
Es Tiempo de Conectar, noviembre 29
Pide algo grande
Creo que todos en algún momento de nuestras vidas somos inspirados por alguien como líder o como padre, como un líder de alabanza, como un empresario exitoso, como abuelo etc. Y decimos dentro de nosotros mismos, quiero ser como esa persona.
Recuerdo hace muchos años que fui a una reunión y vi a un señor ya mayor, era de la misma estatura que yo y tenía una figura corporal parecida a la mía, era un señor como decimos en mi país bien puesto, bien arreglado y dije dentro de mi que cuando llegara a la edad madura, quiero parecerme a ese señor a pesar de que lo acababa de ver.
También hay otros hombres de fe que me han inspirado por su liderazgo, visión y carismo y también he dicho dentro de mí, quiero tener la unción, la efectividad y el liderazgo de alguien así.
Leamos 2 Reyes 2: 1-15,
“Cuando el Señor estaba por llevarse a Elías al cielo en un torbellino, Elías y Eliseo estaban en camino desde Gilgal. Y Elías le dijo a Eliseo: Quédate aquí, porque el Señor me dijo que fuera a Betel.
Eliseo respondió: Tan cierto como que el Señor vive y que tú vives, ¡nunca te dejaré!
Así que descendieron juntos a Betel.
El grupo de profetas de Betel se acercó a Eliseo para preguntarle:
¿Sabías que hoy el Señor se llevará a tu amo? Claro que lo sé, contestó Eliseo, ¡pero no digan nada!
Entonces Elías le dijo a Eliseo: Quédate aquí, porque el Señor me dijo que fuera a Jericó. Pero Eliseo le respondió de nuevo: Tan cierto como que el Señor vive y que tú vives, ¡nunca te dejaré! Así que continuaron juntos a Jericó.
Después el grupo de profetas de Jericó se acercó a Eliseo para preguntarle: ¿Sabías que hoy el Señor se llevará a tu amo? Claro que lo sé —contestó Eliseo—, ¡pero no digan nada!
Entonces Elías le dijo a Eliseo: Quédate aquí, porque el Señor me dijo que fuera al río Jordán. Pero una vez más, Eliseo respondió: Tan cierto como que el Señor vive y que tú vives, ¡nunca te dejaré! Así que siguieron juntos.
Cincuenta hombres del grupo de profetas también fueron y observaron de lejos cuando Elías y Eliseo se detuvieron junto al río Jordán.
Luego Elías dobló su manto y con él golpeó el agua. ¡El río se dividió en dos y ambos cruzaron sobre tierra seca!
Cuando llegaron al otro lado, Elías le dijo a Eliseo: Dime qué puedo hacer por ti antes de ser llevado. Y Eliseo respondió: Te pido que me permitas heredar una doble porción de tu espíritu y que llegue a ser tu sucesor.
Has pedido algo difícil, respondió Elías. Si me ves en el momento en que sea llevado de tu lado, recibirás lo que pediste; pero si no me ves, no lo recibirás.
Mientras iban caminando y conversando, de pronto apareció un carro de fuego, tirado por caballos de fuego. Pasó entre los dos hombres y los separó, y Elías fue llevado al cielo por un torbellino.
Eliseo lo vio y exclamó: «¡Padre mío! ¡Padre mío! ¡Veo los carros de Israel con sus conductores!». Mientras desaparecían de su vista, rasgó su ropa en señal de angustia.
Entonces Eliseo tomó el manto de Elías, el cual se había caído cuando fue llevado, y regresó a la orilla del río Jordán.
Golpeó el agua con el manto de Elías y exclamó: «¿Dónde está el Señor, Dios de Elías?». Entonces el río se dividió en dos y Eliseo lo cruzó.
Cuando el grupo de profetas de Jericó vio desde lejos lo que había sucedido, exclamaron: «¡El espíritu de Elías reposa sobre Eliseo!». Enseguida salieron a su encuentro y se inclinaron hasta el suelo delante de él.”
Elías fue uno de los dos más grandes líderes en el Antiguo Testamento junto con Moisés y así como Moisés invirtió en Josué, Elías prepara a su sucesor, a Eliseo quien es ungido como profeta y quien recibió una doble porción del ministerio y la unción de Elías.
Eliseo pidió una doble porción de la unción de Elías, de la capacidad de servir, oír y obedecer a Dios.
La unción es la presencia interior del Espíritu Santo en la vida del creyente, permite al creyente comprender, aplicar y administrar la vida espiritual. En pocas palabras, la unción permite a los creyentes tener una conexión espiritual más profunda que lo normal.
¿Sabes por qué Eliseo representa nuestra historia?
Porque para servir a Dios en esta generación, necesitamos no una porción de su Espíritu sino una porción doble, una porción sobrenatural, una porción evidente del favor de Dios por medio de nuestras vidas.
A medida que avanzamos en nuestra jornada de fe, nos vamos desgastando, las fuerzas se van debilitando y debo ir constantemente a la fuente y llenarme del Señor para poder seguir dando. Sin esa unción del Espíritu Santo no podemos hacer absolutamente nada.
Este pasaje de la Biblia nos muestra una ruta para obtener una doble porción del Espíritu Santo.
1. Eliseo tenía claro el tipo de liderazgo, el nivel de unción que quería tener, uno parecido al de Elías y expresó verbalmente que lo quería.
2. Tenía claro que no podía por ningún motivo desenfocarse e irse a hacer otras cosas a las que no estaba llamado a hacer, sabía que debía estar justo en el momento que Elías fuera a ser tomado.
3. Necesitamos estar con las personas de fe que van a ser catalizadores para que activen algo poderoso y sobrenatural en nosotros.
Los afanes de la vida, los obstáculos, las presiones van a tratar de que perdamos el enfoque y que perdamos de vista el llamado de Dios y no podemos permitir que esto ocurra.
Hay momentos cruciales en que debemos decir, no me levanto de mis rodillas hasta que no obtenga la respuesta que necesito; no te conformes con lo que no es lo mejor para tu vida, para tu ministerio y para tu familia. El diablo va a tratar de sacarte de la visión de Dios, pero no te dejes distraer por cosas que parecen buenas pero que no son lo mejor para tu vida.
Nunca pienses que todo lo que tienes es por tu sabiduría, porque eres muy hábil, porque eres inteligente, sino todo es gracias a la unción que Dios ha derramado sobre ti.
No se trata de ti, se trata de los planes de Dios con tu vida y de la presencia dulce del Espíritu Santo.
Tiene que haber un fuerte anhelo en tu corazón por la presencia de Dios así como decía Eliseo ¡Vive el Señor que no te dejaré.
Señor visítanos con tu presencia cada vez que oramos, llénanos de ti y manifiesta tu poder sobre nuestras vidas. Amén.
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