Ríndete delante de Dios

Devocional diario enero 31

Ríndete delante de Dios

Hemos sido creados por Dios como gente con propósito, sus planes para nosotros son grandes y maravillosos pero con nuestro estilo de vida podemos echar a perder todas las bendiciones que Dios tiene para nosotros.

Salmos 78:56- 57

«Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, y no guardaron sus testimonios; sino que se volvieron y se rebelaron como sus padres; se volvieron como arco engañoso»

Oseas 7:15-16

«Y aunque yo los enseñé y fortalecí sus brazos, contra mí pensaron mal. Volvieron, pero no al Altísimo; fueron como arco engañoso; cayeron sus príncipes a espada por la soberbia de su lengua; esto será su escarnio en la tierra de Egipto»
Vivimos en un mundo donde nadie quiere pagar las consecuencias de sus actos, simplemente quieren hacer lo que les plazca. Pero todo lo que nosotros hacemos ¡Trae consecuencias! A veces son buenas y a veces no tanto…
El pasaje que acabamos de leer empieza diciendo que ellos enojaron a Dios.
¿Cómo podemos enojar a Dios nosotros?
Donde estamos hoy es la consecuencia del ayer y lo que vivamos mañana será parte de lo que hoy sembremos.
El libro de Jueces nos cuenta que había un hombre con un propósito creado por Dios: Manoa que venía de una generación estéril pero el Ángel de Jehová se le aparece y le dice que tendrá un hijo, que ese niño traerá libertad y desde el vientre será separado para Dios, es decir será un Nazareo, alguien apartado para Dios, con un propósito grande. Un nacimiento con un llamamiento rodeado de señales pues Dios tenía un
propósito con este niño llamado Sansón. La gente lo veía como un fortachón pero cuando el Espíritu de Dios venía sobre Sansón se maximizaba su fuerza y lo convertía en un gigante. Lo que hizo que Sansón pudiera más allá de sus fuerzas era que el Espíritu Santo estaba sobre Él.
¿Qué hizo este hombre con un gran llamado para que este se «rompiera» y fuera un arco engañoso?
La vida de Sansón da un giro de 180 grados, cuando decide darle la espalda a Dios.

Jueces 14:8-10

“Tiempo después, al volver para tomar a la mujer, Sansón se apartó del camino para ver el
cadáver del león, y se encontró con que en el cadáver había un enjambre de abejas y un panal de miel”
Sansón se apartó del camino. Su vida comenzó a descender, fue de mal en peor. En vez de caminar en las bendiciones que Dios tenía para él, comenzó a cosechar maldiciones, perdió la visión y se hizo esclavo de su propio pecado. Cuando leemos la vida del Sansón nos damos cuenta que mientras obedeció a Dios, fue una persona bendecida pero fue a raíz que empezó a alejarse de Él y empezó a hacer lo malo… y las cosas comenzaron a irle mal.
La fuerza y el poder de Sansón estaba en su cabello, que era uno de los votos de su consagración. Él no solo perdió la fuerza sino también la presencia de Dios en su vida. Y así como el secreto del éxito de la vida de Sansón estaba en su cabello, el gran secreto de un cristiano para tener éxito está en vivir en santidad.
El día que te permites cortar la santidad así como le cortaron el cabello a Sansón, pierdes mucho más de lo que crees.

Jueces 16:20

“Pero el no sabia que Jehová ya se había apartado de él.”El Espíritu de Dios ya se había apartado de Sansón. Él se puso a jugar… jugó con su santidad, jugó con sus sentimientos y trató de jugar con su talento pero con el Espíritu Santo no se juega.
¿Crees que Dios creó a este gran hombre para ser juguete de los filisteos?
Eso pasa cuando tú juegas con tu santidad pues tus enemigos terminan jugando contigo.
V.9 “Sansón tomó el panal y se fue comiéndolo por el camino, y cuando alcanzó a sus padres les dio miel para que comieran, aunque no les dijo que la miel la había tomado del león”
Come algo inmundo para los judíos y no solo eso, sino que se lo da de comer a sus padres. El pecado no solo afecta a quien lo comete, sino también a quienes más amas… a tu familia. Dios te puso dentro de una familia para bendecirla y no para maldecirla. El Señor dice: la Santidad agrada a mi casa, es decir la santidad te conviene en casa.
V.10 “El padre de Sansón fue y habló con la mujer, y Sansón ofreció un banquete, como solían hacer los jóvenes…”
Se deja seducir y arrastrar por los deseos del mundo. La gente no solo se burla de Sansón sino también de su Dios. Muchas veces no nos damos cuenta que nuestro pecado está siendo un pésimo ejemplo para otros.
Dios creó al hombre para que sea feliz y poder bendecirlo. Este plan que Dios tenía con el hombre se vio alterado, cuando este comenzó a desobedecer a Dios y comenzó a pecar. Adán y Eva pecaron y entró el dolor, el sufrimiento y la ruina al mundo. Mientras ellos obedecieron a Dios vivieron felices, con abundancia y nada les faltaba. Dios nos ama pero aborrece el pecado y no puede bendecirnos mientras no caminemos en santidad. Cuando vivimos en santidad estamos permitiendo que el Espíritu Santo guíe nuestras vidas.
El Espíritu Santo empezó a manifestarse en la vida de Sansón y este joven dejó de ser del común de la gente y empezó a marcar la diferencia. Dios no necesita nada de lo que nosotros le demos. Él necesita corazones que estén rendidos y estén dispuestos a obedecerle por sobre todas las cosas. Dios da oportunidades: «Lo que Dios determina, Dios lo termina». Él no va a detener su obra.
No seas un arco engañoso, sigue el ejemplo que dice Isaías 49:2 «Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me puso por saeta bruñida, me guardó en su aljaba»
Tú has sido levantado por Dios.
¿De qué sirve tu vida si no es usada por Dios? Él cuenta contigo, te escogió en su lista de honor y eres importante para Él.
Ríndete y obedécele totalmente

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