Devocional diario marzo 12

Mi Dios es fuerte en medio de la adversidad

1 Samuel 30:1-6

“Al tercer día, David y sus hombres fueron a Siclag, y se dieron cuenta de que los amalecitas habían invadido el Néguev, y de que a Siclag la habían asolado y le habían prendido fuego. Habían capturado a las mujeres y a todos los que vivían allí, chicos y grandes, aunque no habían matado a nadie; simplemente se los habían llevado cautivos. Cuando David y sus hombres llegaron a Siclag y vieron
que la ciudad había sido incendiada y que las mujeres y sus hijos habían sido capturados, se pusieron tan tristes que lloraron a voz en cuello, hasta que se cansaron. Entre las cautivas estaban las dos mujeres de David, es decir, Ajinoán la jezreelita y Abigaíl, la viuda de Nabal. David se angustió porque todo el pueblo quería apedrearlo, pues les dolía haber perdido a sus hijas y a sus hijos, pero halló fuerzas en el Señor su Dios”

Qué panorama este que enfrentaba David… Imagina que llegas a casa después del trabajo y hay un incendio familiar, “una crisis” y lo peor de todo, tu familia ha sido secuestrada. Yo me sentiría devastada porque amo a mi familia y sé que cuando el enemigo quiere atacarme, usualmente es con algo que nos hiere como familia.

A pesar de la adversidad tan difícil que le tocó vivir a David, puedo aprender que cuando todo va mal en un área específica es porque también en esa misma área, tendré una victoria. Cuando no hay nada que hacer humanamente hablando, todo nos juega en contra y lo peor es que sientes que estás perdiendo todo… ¿Qué hizo David? Halló fuerzas en el Señor, su Dios. Otra versión de la Biblia nos dice que “se fortaleció en Jehová, su Dios”.

Ábrete paso en medio de la adversidad pues mientras más grande sea tu destino, más grande será la adversidad que tengas que enfrentar. Mientras más grande sea tu victoria, más fuerte será tu batalla y cuando sientas que ya no puedes con esa prueba, es cuando más estás calificado para salir aprobado.

David tuvo que enfrentar un gigante llamado Goliat pero él vio a Goliat no como un problema sino como la oportunidad que Dios le estaba dando para ser el próximo rey de Israel. Cuando estás con Dios, en el momento de mayor dificultad, encontrarás una oportunidad de parte de Él para levantarte. 

La adversidad que el enemigo quiso usar para destruir a David, Dios la usó para promoverlo porque David enfrentó la adversidad con la actitud correcta. Y aquí está la verdad… El gran problema de la vida no son las adversidades, sino cómo respondemos frente a ellas. Los obstáculos en nuestra vida tienen la intención de hacernos mejores no amargados y aunque no lo veas, la adversidad tiene sus ventajas. Cuando uno responde con la actitud correcta, la adversidad en vez de aplastarte te impulsa a un mayor nivel.

Dios usa la adversidad para ensanchar nuestra visión, para que aprendamos a confiar en Él y en Su grandeza. Los éxitos más grandes son los que resuelven los problemas más grandes. Es en los momentos de adversidad que debemos estirar nuestra fe al máximo y es ahí cuando nuestra fe crece y se fortalece. Las pruebas no son para afligirnos, sino para ayudarnos a madurar espiritualmente. Para aprender a confiar y a depender de Dios, para conocerlo más íntimamente, ya que tendremos que representarlo frente a otros.

La Biblia es un libro de problemas, lleno de historias de hombres y mujeres que se enfrentaron con desafíos increíbles y que, con la ayuda de Dios, los superaron y se encontraron en otro nivel.

Los chinos tienen un proverbio que dice: “La gema no puede ser lustrada sin fricción ni el hombre perfeccionado sin pruebas”. Así que, no les temamos a las pruebas, sino veámoslas como una oportunidad de darle Gloria a Dios y de salir aprobados. Debemos decir como Job 23:10… “Mas Él conoce mi camino; Me probará, y saldré como oro”.

