▷Cautivos por la ansiedad

Es Tiempo de Conectar, octubre 28

Cautivos por la ansiedad

El gran actor de Hollywood, Robin Williams, protagonista en una de mis películas favoritas, Mrs. Doubtfire, sufría de depresión severa y consumió alcohol en exceso por largos años, se sometió a terapias y programas que lo rehabilitaron por épocas, pero a sus 63 años terminó sumido nuevamente en un estado de depresión tal que lamentablemente lo llevó a terminar con su vida.

La ansiedad es un trastorno mental muy común en la gente, más común en las mujeres, y se agudizó con la pandemia del COVID en el año 2020.

El estrés en el siglo XXI es conocido como ansiedad; Dios no nos manda a vivir en estrés sino en paz.

La paz no es externa, la paz está dentro del corazón y está ligada a nuestra relación con Dios.

Cuando no podemos controlar nuestras circunstancias, cuando quitamos nuestra dependencia total de Dios y creemos que nuestra seguridad está ligada a la actualidad política de nuestra nación o a nuestro cónyuge, nuestro sueldo, nuestra economía, nuestra salud, generalmente es la ansiedad la que toma control de nuestra vida.

Como le pasó al actor Robin Williams, la ansiedad es como un cáncer que destruye poco a poco especialmente si buscas refugiarte en adicciones malsanas y no buscas la solución en Dios.

La Palabra de Dios ofrece el mejor remedio, Jesús sabía muy bien que todo el mundo no importa donde vivas, sufre de ansiedad porque la ansiedad está ligada con el control del futuro y cuando no logras asegurar tu futuro la ansiedad tiene la posibilidad de controlarte.

La paz que Dios da, en cambio, permanece en nosotros a pesar de las circunstancias y la gente se asombra y dice, cómo él o ella, a pesar de todos los problemas que tiene puede reflejar paz; cómo ella o él a pesar de sus necesidades económicas no está renegando ni quejándose, cómo ella a pesar de sus dolores se preocupa por atender los problemas de otros si con los suyos es suficiente.

Leemos en Isaías 41: 10:
“No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios.
Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa.”

Es posible que la seguridad económica o de salud sean frágiles en tu vida, es posible que no esté contigo un gran futuro, es posible que vivas en medio de la guerra, puede que te critiquen pero La Biblia dice, ‘no temas porque yo estoy contigo.”

Hay algo seguro y es que la vida no se queda quieta y debes esperar el tiempo de Dios. Salomón se dio cuenta de esto y por eso escribió en Eclesiastés 3:1-8:

“Hay una temporada para todo, un tiempo para cada actividad bajo el cielo.
Un tiempo para nacer y un tiempo para morir.
Un tiempo para sembrar y un tiempo para cosechar.
Un tiempo para matar y un tiempo para sanar.
Un tiempo para derribar y un tiempo para construir.
Un tiempo para llorar y un tiempo para reír.
Un tiempo para entristecerse y un tiempo para bailar.
Un tiempo para esparcir piedras y un tiempo para juntar piedras.
Un tiempo para abrazarse y un tiempo para apartarse.
Un tiempo para buscar y un tiempo para dejar de buscar.
Un tiempo para guardar y un tiempo para botar.
Un tiempo para rasgar y un tiempo para remendar.
Un tiempo para callar y un tiempo para hablar.
Un tiempo para amar y un tiempo para odiar.
Un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz.

El mayor activo que tienes es el día de hoy, lo que pasó ya pasó. No es el pasado ni el futuro.

Debemos lidiar con nuestras preocupaciones legítimas siguiendo la recomendación de Jesús y todos los días pedir que Él nos dé Su paz que sobrepasa todo entendimiento.

“¿Y quién de ustedes, por mucho que lo intente, puede añadir medio metro a su estatura? Mateo 6: 27.

“»Así que, no se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. ¡Ya bastante tiene cada día con su propio mal!” Mateo 6: 34.

¿Cómo logro escapar de la preocupación? Recordando 3 cosas:

Para Dios soy el ser más valioso de toda la creación.

Aunque sea ignorado por mis amistades, aunque no me tengan en cuenta para sus actividades, mi valor no proviene de nada ni de nadie sino que viene por el precio que Jesús pagó en la Cruz.

Mi vida sólo es controlada por Dios, mi vida tiene un gran valor y esperaré en Él.

La preocupación no sirve para nada.

¡Jesús dijo claramente que no estemos preocupados por nada! El diablo te susurra en el oído: “¿Y tu futuro qué? Ni casa propia tienes, ni jubilación y vas a morir pobre.

Son mentiras aunque la realidad diga algo diferente. Como Abraham no andamos por vista sino por fe y debemos tener cuidado con nuestra lengua.

Salmo 55:22 “Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre.”

Hay personas que dicen, qué tengo qué hacer para que Dios se preocupe por mi? ¿Cuántos ayunos tengo que hacer, cuanto tengo que orar en lenguas para que Dios se ocupe de mi?

Descansa, no tienes qué hacer nada, le perteneces a Él.

Filipenses 4:6-7 (NTV) “No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.”

Dios es un Padre que conoce al detalle todas mis necesidades.

Mateo 6: 31-34,

»Así que no se preocupen por todo eso diciendo: “¿Qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿qué ropa nos pondremos?.

Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos, pero su Padre celestial ya conoce todas sus necesidades.

Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten. »Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy.”

Jesús no sufrió de ansiedad porque sabía quién era a quien le pertenecía y su afán era hacer la voluntad del Padre.

Marcos 3:37-19,

“Pero se levantó una gran tempestad con vientos, y de tal manera las olas azotaban la barca, que esta estaba por inundarse.
Jesús estaba en la popa, y dormía sobre una almohada. Lo despertaron y le dijeron: «¡Maestro! ¿Acaso no te importa que estamos por naufragar?»
Jesús se levantó y reprendió al viento, y dijo a las aguas: «¡Silencio! ¡A callar!» Y el viento se calmó, y todo quedó en completa calma.”

Ten la seguridad de que Jesús se encuentra en la barca de tu vida.
Toma autoridad y reprende en voz alta las olas que te quieren destruir.

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