Devocional diario noviembre 14
Fe mas Enfoque
En 2 Tesalonicenses 1:4 encontramos, “Así que nos sentimos orgullosos de ustedes ante las iglesias de Dios por la perseverancia y la fe que muestran al soportar toda clase de persecuciones y sufrimientos.”
Lo que nos mantiene firmes en medio de las persecuciones y las tribulaciones es la fe y la perseverancia. La fe nace y se alimenta de la Palabra de Dios.
Así que si tu nivel de fe es bajo es porque tu nivel de devoción, de lectura de la Palabra es bajo.
Muchos quieren tener fe para mover montañas pero no se disponen a leer ni un capítulo de la Biblia cada día.
Si quieres tener esta clase de fe, una fe sobrenatural, entonces empieza por leer, meditar y escuchar a Dios por medio de su Palabra. Es necesario robustecer la fe, nutrirla cada día, si no lo haces vas a ser débil en la fe, siempre luchando y dándole vueltas a lo mismo. Sin su Palabra, no hay fe y la fe sin la Palabra de Dios es religión.
La fe no es otra cosa que nuestra confianza en la Palabra de Dios. El diablo va a querer derribar tu confianza en Dios y en su Palabra.
Lo segundo es la perseverancia lo cual significa consistencia, no cambiar, permanecer firmes.
Ahora, los problemas van a venir, al igual que las persecuciones y las aflicciones y lo primero que debemos hacer cuando vienen es ir a la Palabra de Dios.
Es ahí donde encontramos nuestra artillería, las balas para poder defendernos. La Biblia no es tan solo un libro lleno de versículos, es un libro que nos equipa con municiones que sirven no sólo para defendernos sino para atacar a nuestro enemigo y conquistar terreno.
El problema de muchos cristianos es que van a la guerra sin balas y por eso el enemigo muchas veces los hace salir corriendo. Debes aprender a saber cómo responder a un ataque, debes saber qué hacer en los momentos difíciles.
Hoy quiero enseñarte cosas prácticas que te van a ayudar a que cuando venga un problema, no te desanimes, sino que desde ahora en adelante te conviertas en un problema a tus problemas, desde ahora en adelante vas a saber responderle y vivir por encima de los problemas.
Ejemplo, vas al médico y te diagnostican con cáncer; en vez de ponerte a llorar e ir a hacer tu testamento, lo primero es ir a la Biblia, buscas en tu concordancia todas las promesas sobre sanidad y empiezas a responderle a tu cáncer con la palabra de Dios. Si esa misma noche sientes dolor, en vez de decir me estoy muriendo, dices, por sus llagas he sido sanado, de acuerdo a Isaías 53.
Al día siguiente te levantas y sigues confesando Isaías 53, por sus llagas he sido sanado.
En la tarde, por sus llagas he sido sanado.
En la noche, por sus llagas he sido sanado.
A la siguiente semana sigues confesando, por sus llagas he sido sanado y te vas a dar cuenta que poco a poco te vas a empezar a sentir mejor, poco a poco te vas ir recuperando, hasta que llega el día en que vas a decir, ya no hay enfermedad, estoy completamente sano.
Lo mismo con las finanzas, igual con tu trabajo, tu área sentimental, etc.
Y me preguntas, ¿y qué hago con la Palabra? Cuando tengas la Palabra la vas a escribir en todas partes, vas a empezar a meditar en ella hasta que te quedes embarazado con esa Palabra, y la vas a confesar de día y de noche.
Una vez tengas la artillería lista, una vez tengas la Palabra interiorizada, tienes qué prepararte para que esa Palabra pase por una prueba.
Por ejemplo, si estás pasando por un momento de crisis financiera y la promesa es que Dios te ha dado el poder para hacer riquezas pero la realidad es que tu billetera sigue vacía tienes 2 opciones:
Ver tu billetera y no creer en la Palabra de provisión y aceptar que estás quebrado, que naciste pobre y que vas a morir pobre.
La segunda opción es ver tu billetera vacía, pero decir que no le crees a las circunstancias, que más bien le crees a la Palabra de Dios y que en el nombre de Jesús serás bendecido y que Dios te ha dado el poder para hacer las riquezas.
La fe no funciona sin perseverancia.
La fe que alcanza lo imposible, la fe de milagros es consistente.
Dios no necesita dinero, ni recursos, ni una profesión para bendecirte, Dios necesita tu fe perseverante.
Santiago 1: 2-3
“Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia.”
Si las pruebas produjeran paciencia entonces sería el hombre más paciente del mundo.
V.4 “Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.”
La paciencia nos ayuda a completar la obra.
Yo debo entender que cada adversidad es un peldaño para desarrollar nuestro máximo potencial e ir a un nivel más alto en mi vida.
Para obtener una promoción en un trabajo, a uno le hacen una serie de pruebas y si pasas esas pruebas, te ascienden hasta con un mejor salario.
Lo mismo pasa en la vida cristiana, si quieres ser promocionado vas a pasar por pruebas.
No sigas huyendo de las pruebas, por el contrario úsalas para impulsar tu vida al siguiente nivel y si el diablo te tira piedras, úsalas para construir una escalera hacia el éxito. Tienes qué entender que él no te puede vencer pues es más poderoso el que está en tí que el que se cree amo de este mundo. Así que cuando el diablo ponga un obstáculo en tu vida, examina tu corazón y pon tus ojos en la promoción, mira la oportunidad, mira la bendición, sé que no es fácil pero es la verdad.
Hebreos 6:12 “No sean perezosos; más bien, imiten a quienes por su fe y paciencia heredan las promesas.”
¿Cómo alcanzamos las promesas? Una vez aprendí la siguiente fórmula que me ha ayudado en mi jornada y que quiero compartir contigo: Fe + Enfoque + Seguimiento = Cumplimiento del Sueño.
Mucha gente se la pasa toda la vida cristiana tratando de vivir en integridad, tratando de vivir una vida de fe, tratando de hacer las cosas correctas y progresar, pero deja de tratar, y sé real, sé auténtico aceptando que eres frágil, que necesitas una dosis de fe, de confianza en la obra de la Cruz, que has muerto con Cristo y has resucitado con ÉL.
Es decir, cuando sientas que no puedes más y que quieres de una vez por todas tirar la toalla, volver a atrás, simplemente fortalécete en Dios, sigue esforzándote con perseverancia que desde los cielos hay cantidades de ángeles que te están alentando a continuar. Dios es tu fuerza. Dios tiene grandes cosas para tí!