Es en los momentos de adversidad que nuestro carácter es formado por Dios y Dios saca lo mejor de nosotros. Tú puedes convertir la adversidad en un aliado que te impulse a alcanzar tu destino. 

V. 4 “David lloró hasta que le faltaron las fuerzas para llorar”. David abrió su corazón y se desahogó con Dios. ¡No disimules! y tampoco digas que todo está bien cuando en realidad no es así. Yo me imagino a David preguntándose: «¿Señor por qué a mí?, ¿Dónde estás Dios? Yo he sido obediente, maté un gigante, defendí a tu pueblo y Tú me ayudaste. Soy líder, te amo… ¿Por qué me pasan estas cosas?»

David para enfrentar la crisis abrió su corazón y se desahogó con Dios. ¿Cuánto tiempo? Hasta que las fuerzas se acabaron, hasta que se cansó de llorar. Cuando las fuerzas tuyas se acaban, allí comienzan las fuerzas de Dios. Cuando sientas que no puedes estar de pie, entonces ponte de rodillas y ora a tu Dios. ¡Clama! No existe una vacuna contra situaciones difíciles ni un antídoto contra el dolor.

¿Qué haces en tu peor día?
ABRAHAM lloró cuando murió su esposa.
EZEQUÍAS recibió la noticia que se moriría y el lloró amargamente.
PEDRO negó a Jesús y lloró fuertemente.
PABLO lloró cuando estaba encarcelado.
JESÚS lloró antes y aún llora ahora contigo en estos momentos.

Podemos pasar la noche llorando, pero a la mañana vendrá la alegría.

Salmo 30:5

“Su enojo dura sólo un momento, pero su bondad dura toda la vida. Tal vez lloremos durante la noche, pero en la mañana saltaremos de alegría” 

Existen personas que han luchado en un área de su vida por mucho tiempo y les es fácil aceptar la derrota: «Yo siempre he tenido esta enfermedad y nunca mejoraré, yo siempre he sido pobre y nunca prosperaré, yo siempre he estado soltero y nunca me casaré». Esos son pensamientos que quieren derribar nuestra vida, quiero decirte que, aunque el diablo te golpee por fuera, tú siempre puedes levantarte por dentro. Siempre que te levantes por dentro y te determines no retroceder, Dios podrá obrar sobrenaturalmente en tu vida y darte la victoria. 

Si decides levantarte por dentro, ninguna adversidad o circunstancia podrá mantenerte derribado. Tanto las circunstancias como los problemas cambian cuando decidimos mantenernos en pie. 

Hay momentos en la vida de todo cristiano donde hemos orado, nos hemos parado en fe, pero al parecer nada ha cambiado en nuestra vida… Es en esos momentos, donde debemos determinarnos mantenernos firmes y no retroceder.

Tú debes demostrarle al enemigo que estás más determinado que él. Debes demostrarle al enemigo que, aunque él te pegue con todo lo que tiene, no va lograr hacerte retroceder. Debes demostrarle al enemigo que, aunque te haga caer, no te vas a quedar en el suelo sino que te vas a levantar y vas a continuar caminando con Dios en medio de la adversidad.

17-19 “David, aprovechando su descuido, los hirió de muerte durante todo ese día y hasta la tarde del día siguiente, sin dejar con vida más que a cuatrocientos jóvenes que huyeron montados en sus camellos. Después de que David recuperó todo lo que los amalecitas habían robado, liberó también a sus dos mujeres. David recuperó todo, sin que le faltara absolutamente nada, por pequeña que fuera, y los hijos y las hijas las devolvió David a sus padres”

Cuando caminas de la mano del Espíritu Santo podrás recuperar todo y cuando digo TODO… es TODO.

A veces pensamos que perdimos años de nuestra vida pero Dios te dice: “Tú lo recuperarás todo”… Recuperarás tu salud, recuperarás tu familia, recuperarás tu casa…