Dios nunca renunciará a ti

Devocional diario marzo 30

Dios nunca renunciará a ti

El amor de Dios no renuncia a nosotros, muy por el contrario, somos nosotros los que muchas veces queremos borrarnos del mapa, quemar el acta de nacimiento y renunciar, antes de tiempo, a todos los planes que Dios tiene para nosotros.

¿Cuántas veces hemos pensado en pasarle nuestra carta de renuncia al jefe mayor? Y hemos dicho: «¿Para qué nací? Esto no es vida, es un infierno» o «Dios no me quiere, solo me trajo aquí para verme sufrir y quemarme». Pero no es así pues «Dios los eligió a ustedes para que compartan todo con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor, y Él siempre cumple su palabra» (1 Corintios 1:9 TLA)

Él te eligió entre muchas otras personas. Eso quiere decir que tú ganaste.

¿Cuál fue el premio? La vida y Su amistad. Sí, fuiste acreedor de un contrato de por vida, donde se promete pagarte más de lo que has sembrado.

¿Por qué crees que sucedió eso?

– Pudiste morir de una enfermedad, pero te prolongó la vida y no renunciará a ti.

– El accidente que tuviste fue demasiado fuerte, pero sigues vivo porque no renunciará a ti tan fácilmente, sino que te engreirá con sus cuidados.

– Todos hemos estado en peligro inminente, en situaciones donde decimos «de esta ya no paso» pero aún con ello, Él no renunciará a ti.

Es Dios quien cuenta con que tú no abandonarás la carrera. El mismo Jesús – cuando venían a apresarlo, crucificarlo y matarlo – había conversado con el Jefe Mayor para decirle: «Si quieres pasa de mí esta copa. No me molesto si me despides de este trabajo, en otras palabras, es demasiado lo que estoy viviendo, Dios. Todos me han dado la espalda, quisiera renunciar, pero sé que amas tanto a la persona que está leyendo este mensaje que pasaré por toda esta cruz, para que Él sepa que no está solo, para que sepa que más grande es tu amor que el peso de sus pecados, que más grande es tu perdón que la culpa de todos estos años…». Finalmente dijo: «Que no se haga mi voluntad sino la tuya».

Si se hubiese tratado de Jesús hombre como tú o yo, quizá hace mucho tiempo hubiera renunciado… Desde que le gritaron brujo, jefe de demonios, charlatán, que se salve a sí mismo… Acuérdate que lo masacraron, lo crucificaron no solo con clavos sino con las palabras de odio de aquellas personas que sin conocerlo, lo juzgaron pero aun así, Él no se bajó de esa cruz por ti porque Él no renunciará a tu amor jamás.

A pesar de que nos desencantemos de la gente que encontramos en el camino, la fidelidad de Dios nos ayudará a permanecer.

¿Con qué seguridad puedes no renunciar? Él siempre cumple su Palabra.

«Tu amor inagotable, oh SEÑOR, es tan inmenso… tu fidelidad sobrepasa las nubes» (Salmos 36:5 NTV)

Su amor por ti no se ha agotado, no tiene fecha de vencimiento, tampoco es que Él se ha cansado de ti y de tus rollos… Quiero que sepas esto: «No te va a dejar porque te ama y su amor es más inmenso de lo que te puedas imaginar. Sobrepasa las nubes, sobrepasa tu pasado, sobrepasa su fidelidad pues Él nunca renunció ni renunciará a ti. Esto te va a sostener de por vida… ¡No lo olvides!».

Muchas veces, tú preguntas: «¿Terminaré la tarea que Dios me ha encomendado en este mundo?”. Y yo te digo que no renuncies porque los propósitos de Dios traen siempre una promesa y una recompensa.

«Pues el Señor ama la justicia y nunca abandonará a los justos. Los mantendrá a salvo para siempre, pero los hijos de los perversos morirán» (Salmos 37:28 NTV)

Dios nunca te abandona. Por eso te ha salvado «miles de veces» porque nunca estás solo, sino que Él siempre está contigo.

Y quizá puedes preguntarte: «¿Si Dios no ha renunciado a mí, por qué no salgo de esta situación?». Hay algo que no nos hemos dado cuenta y es que, desde el cielo, las cosas se ven totalmente diferente de cómo las vemos en la tierra. En el cielo esa situación que tanto te incomoda, duele y se prolonga… es solo temporal. Es solo una estación de tránsito donde en este instante se va a dar el pase de luz verde y vas a salir de ahí.

Recuerda: Hasta las situaciones más dolorosas tienen un propósito bueno. Al final, nuestra vida siempre es ganancia porque estemos como estemos… Dios siempre está con nosotros y eso, es más que suficiente. Así que, Él nunca renunciará a ti, aun cuando tú hayas renunciado a Él… Te sigue esperando porque te ama.