Devocional diario febrero 16
El Dios Resucitador de sueños
En Juan 11 se narra la historia de la resurrección de Lázaro.
El amor que Jesús tenía por su gran amigo logro este gran milagro.
Hay cosas que quizás sin darte cuenta se han dormido dentro de ti y están muertas en erradas en una cueva como lo estaba el cuerpo de lázaro, pero hoy puede ser el día de la resurrección para ti y para lo que se te había muerto dentro de ti, la esperanza, el amor, los sueños.
¿Cómo resucitar lo que se ha muerto?
Juan 11:3-4 “Así que las dos hermanas le enviaron un mensaje a Jesús que decía: «Señor, tu querido amigo está muy enfermo». Cuando Jesús oyó la noticia, dijo: «La enfermedad de Lázaro no acabará en muerte. Al contrario, sucedió para la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios reciba gloria como resultado»
Jesús lo dijo claro que Lázaro no moriría sino que eso sería para glorificar a Dios.
Yo creo que es lo mismo que hoy Dios nos dice; ¡No creas que eso ha muerto! porque lo que Dios quiere hacer a través de tu circunstancia es que su gloria sea manifestada.
Cuando pensamos que no hay salida, que ya todo terminó Ten una visión de FE, la fe será el motor que te ayudará a seguir viviendo. Sin Fe es imposible agradar a Dios, sin Fe no recibes el galardón.
La Biblia dice que se cree con el corazón pero con la boca se confiesa para salvación.
Tu crees con el corazón pero estableces con tu boca.
Tu crees con el corazón pero afirmas con tu boca.
Es como tener una pistola: La pistola sin balas no sirve, no tiene poder.
Las balas sin pistola tampoco sirven. Una pistola cargada con balas es fulminante.
Tu corazón es la pistola pero tus palabras son las balas.
No basta con tener la pistola hay que dispara las balas.
No solo podemos quedarnos en saber que nuestras palabras tienen poder, debemos empezar a disparar esas palabras con fe. Si creemos una palabra, si creemos en un milagro, si creemos que Dios nos va bendecir debemos empezar a creerlo.
Juan 11:5, 7-11
“Aunque Jesús amaba a Marta, a María y a Lázaro, Pasado ese tiempo, les dijo a sus discípulos: —Volvamos a Judea. Pero sus discípulos se opusieron diciendo: —Rabí, hace solo unos días, la gente de Judea trató de apedrearte. ¿Irás allí de nuevo? Jesús contestó: —Cada día tiene doce horas de luz.
Durante el día, la gente puede andar segura y puede ver porque tiene la luz de este mundo; pero de noche se corre el peligro de tropezar, porque no hay luz. Nuestro amigo Lázaro se ha dormido —agregó después—, pero ahora iré a despertarlo”
Dios hace todo en sus tiempos y no en los nuestros
Sus amigos, las hermanas de Lázaro seguro esperaban que ni bien Jesús se enterara de la gravedad de Lázaro fuera de inmediato pero dice la Palabra que todavía se quedo dos días más. Para la gente Jesús se demoró pero Él estaba esperando el tiempo perfecto.
Nosotros pensamos que Jesús está demorando, la gente nos dice que se nos pasó el tren, pero Dios está esperando el tiempo perfecto.
Dios nunca llega tarde, Él siempre llega a tiempo.
Juan 11:13-16 “
“Ellos pensaron que Jesús había querido decir que Lázaro solo estaba dormido, pero Jesús se refería a que Lázaro había muerto. Por eso les dijo claramente: Lázaro está muerto. Y, por el bien de ustedes,
me alegro de no haber estado allí, porque ahora ustedes van a creer de verdad. Vamos a verlo. Tomás, al que apodaban el Gemelo, les dijo a los otros discípulos: «Vamos nosotros también y moriremos con Jesús».
No le hagas caso a tu Tomás que representa a la incredulidad El Dios Resucitador de sueños En Juan 11 se narra la historia de la resurrección de Lázaro.
El amor que Jesús tenía por su gran amigo logro este gran milagro.
La incredulidad tratará de sabotearte, para que no confíes en Dios y en sus promesas.
Pero tu fe tiene que silenciar a tu Tomás.
Juan 11:17, 20, 21, 23, 25-28, 32
“Cuando Jesús llegó a Betania, le dijeron que Lázaro ya llevaba cuatro días en la tumba. Cuando Marta se enteró de que Jesús estaba por llegar, salió a su encuentro, pero María se quedó en la casa. Marta le dijo a Jesús: —Señor, si tan solo hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto; Jesús le dijo: —Tu hermano resucitará. Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá aun después de haber muerto. Todo el que vive en mí y cree en mí jamás morirá. ¿Lo crees, Marta?
—Sí, Señor —le dijo ella—. Siempre he creído que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que ha venido de Dios al mundo. Luego Marta regresó adonde estaba María y los que se lamentaban. La llamó aparte y le dijo: «El Maestro está aquí y quiere verte». Cuando María llegó y vio a Jesús, cayó a sus pies y dijo: —Señor, si tan solo hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”
A Jesús ni bien llego le llegaron informes negativos, primero que Lázaro ya llevaba más de 4 días muertos es decir ya había entrado en descomposición y después salieron a su encuentro las dos hermanas que aunque afirmaron que creían en Jesús, no escucharon lo que El les decía sino sólo escuchaban su dolor.
Deja de escuchar a Dios con tus sentidos y comienza a escucharlo con tu fe.
Juan 11:25-26
“Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá aun después de haber muerto. Todo el que vive en mí y cree en mí jamás morirá. ¿Lo crees, Marta?”
Dios hace milagros de un día para otro.
(Juan 11:39-42 NTV)
«Corran la piedra a un lado», les dijo Jesús. Entonces Marta, la hermana del muerto, protestó: —Señor, hace cuatro días que murió. Debe haber un olor espantoso. Jesús respondió: —¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios? Así que corrieron la piedra a un lado. Entonces Jesús miró al cielo y dijo: «Padre, gracias por haberme oído. Tú siempre me oyes, pero lo dije en voz alta por el bien de toda esta
gente que está aquí, para que crean que tú me enviaste».
Cambia tu forma de orar, aprende a clamar
Jesús dijo ¡Padre gracias por haberme oído! el tiempo que uso fue pasado para querernos demostrar que El Padre no es que recién va a oír nuestra oración El ya la oyó.
Ora de tal manera que los cielos y la tierra se estremezcan. Si recuerdas los milagros a los que te han ocurrido le anteceden una oración intensa y perseverante.
¡Quieres levantar a ese muerto entonces ora más!
(Juan 11:43, 44 NTV)
Entonces Jesús gritó: «¡Lázaro, sal de ahí!». Y el muerto salió de la tumba con las manos y los pies envueltos con vendas de entierro y la cabeza enrollada en un lienzo. Jesús les dijo: «¡Quítenle las vendas y déjenlo ir!».
Hoy El Señor declara lo mismo para ti que salgas fuera y que las vendas que te ataban a seguir teniendo eso muerto y tenerte paralizado son quitadas y puedes ir a alcanzar el propósito establecido por Dios para ti.