Es Tiempo de Conectar, octubre 27

“El año en que murió el rey Uzías, vi al Señor sentado en un majestuoso trono, y el borde de su manto llenaba el templo. Lo asistían poderosos serafines, cada uno tenía seis alas. Con dos alas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies y con dos volaban.

Se decían unos a otros: «¡Santo, santo, santo es el Señor de los Ejércitos Celestiales!

¡Toda la tierra está llena de su gloria!».
Sus voces sacudían el templo hasta los cimientos, y todo el edificio estaba lleno de humo.
Entonces dije: «¡Todo se ha acabado para mí! Estoy condenado, porque soy un pecador. Tengo labios impuros, y vivo en medio de un pueblo de labios impuros; sin embargo, he visto al Rey, el Señor de los Ejércitos Celestiales».
Entonces uno de los serafines voló hacia mí con un carbón encendido que había tomado del altar con unas tenazas.

Con él tocó mis labios y dijo: «¿Ves? Este carbón te ha tocado los labios. Ahora tu culpa ha sido quitada, y tus pecados perdonados».
Después oí que el Señor preguntaba: «¿A quién enviaré como mensajero a este pueblo? ¿Quién irá por nosotros?». Aquí estoy yo, le dije. Envíame a mí.” Isaías 6:1-8

Si quieres ser usado por Dios, no tienes que ser una persona perfecta, pues personas perfectas no existen, pero sí necesitas tener las motivaciones correctas.

¿Cómo puedes ser útil para Dios y para la sociedad?

Pablo le da unos consejos a Timoteo, un jóven líder del cual fue mentor:

“Si te mantienes puro, serás un utensilio especial para uso honorable. Tu vida será limpia, y estarás listo para que el Maestro te use en toda buena obra.” 2 Tim. 2: 21.

Es claro que nuestro mundo en el que vivimos tiene gran necesidad de personas que reflejen a Dios, Su amor, Su compasión, sientan carga por los pobres y necesitados.

San Pablo desea que llegues «a ser un vaso noble, santificado, útil para el Señor y preparado para toda obra buena» (2 Timoteo 2:20-21).

John Stott, importante teólogo y líder inglés escribe:

«No se puede imaginar honor más grande que ser instrumento en las manos de Jesucristo, estar a su disposición para el avance de sus propósitos, estar disponible en todo momento cuando sea requerido para su servicio».

A Francisco de Asís le gustaban las fiestas y gastaba mucho dinero y tuvo su momento de conversión cuando tuvo un encuentro con un leproso cerca de Asís y de repente se dio cuenta de que un leproso era un ser humano como él, creado y amado por Dios de una manera incondicional; eligió ser pobre y fundó numerosas órdenes religiosas.

Así fue con Moisés, con Abraham, David, Pablo, Pedro, Esther, la virgen María, etc. Personas llamadas por Dios para cambiar la historia, personas que creyeron y obedecieron, no fueron personas super humanas, al contrario frágiles pero que dispusieron sus vidas para que Dios las usara.

No tienes qué irte para un monasterio o volverte un teólogo(a), puedes servir al Señor como papá, como mamá, como abuelo(a), en tu trabajo, con los amigos, no hay restricción con lo que Dios puede hacer con un corazón dispuesto. El poder de su Espíritu supera las limitaciones humanas.

Dios quiere usarte para hacer la diferencia, así que sigue estas recomendaciones,

Ponte a disposición primero a Dios y después a tus líderes espirituales
No lo hagas para que te vean
La oración es prioridad
Recuerda que no eres dueño de nada sino administrador
No te preocupes por dar resultados inmediatos
Enfócate en terminar bien

La vida cristiana es una jornada de fe fascinante.

Jesús fue el ejemplo perfecto de servicio, le encantaba servir a los demás, y Él dijo: “Yo estoy entre vosotros como el que sirve” (Lucas 22:27). Él sabía que había venido a la tierra a servir a los demás, no a que se le sirviera.

Terminamos con Filipenses 2: 4-11.

“No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás.
Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse.
En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo
y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales.
Por lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor y le dio el nombre que está por encima de todos los demás nombres para que, ante el nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua declare que Jesucristo es el Señor
para la gloria de Dios Padre.”

Jesús es nuestra inspiración para servir!

Señor, nadie ha modelado el liderazgo de servicio como tú, úsame en mi propio mundo, en mi familia, mi iglesia, el lugar donde trabajo. Te necesito. Amén.

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