cada segundo juntos. El amor es acercarse, es estar unidos, compartiendo. Si amas a alguien, dedícale tu tiempo, y si hacemos eso con los que amamos, cuánto más debe ser con Dios.

Tu Padre Celestial desea que le dediques tiempo para hablar con Él, adorarle y abrirle tu corazón.

El amor no espera, sino que busca expresarse hoy. No es algún día de estos, sino que es ahora con todo tu tiempo y tu corazón. Como dicen las Escrituras, aquí y ahora es el tiempo de salvación. Esto significa que Dios desea que te levantes hoy y lo ames, con todas tus fuerzas, tu mente, tu corazón y tu tiempo.

Si esta reflexión ha hablado a tu vida, déjanos tu comentario, y suscríbete al canal.

[youtube-feed feed=1]

Cursos Virtuales

Si el mensaje ha hablado a tu vida, deja un comentario a continuación.