Es Tiempo de Conectar, diciembre 30

Tiempo de Evaluar

“Ensancha el espacio de tu tienda y despliega las cortinas de tu morada. ¡No te limites!

Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas. Porque a derecha y a izquierda te extenderás; tu descendencia desalojará naciones y poblará ciudades desoladas.” Isaías 54:2-3

Por esta época del año, todo el equipo de Conectar Global nos reunimos por varios días, dedicamos tiempo para cantar, adorar y dar gracias y separamos tiempo para evaluar el año, cada área de la organización informa resultados y da un reporte de lo logrado. Debido a que el año anterior habíamos hecho el mismo ejercicio, comparamos las metas que nos habíamos propuesto alcanzar y el resultado final.

Además separamos otros tiempos para que en la presencia de Dios, evaluemos la visión, a qué nos ha llamado Dios y poner nuevas metas y objetivos para el Nuevo Año.

Alguien dijo, si no sabes para donde vas, cualquier bus te sirve.

Te pregunto, si al mirar el año que termina, ¿se cumplieron tus objetivos para el año, si venciste tus miedos, si creciste en tu vida y en tu relación con Dios?

Dios busca hombres y mujeres que sean fieles administradores de las finanzas,
del tiempo y de los dones espirituales en sus vidas personales y en su liderazgo.

¿Hiciste buen uso de las finanzas, del tiempo y de tus dones?

En el área de las finanzas, fuiste generoso(a), hiciste buena administración? Terminas el año con ahorros? Mi suegra decía que el dinero tiene alas, que si no le dices a donde ir, se disipa como el aire.

¿Qué hiciste con los dones y las capacidades que tienes?

El tiempo es algo que gastamos y que no se puede recuperar.

Te invito a que el día de hoy hagamos un inventario del año que está por terminar, de todo lo bueno, de lo malo, de todo aquello que nos faltó por hacer y lo que será lo primero en mi lista para el próximo año.

«Una vida que no se evalúa, no vale la pena vivirla» nos sentencia Sócrates, así que, comencemos por los egresos.

Si observamos la vida de líderes exitosos, a menudo nos daremos cuenta de que tienen una
visión clara y se han fijado objetivos específicos, medibles, alcanzables, realistas y con plazos definidos que guían su forma de vivir cada día. Saben hacia dónde se dirigen y han planificado una ruta para llegar a su destino.

Jesús tuvo metas qué cumplir, su gran objetivo fue redimir al hombre y restaurarle para tener una relación de amor con el Padre.

Perdamos el miedo a iniciar o emprender cosas nuevas siempre y cuando estemos en sintonía con el Espíritu Santo.

Perder peso, involucrarme en una iniciativa de servicio en la comunidad por medio de mi iglesia, tomar un curso sobre nuevas tecnologías, o hacer una maestría en alguna área que me apasiona y que va a contribuir a la sociedad.

Hay que dejarlos ir y renunciar al pasado, necesitamos voltear la página de lo que nos pasó y también de lo que no nos llegó a pasar, soltar lo viejo para poder abrazar lo nuevo.

Deja de enfocarte en lo negativo y más bien enfócate en lo positivo, en lo que sí lograste y sobre todo impúlsate a conquistar todo lo que se te viene por delante.

Inspírate en la lectura de la Biblia, el libro más vendido de todos los tiempos.

Impide que el pasado tenga control de tu futuro.

Ten a la mano lápiz y papel para anotar lo que lograste en el año que termina y cómo te quieres ver dentro de un año.

Refuerza tu tiempo con Dios.

Poner a Dios primero en tu vida va a permitir que seas fructífero(a) y que logres tus sueños.

Deuteronomio 6:5, «Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.»

Haz un inventario y desecha las cosas malas.

No sigas con rencores y no perdonar, deja ir lo que impide que crezcas.

Las cicatrices que tenemos en el alma y en el cuerpo son las marcas de que somos sobrevivientes y de que aún seguimos con vida.

Una vez alguien me solicitó que con una palabra describiera quien soy y en ese momento se me ocurrió decir: SOBREVIVIENTE. En esas nos pasamos todos, logramos sobrevivir para ganar victorias a lo largo de nuestra vida.

Winston Churchill dijo que “el éxito es ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”.

Adquiere nuevas alas para volar.

Para emprender sueños desafiantes y grandes, nuestra visión tiene que ampliarse y ver más allá de los obstáculos y los problemas. Espera lo mejor de cada día y solo así podrás obtenerlo.

Es tan importante añadir fe y esperanza a nuestras metas y no sólo guiarte por tus sentidos sino caminar hacia adelante con la seguridad a la que se refiere el Salmo 27:13 NVI,

«Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes.”

