Háblalo con Dios

Devocional diario febrero 10

Háblalo con Dios

Dios tiene una ocasión para ti, un día de bendición en el que te sentirás totalmente renovado.

Ester 7:2

«Y en el segundo día, mientras bebían vino, dijo el rey a Ester: ¿Cuál es tu petición, reina Ester, y te será concedida? ¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, te será otorgada»
Dios mismo nos pregunta en este día: ¿Cuál es tu demanda? ¿Qué quieres que me entere? ¿En qué te puedo ayudar? ¿Cuál es tu petición para que te sea concedida?
Muchas veces dudamos que Dios nos escuche y si lo hace, pareciera que se hiciera el sordo… Estamos  urgidos por una respuesta de Él y no pasa nada… pero tú y yo debemos esperar.

Miqueas 7:7 NTV

«En cuanto a mí, busco la ayuda del Señor y espero confiadamente que Dios me salve, y con seguridad mi Dios me oirá»
Dios nos dice: “Yo te oigo, solo espera confiadamente y ten la seguridad que sea cual sea tu necesidad, puedes hablarlo conmigo”.
Comencemos entonces a conversar con Él…. Sus respuestas traerán paz a nuestro corazón atribulado.
Cuando estamos tristes pero no derramamos nuestro corazón a Dios de manera oportuna, nos hacemos daño.
¡Tenemos que aprender a desahogarnos en Dios! En cuanto a ti, busca la ayuda de Dios, no de otras personas.
ABRAHAM lloró cuando murió su esposa.
EZEQUÍAS cuando le dijeron que se moriría, lloró amargamente.
PEDRO cuando negó a Jesús, lloró fuertemente.
PABLO cuando estaba encarcelado, lloró.
JESÚS lloró antes y llora contigo en tus peores momentos.
Podemos pasar la noche llorando pero a la mañana vendrá la alegría.

Salmo 30:5

“Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría”
Derramar algunas lágrimas no es sinónimo de debilidad sino de honestidad. Ve a Dios con tus cargas, desahógate de lo que te ha pasado y ábrele tu corazón. Tus problemas son tan difíciles que un ser humano no los puede resolver… Solo Dios tiene poder para solucionarlos. Por eso te dice, en Mateo 11:28 “Venid a mi los que estáis cargados y cansados y yo os daré descanso”.
Tú necesitas descansar en Dios, y no hay mejor descanso que en sus brazos. ¡Entrégate! Y ten la seguridad… ¡Él me oirá!
Habla a tu Dios, Él tiene el control de todo.
Cuéntale de tus fracasos y recibe sus victorias.
Háblale de tu familia y preséntale a cada uno, Él mostrará su amor a ellos.
Dios no se aburre de escucharte, para Él todo lo que le cuentas es importante.
Voy a ti con mis cargas y salgo renovado.
Voy a ti con mis deudas y salgo con ideas novedosas. Aun en mis peores momentos, en ti encuentro descanso.
No temas hablar con Dios, Él quiere oírte y responderte.