Devocional diario abril 30
Te elijo a ti, Dios
Jesús espera tus elecciones diarias entre la bendición o la maldición. Él está a la expectativa… Si lo incluimos en nuestra vida o lo dejamos afuera, tal como afirma Apocalipsis 3:20 cuando menciona: “Si alguno oye mi voz y abre la puerta…” En este pasaje se deja en claro que Él nos da la oportunidad de elegir.
Deuteronomio 30:19
«Hoy te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre bendiciones y maldiciones. Ahora pongo al cielo y a la tierra como testigos de la decisión que tomes. ¡Ay, si eligieras la vida, para que tú y tus descendientes puedan vivir!»
Existen ocasiones en que es preferible cortar una amistad que roza la infidelidad o que lleva a hacer cosas indebidas. Aunque al principio duela, luego viene la paz de haber hecho lo correcto. No te dejes tentar por lo que te aleja de Dios puesto que los resultados, van más allá del tiempo: Tus elecciones siempre reflejarán tus prioridades.
Mi oración por ti es que elijas bien, que no te guíes por sentimientos sino por convicción.
Siempre la mejor opción es la que agrada a Dios. No elijas quedarte quieto, elige moverte y romper con los obstáculos que sean necesarios para abrirte paso. Las decisiones más importantes de la vida deben ser tomadas en su presencia y no en el valle de la desesperación.
Salmos 84:10
“Un solo día en tus atrios, ¡es mejor que mil en cualquier otro lugar! Prefiero ser un portero en la casa de mi Dios que vivir la buena vida en la casa de los perversos.” Todos los días de mi vida elijo servir a Dios, no apartarme de Su presencia, estar cerca de Él. Quizá estuviste con ese deseo de servir a Dios, pero algo se apagó dentro de ti, sientes que estás en un desierto, pero déjame decirte que los desiertos tienen una razón de ser pues es allí donde el mismo Dios nos lleva para hablar a nuestro corazón.
Deuteronomio 8:2
«Recuerda que durante cuarenta años el Señor tu Dios te llevó por todo el camino del desierto, y te humilló y te puso a prueba para conocer lo que había en tu corazón y ver si cumplirías o no sus mandamientos.”
Para Moisés fue la preparación para la nueva historia. Era necesario desprenderse de muchas cosas para comenzar una nueva etapa. Detrás de cada crisis siempre hay una lección de la cual uno sale más perfeccionado. Hoy digámosle a Dios: “Quiero tener disposición para oírte, no más oídos sordos.” Mientras más dispuestos estemos a obedecer lo que Dios nos dice, más pronto vendrá la siguiente indicación al próximo paso.
Si de verdad queremos oír a Dios, no podemos acercarnos a Él con una actitud no dispuesta, esperando limitar la conversación a los temas que nos interesan. La gente suele dedicar tiempo para escuchar a Dios cuando tiene cuestiones que a ellos les importa resolver. Sí, por ejemplo, tienen un problema en el trabajo o si necesitan sabiduría para alcanzar mayor prosperidad o para educar a sus hijos, son todo oído para escuchar lo que Dios tiene para decirles. No acudas a Dios solo para hablarle cuando quieras o necesites algo, también toma tiempo para estar con Él y escucharlo. Él te descubrirá cosas escondidas si quieres permanecer en Su presencia, simplemente escuchándolo. Para muchos, escuchar es una capacidad que debe ser desarrollada mediante la práctica.
Señor, te elijo a ti por encima de mis circunstancias, por encima de mi razón, todo lo que tengo, todo lo que soy es por ti.
Josué 24:15
“Pero si te niegas a servir al Señor, elige hoy mismo a quién servirás. ¿Acaso optarás por los dioses que tus antepasados sirvieron del otro lado del Éufrates? ¿O preferirás a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ahora vives? Pero en cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al Señor.”
¿Cuál será tu elección?