¿Qué hace Jesús cuando las olas golpean en nuestras vidas?

Devocional diario marzo 13

¿Qué hace Jesús cuando las olas golpean en nuestras vidas?

Mateo 14:22-24 NVI

“En seguida Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado mientras él despedía a la multitud. Después de despedir a la gente, subió a la montaña para orar a solas. Al anochecer, estaba allí él solo, y la barca ya estaba bastante lejos de la tierra, zarandeada por las olas, porque el viento le era contrario”

Jesús está ORANDO POR TI. Él sigue haciendo lo mismo en medio de nuestras tormentas. Mientras las olas (los ataques) golpean nuestra vida, Él no esta indiferente a eso, sino que está orando por ti.

¿Cuántas veces nos hemos sentido solos? Pero es en esos momentos donde sacamos unas fuerzas que no tenemos para estar pie y es porque Jesús está orando por nosotros. 

El enemigo tiembla cuando oramos.

Jesús sabía que nosotros necesitaríamos de su oración para mantenernos firmes, por ello cuando las olas golpeen tu vida muy fuerte… recuerda ¡Jesús está orando por ti!

A veces pensamos que Dios se olvidó de nosotros, que lo que estamos pasando es muy fuerte, que Él está ocupado con otras cosas y que lo nuestro es insignificante. Dios nunca está más lejos de nosotros que a una oración de distancia. Cuando sientas que tus pies no te puedan sostener, entonces arrodíllate. Nunca somos tan altos como cuando estábamos de rodillas delante de Dios reconociendo nuestra necesidad de Él. Si hoy pudieras escuchar la oración de Jesús por ti, no temerías enfrentarte a un millón de gigantes, problemas o enfermedades porque tendrías la seguridad que Él está de tu lado y si Dios está de nuestro lado y orando por nosotros, no hay NADA que temer.

v.25-26 “En la madrugada, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el lago. Cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el agua, quedaron aterrados. —¡Es un fantasma! —gritaron de miedo” Lo mismo que les sucedía a los discípulos, nos sucede a nosotros. A veces no reconocemos a Dios en el panorama y nos llenamos de miedo. Las olas, la bulla, los demás, nuestros pensamientos… no nos dejan
reconocer que Él está ahí y comenzamos a creer que nos ha dejado solos.

Cuando el temor llame a tu puerta, manda a tu fe a abrirle y te darás cuenta que no habrá nadie tocando.

1 Pedro 5:7

“Echando toda ansiedad sobre él (Dios), porque él tiene cuidado de nosotros”

Es decisión nuestra si tomamos el café de la ansiedad o tomamos un extra expreso de CAFÉ de nuestra FE.

v.27 “Pero Jesús les dijo en seguida: —¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo”

Jesús siempre responde enseguida y nos dice: «Cálmate. Yo SOY, lo que necesitas. Soy tu pronto auxilio, no hay nada que temer».

¡Él está en control!
V.28-29 “—Señor, si eres tú —respondió Pedro—, mándame que vaya a ti sobre el agua. —Ven —dijo Jesús. Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: ¡Señor, sálvame!”

El acto de Pedro de caminar por el mar, más que un acto heroico y valiente que lo llevó a experimentar ese gran milagro  es un acto de FE y OBEDIENCIA.

Es necesario ser obedientes para alcanzar caminar sobre el mar, tenemos que someternos a Dios y aceptar Su voluntad. Existe gente que piensa que para alcanzar su milagro solo debe tener fe pero deben tener también obediencia, por eso no alcanzan lo que desean.

La obediencia va más allá de lo que pensamos, sentimos o deseamos.

Y no nos podemos olvidar de la Fe, cuando Pedro recibió la orden, actuó… no pensó, él solo hizo lo que tenía que hacer. Él no miró las olas, no escuchó a los demás discípulos que gritaban que era un fantasma, no sintió el viento frío que soplaba, no pensó… solo confió en la orden que le dio Jesús y se arriesgó al máximo, hasta exponer su vida. Eso es Fe… No pienses, no escuches ni sientas algo que no te deje avanzar en tu camino.

La fe es como una linterna, no importa lo oscuras que parezcan las cosas pues ella te ayudará a encontrar lo que buscas.

v.30-32 “En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió: —¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Cuando subieron a la barca, se calmó el viento”

Pedro para seguir su camino necesitó fe. Cuando él dio sus primeros pasos, se asustó y dejó de perseverar. La fe es acción, tu fe podrá mover montañas, pero para eso necesitas ejercitarla. Cuando ya hemos comenzado a actuar, debemos afrontar el miedo con valentía y seguir.

Jesús sujetó a Pedro, yo quiero creer que lo abrazó y le dijo: «¿Por qué dudaste? No dudes, cree solamente».