✅En el río de tus bendiciones

Devocional diario octubre 15

En el río de tus bendiciones

«Dios mío, ¡tu amor es incomparable! Bajo tu sombra protectora todos hallamos refugio. Con la abundancia de tu casa nos dejas satisfechos; en tu río de bendiciones apagas nuestra sed. Sólo en ti se encuentra la fuente de la vida, y sólo en tu presencia podemos ver la luz.»
Salmos 36:7-9

A Dios le gusta que tengamos sed por Él, y que recurramos a Él para recibir todo lo que necesitamos. Como el amor de Dios, no vamos a encontrar a alguien que nos ame más, nadie estaría dispuesto a dar su vida por nosotros, Él es la única fuente de nuestra vida.

Isaías 55:1 “A todos los sedientos: Venid a las aguas.”

Solo viviremos completamente satisfechos cuando estemos en su casa, en su presencia.

Cuando te sientes insatisfecho debes buscar a Dios, porque es en su río de bendiciones donde nuestra sed se apaga; tú y yo, como hijos de Dios, debemos estar sedientos por encontrarnos con Él cada día. La fuente de vida nos da una vívida imagen de agua fresca y purificadora que le da vida al sediento espiritual.

Salmo 42:1-2 es un salmo de la sed de Dios. «Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche.”

El ciervo tenía que sumergirse por completo en las corrientes de aguas para que sus enemigos perdieran el rastro y se convirtiera en animal de caza, así mismo nosotros debemos sumergirnos en el río de Dios, para que nuestro enemigo pierda su rastro y nos siga persiguiendo para matarnos.

Desespérate por la presencia de Dios, quítate el traje de tu profesión y ponte el traje el de un ciervo sediento por Dios.

Reflexiona un momento: ¿En qué momento perdiste la sed por la presencia de Dios? Antes pasábamos las noches enteras buscando a Dios y devorando la Biblia, no había que decirnos que ayunemos, o que oremos, éramos nosotros mismos los que nos poníamos la meta de leer toda la Biblia en un año. ¿por qué? Estábamos sedientos por Dios y no estábamos conformes sino que queríamos más y más.

Salmo 65:9 «El río de Dios está lleno de aguas.”

El río de Dios está lleno de su presencia, está lleno de amor, lleno de su sanidad, el río de Dios es el que suple tu necesidad de vida.

Aún en el desierto más seco, aún después de una caída, si te acercas al río de Dios con sed, vas a reverdecer.

Job 14:7-9 «Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; Retoñará aún, y sus renuevos no faltarán. Si se envejeciere en la tierra su raíz, Y su tronco fuere muerto en el polvo, Al percibir el agua, reverdecerá, Y hará copa como planta nueva.»

Llegas a ser semejante a la famosa Rosa de Sarón, que si está a punto de morir, al percibir el agua, reverdece para volverse un hermoso rosal.

Por mucho tiempo creíamos que estábamos vivos pero había algo que había muerto y ya no crecíamos en nuestro amor por la presencia de Dios. Más cuando llegan las aguas de Su presencia sobre ti volverás a la vida.

Hoy te animo a que te sumerjas en el río de Dios, en el río de Su presencia, que la sed de Él se despierte en tí; recuerda que nada ni nadie puede satisfacer esta sed, sólo el amor y la presencia de Dios.

Somos como una planta sedienta de agua fresca, Señor eres mi amado y hoy quiero acercarme a tu manantial pues nadie me conoce como tú y nadie me satisface como tú.

Si el mensaje ha hablado a tu vida, deja un comentario a continuación, esto nos ayudará a seguir creciendo. Y comparte el mensaje con esas personas que Dios a puesto en tu mente mientras encuchas el devocional.