Es Tiempo de Conectar, enero 28
Dios no te condena, te extiende su misericordia
Uno de los atributos de Dios es la MISERICORDIA.
2 Corintios 1:3 dice, «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación.»
Misericordia es tener empatía, es identificarse con el sufrimiento de otra persona y realizar acciones de amor a favor de ella.
Dios es ese buen samaritano que nos ve desmayados y atropellados en el camino y decide extendernos una mano para ayudarnos.
Muchos pueden haberte visto pasando necesidad pero pasan de largo y son indiferentes a tus problemas, incluso familiares o amigos que ni se te han acercado cuando las cosas se ponen difíciles, pero Dios te ama y quiere extender su misericordia, te mira y te dice:
«Yo confió en ti, tu vales la pena, moveré mi misericordia para ayudarte.”
Mi Dios, el mejor samaritano, se acercó cuando nadie se acercaba ni daba nada por mí, vendó mis heridas y me restauró. Me puso en su cabalgadura y se echó encima mis cargas. Es por eso que, cuando pasamos por un problema y experimentamos Su misericordia ya no es sólo nuestro problema sino también de Dios.
Abre tus oídos a Él hoy, pues es un Dios lleno de misericordia. Nunca te va a dejar a tu suerte, Él te va a levantar y te va a restaurar.»
Romanos 8.33 dice, “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.”
¿Quién te acusa? Dios nos hace libres para poder vivir esa vida abundante que tiene para nosotros.
La culpa te angustia, es un auto reproche y un juicio severo contra uno mismo. Nos rebaja la autoestima y cuando vivimos con culpa no podemos tener una sana relación con Dios. La culpa es como el gas paralizante de Satanás, un arma con la que nos ataca para que no podamos cumplir el propósito de Dios en nuestra vidas.
Dios quiere que acudamos a Él para confesar nuestros pecados y para recibir misericordia.
2 Reyes 13:23, “Sin embargo, el Señor tuvo misericordia de ellos. Por causa del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob, se compadeció de los israelitas y los preservó, y hasta el día de hoy no ha querido destruirlos ni arrojarlos de su presencia.”
El Señor quiere que experimentemos un genuino arrepentimiento, que obre una acción correspondiente en nuestra vida para bendecirnos con su perdón, que invoquemos al mejor de los abogados, a Su Hijo Jesús.
Dios no quiere que la condenación o la culpa nos alejen de Su presencia.
El remordimiento nos atrapa y nos hace pensar que Dios nos ha abandonado. El remordimiento nos lleva a sumergirnos en nosotros mismos.
La misericordia nos abraza y nos hace sentir amados por Dios.
Esdras 9:9, “Aunque somos esclavos, no nos has abandonado, Dios nuestro, sino que nos has extendido tu misericordia a la vista de los reyes de Persia. Nos has dado nueva vida para reedificar tu templo y reparar sus ruinas, y nos has brindado tu protección en Judá y en Jerusalén.”
La misericordia nos lleva a Dios, a olvidar nuestro pasado y agradecerle por siempre.
Hay dos tipos de tristeza: La del remordimiento que produce muerte y la del arrepentimiento y produce vida.
El sentimiento de culpa o remordimiento acabó con Judas. Si hubiera corrido a la cruz a pedirle perdón a Jesús para que cuando Jesús dijo, «Padre perdónalos porque no saben lo que hacen,» Judas hubiera alcanzado el perdón. Sin embargo el remordimiento o la culpa lo llevó al suicidio.
Salmos 79:8, “No nos tomes en cuenta los pecados de ayer; ¡venga pronto tu misericordia a nuestro encuentro, porque estamos totalmente abatidos!”
Ten un encuentro con la misericordia de Dios y deja de sentirte condenado o descalificado. Busca a tu abogado Jesús, tu pecado no es más grande que el perdón y la misericordia de Dios es grande para con aquellos que se han arrepentido. Tengamos siempre presente que Dios nos llama al arrepentimiento con lazos de misericordia. Él te ve y te sigue coronando con su misericordia día a día. Por eso es MISERICOR – DIA una nueva mirada del amor de Dios para cada día.
Lamentaciones 3:22-25, “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca.”
Si quieres que la misericordia de Dios te alcance, guárdate de fallarle.
Lucas 1:50, “De generación en generación se extiende su misericordia a los que le temen.”
El sentimiento de culpa siempre nos lleva al pasado y nos empantana y no nos permite avanzar. No podemos vivir mirando atrás cuando ponemos nuestras manos sobre el arado. Si miramos para atrás, como la mujer de Lot, nos volvemos estatuas de sal.
Experimenta la libertad que Dios ofrece por medio de Su perdón a pesar de que el camino por el que vamos es a veces empinado y resbaladizo.
Si vas con una carga de culpa sobre tus espaldas estás expuesto a tropezar y caer. Si le pides a Dios que su misericordia te libre de ese peso, ¡te sentirás absolutamente libre!
Párate firme sobre el arrepentimiento y experimenta cómo eres atraído a la misericordia de Dios día a día.
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