 

“Y el que estaba sentado en el trono dijo: «¡Miren, hago nuevas todas las cosas!». Entonces me dijo: «Escribe esto, porque lo que te digo es verdadero y digno de confianza»” Apocalipsis 21:5 NTV.

Cree que hay un nuevo tiempo delante de tí, que las promesas sobre tu vida se van a empezar o se están cumpliendo. Un tiempo de salir de la monotonía, de la escasez, del desánimo, del estar acostumbrado a las malas noticias, sino que vas en dirección de ver la maravillas de Dios y los milagros que van a ocurrir en tu vida.

Pero debes tener en cuenta que depende de tí aprovechar este nuevo tiempo. Él ya hizo lo suyo, murió por tí, te resucitó con Él, te llenó de Su Espíritu y te prometió Su presencia. Pero ¿Cuál es tu parte en esto?

Escucha con cuidado a Miqueas 6:3-8 NTV:

“»Oh pueblo mío, ¿qué te he hecho? ¿Qué he hecho para que te canses de mí?
¡Contéstame! Yo te saqué de Egipto y te redimí de la esclavitud.
Envié a Moisés, a Aarón y a Miriam para ayudarte.

¿No te acuerdas, pueblo mío, cómo el rey Balac de Moab intentó que te maldijera y cómo, en lugar de eso, Balaam hijo de Beor te bendijo?

Recuerda tu viaje de la arboleda de Acacias a Gilgal, cuando yo, el SEÑOR, hice todo lo posible para enseñarte acerca de mi fidelidad».

¿Qué podemos presentar al SEÑOR? ¿Qué clase de ofrendas debemos darle? ¿Debemos inclinarnos ante Dios con ofrendas de becerros de solo un año? ¿Debemos ofrecerle miles de carneros y diez mil ríos de aceite de oliva? ¿Debemos sacrificar a nuestros hijos mayores para pagar por nuestros pecados? ¡No!

Oh pueblo, el SEÑOR te ha dicho lo que es bueno, y lo que él exige de ti: que hagas lo que es correcto, que ames la compasión y que camines humildemente con tu Dios.”

Después de leer o escuchar esto, pregúntate, ¿habrá algo que puedas darle a Dios y que Él todavía no lo tenga?

Por supuesto que la respuesta es no. A Dios no se lo puede comprar y no hay nada que podamos hacer, ningún sacrificio, ningún rezo, nada que podamos hacer para ser aceptados y debemos tener muy en claro que el don de la gracia es totalmente gratuito.

Lo que Él pide de ti es: «… Hacer justicia, y amar misericordia, y humillarnos ante nuestro Dios.» Vs 8.

Dios se cansa de la religiosidad de aquellos que creen que el favor de Dios lo podemos comprar con sacrificios, procesiones, rezos y actos públicos sin tener intimidad y comunión con el Espíritu Santo.

En este nuevo tiempo Dios nos pide:

Que hagas justicia.

Según el diccionario “justicia es el principio moral que lleva a determinar que todos deben vivir honestamente. Rectitud, imparcialidad, equidad, neutralidad, ecuanimidad, objetividad, honradez, honestidad, probidad, razón.”

Si queremos ver un nuevo tiempo en nuestra vida debemos salir de la zona cómoda y desafiarnos a nosotros mismos para hacer cosas nuevas. El hacer implica un acto de acción que demandará mayor esfuerzo y constancia de tu parte. Olvídate de querer rendirte, tienes qué persistir.

Amar misericordia.

Amar misericordia es amar el perdonar. Lo que tu amas no te cuesta dar porque nace hacerlo.

No se perdona por imposición sino porque te nace hacerlo, cuando decides amar al ofensor y al agresor, aprenderás a vivir una vida más ligera y llena de paz.

Perdonar es un acto diario y no una acción extraordinaria que haces de vez en cuando.

Humillarte ante tu Dios.
Una persona humilde siempre encontrará espacios y bendiciones nuevas. La humildad nos ayuda a mantener la perspectiva de las cosas, a no creer que nos merecemos las cosas y que las hemos obtenido.

El sacrificio que Dios ama es que vengas a Él en humildad, que reconozcas que tienes qué aprender a humillarte ante Dios, a depender de Su bondad y reconocer que no es por lo bueno que eres sino por su gracia y favor, de la misma manera cómo lo hizo Abraham cuando entregó a Isaac.

Estas son acciones de gratitud y no obras que buscan comprar algo.

Que Miqueas 6 nos recuerde que la gracia es gratuita y que una vida fiel es nuestra respuesta de gratitud. Las buenas obras no son el medio para obtener la salvación, sino su resultado.

“Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana.” (Mateo 11:30 NTV)

Dios va a hacer que en este nuevo tiempo que nuestras cargas, nuestros problemas y nuestras necesidades sean ligeras pero la parte nuestra es, “Hacer justicia, amar misericordia y humillarnos ante Dios.”

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