Es Tiempo de Conectar, febrero 26
Menos Preocupación Más Oración
La preocupación es sencillamente el triunfo del temor sobre la fe, la preocupación es el asfixiante de tus sueños, la preocupación es la ruta que no te lleva a ningún lado.
Filipenses 4:6-7 NTV «No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.»
Procura que nada traiga afán a tu vida, que nada te preocupe al punto de estresarte. Todos tenemos responsabilidades y todos cometemos errores; ya sean en el trabajo, en la familia y con razón, podemos sentir algo de preocupación acerca de cómo cumplir con estos compromisos pero Dios nos da una respuesta del cielo para la preocupación y esa es la oración.
¿Es conocida tu oración? ¿Saben en el cielo de tus peticiones? ¿Te preocupas más de lo que oras?
A Pablo le tocó vivir situaciones difíciles y en 2 Corintios 11.23-28 nos dice:
“¿Son servidores de Cristo? ¡Qué locura! Yo lo soy más que ellos. He trabajado más arduamente, he sido encarcelado más veces, he recibido los azotes más severos, he estado en peligro de muerte repetidas veces.
Cinco veces recibí de los judíos los treinta y nueve azotes. Tres veces me golpearon con varas, una vez me apedrearon, tres veces naufragué, y pasé un día y una noche como náufrago en alta mar. Mi vida ha sido un continuo ir y venir de un sitio a otro; en peligros de ríos, peligros de bandidos, peligros de parte de mis compatriotas, peligros a manos de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el campo, peligros en el mar y peligros de parte de falsos hermanos. He pasado muchos trabajos y fatigas, y muchas veces me he quedado sin dormir; he sufrido hambre y sed, y muchas veces me he quedado en ayunas; he sufrido frío y desnudez. Y como si fuera poco, cada día pesa sobre mí la preocupación por todas las iglesias.”
La preocupación muchas veces revela nuestra falta de fe en ese Dios grande que tenemos porque no es posible estar preocupado y al mismo tiempo confiar en Dios. La ansiedad agota las energías, divide la mente y entorpece tu servicio al Señor porque mantenemos nuestro enfoque en nosotros mismos, en vez de en Dios.
Para mantener un equilibrio debemos preocuparnos menos y orar más. Jesús no quería que nos preocupamos por las finanzas, a algunos les importa tanto el dinero que se quedan calvos de la preocupación.
¡Relájate! y lee Mateo 6:25-26 NTV “Por eso les digo que no se preocupen por la vida diaria, si tendrán suficiente alimento y bebida, o suficiente ropa para vestirse. ¿Acaso no es la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? Miren los pájaros. No plantan ni cosechan ni guardan comida en graneros, porque el Padre celestial los alimenta. ¿Y no son ustedes para él mucho más valiosos que ellos?”
Nuestras peores preocupaciones casi nunca se llevan a cabo y la mayoría de nuestros temores mueren en vana expectativa. Así que, puedes dejar de preocuparte porque eso no te ayuda a nada. En vez de preocuparte, llena tu mente de Dios y conversa con Él. Si algo es merecedor de nuestra preocupación, ciertamente merece nuestra oración.
Existen dos claves para ser libres de la preocupación y del afán.
La primera es la oración: conversa con Dios y eso hará sentirte libre.
Nuestra oración comunica nuestra total dependencia del DiosTodopoderoso.
Es decirle: «Yo no puedo más, no aguanto más esta situación, así que, necesito que obres tú, mi Dios.»
Y segundo, la acción de Gracias: Acerquémonos a Dios con gratitud no con quejas. Dios usará finalmente la dificultad para nuestro bien, como lo ha prometido en Romanos 8:28 que dice «y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a bien.»
Agradece anticipadamente por aquello que te preocupa y muy pronto recibirás la respuesta del cielo sobre aquello que te aflige.
Lo que la oración y la acción de gracias harán en ti es que encuentres PAZ, cuando todo esté gris tu actitud pintará todo de colores.
La oración es la entrega de nuestra preocupación a Dios.
Salmos 55:22 “Entrégale tus cargas al Señor, y Él cuidará de ti; no permitirá que los justos tropiecen y caigan.”
1 Pedro 5:7 NTV “Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes.”
No tenemos porqué preocuparnos porque Dios cuida de nosotros.
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