Devocional diario octubre 08
Una petición de victoria
Cuando uno lee el Salmo 20, siente que está orando a favor de alguien, ya que encierra una oración de protección, una oración de bendición, una oración amorosa, una oración cargada de lo mejor de Dios para sus hijos.
v.1-9 “Que el Señor responda a tu clamor en tiempos de dificultad; que el nombre del Dios de Jacob te proteja de todo mal. Que te envíe ayuda desde su santuario y te fortalezca desde Jerusalén.
Que se acuerde de todas tus ofrendas y mire con agrado tus ofrendas quemadas.
Que él conceda los deseos de tu corazón y haga que todos tus planes tengan éxito.
Que gritemos de alegría cuando escuchemos de tu triunfo y levantemos una bandera de victoria en el nombre de nuestro Dios.Que el Señor conteste a todas tus oraciones.
Ahora sé que el Señor rescata a su rey ungido. Le responderá desde su santo cielo y lo rescatará con su gran poder.
Algunas naciones se jactan de sus caballos y sus carros de guerra, pero nosotros nos jactamos en el nombre del Señor nuestro Dios.
Esas naciones se derrumbarán y caerán,pero nosotros nos levantaremos y estaremos firmes.
¡Da la victoria a nuestro rey, oh Señor! Responde a nuestro grito de auxilio.”
Lo que más anhelamos es que Dios nos responda cuando estamos pasando por tiempos de dificultad, la voz de Dios en esos tiempos trae paz a nuestro corazón.
Su sola palabra nos hace saber que estamos protegidos de todo mal, y qué importante que Dios se acuerde de cada una de nuestras ofrendas. Si bien es cierto que nuestra intención no es recibir un beneficio cuando damos una ofrenda, lo que sí es cierto es que con cada ofrenda vamos acumulando intereses en nuestras cuentas del cielo; eso hace que Dios nos mire con agrado y se sienta feliz de nosotros sus hijos.
Disney, la compañía de entretenimiento, usa un slogan que dice: “donde tus sueños se hacen realidad” pero en Dios el slogan es más completo: “donde todos tus deseos y tus planes tienen éxito.”
¡Qué alegría! ¡Qué triunfo! ¡Que victoria! Es Dios quien contesta nuestras oraciones
Muchos se jactan de sus títulos, de sus posesiones, de su múltiple conocimiento y talento, pero nosotros nos jactamos del Dios tan grande que tenemos. Él y sólo Él nos dará la victoria, en Él podemos confiar nuestro destino, en Él podemos vivir seguros.