Es Tiempo de Conectar, febrero 29

El Rey te está llamando

“Jonatán, hijo de Saúl, tuvo un hijo llamado Mefiboset, quien quedó lisiado de niño. Cuando Mefiboset tenía cinco años, llegó la noticia desde Jezreel de que Saúl y Jonatán habían muerto en batalla. Al enterarse la niñera, tomó al niño y huyó; pero, con el apuro, se le cayó y quedó lisiado.” 1 Samuel 4:4

La mayoría de nosotros crecemos y somos víctimas de las decisiones equivocadas de nuestros padres, víctimas de haber crecido en ambientes malsanos, de abuso, de violencia, adicciones, falta de todo tanto espiritual como material, de falta de dirección en nuestras vidas..

El Rey Sául, el primer rey de Israel fue un hombre desconfiado, llevado de su parecer y celoso en gran manera y tomó malas decisiones en su reinado y sus hijos en vez de oponerse a él, lo apoyaron en sus batallas hasta que un día el Rey Saúl y su hijo Jonatán cayeron en batalla contra los filisteos.

Pero Jonatán a pesar de no haberse apartado del mal liderazgo de su padre tuvo una amistad muy estrecha con David y Jonatán y David hicieron un pacto de amistad y de paz que continuaría a través de sus descendientes para siempre (véase 1 Samuel 20:14–17, 42).

Mefiboset, a pesar de sus circunstancias es parte de la realeza, es nieto del Rey Saúl, y se encuentra viviendo en un lugar llamado Lodebar, Lodebar en hebreo significa: sin pasto, lugar desértico seco, lugar de silencio, sumado a esto, su nombre tiene un significado lamentable: “el que esparce vergüenza”.

“Cierto día, David (ya siendo rey) preguntó: «¿Hay alguien de la familia de Saúl que aún siga con vida, alguien a quien pueda mostrarle bondad por amor a Jonatán?».

Sí, uno de los hijos de Jonatán sigue con vida. Está lisiado de ambos pies.

¿Dónde está? preguntó el rey.

En Lo-debar, le contestó Siba, en la casa de Maquir, hijo de Amiel.

Entonces David mandó a buscarlo y lo sacó de la casa de Maquir.

Su nombre era Mefiboset; era hijo de Jonatán y nieto de Saúl.

David dijo:
¡No tengas miedo! —le dijo David—, mi intención es mostrarte mi bondad por lo que le prometí a tu padre, Jonatán. Te daré todas las propiedades que pertenecían a tu abuelo Saúl, y comerás aquí conmigo, a la mesa del rey.” 2 Samuel 9

Tu que me lees o me escuchas, quiero decirte que a pesar de abusos, traumas, pobreza, injusticias y a pesar de la condici[on que estás viviendo, tienes sangre real, que hay promesas sobre tu vida y como Mefibostet que quizás nunca se enteró del pacto que su padre Jonatán había hecho con el Rey David, no estás enterado de las promesas sobre tu vida.

Un día en medio de mucha incertidumbre y cambios en mi vida aprendí la oración que se encuentra en Daniel 9, oración de confesión, de arrepentimiento, de quebranto y aprendí a orar reclamando lo que es mío, lo que Cristo logró por mi en la cruz.

Aprendí que podía orar con autoridad, que después de mi confesión por los pecados de mis antepasados, por mis errores, por mi propio egoísmo y falta de amor, podía reclamar lo que Cristo logró para mí en la cruz.

Oremos…

Dice Efesios 2:6 “Y juntamente con Él nos resucitó y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.”

Mefiboset, un hombre tullido, viviendo en la pobreza fue llamado para que se sentase en la mesa del rey, nosotros, no importa nuestro pasado, nuestros errores o los errores de nuestros antepasados, hemos sido sentados no en una mesa temporal, sino que estamos sentados con Cristo, por encima de toda autoridad, poder, señorío, nos resucitó con Él, y reinamos con Él, conquistó lo que el enemigo había robado, debes creer esto.

Así como Mefiboset no podía creer tanta bondad, así mismo ha llegado a tu vida tiempo de restitución, un tiempo de no más soledad, depresión, poco valor, lo que el enemigo te ha robado será restituido, llegó tu tiempo de restauración.

Así que, a pesar de que estás tullido y afectado para caminar, recibe lo que Jesús conquistó por tí en la cruz. Dios nos llama hoy a que salgamos de nuestro Lodebar, de nuestra sequedad, de nuestra pobreza y que sea restituida nuestra herencia.

Si el mensaje ha hablado a tu vida, deja un comentario a continuación.