▷Redescubriendo a Jesús 【 DÍA 8 】
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Leemos en Mateo, capítulo 16, versículo 24: “Dijo Jesús a sus discípulos: —Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme.”

Entendiendo el sufrimiento.

Queridos, esta es una verdad ineludible, todos sufrimos.El sufrimiento viene de muchas formas y tamaño y usa muchas caretas.En ocasiones no podemos hacer absolutamente nada, salvo orar, clamar a Dios y esperar en Él.

Dios nos llama a entender que el sufrimiento es uno de los principales misterios de la experiencia humana.Para algunas personas su sufrimiento es público.Otras, sin embargo, sufren callada e interiormente.Lo cierto es que todos sufrimos.Yo sufro de una manera y tu sufres de otra.

Nunca sabremos, o al menos mientras estemos en este lado del cielo, por qué mueren los niños, o por qué muere alguien que es bueno, mientras que uno ve que muchas personas que son realmente malas llegan a buena vejez.Hay muchas cosas que para nosotros no tienen sentido, pero no por esto no lo tiene para Dios.Para nosotros son un misterio.Y estamos llamados a hacer la paz con los misterios de la vida, para poder seguir creciendo espiritualmente.La Biblia lo asegura claramente en Deuteronomio capítulo 29, versículo 29: “Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios.Pero, lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley”.

Tan sencillo como esto, nuestra mente finita nunca podrá comprender la mente infinita de Dios.Y debemos aprender por más que nos cueste a descansar y a confiar en Dios, en cuanto a los misterios de la vida.

Nuestra fe y esperanza que tenemos en Jesucristo, nos deben llevar a entender que el sufrimiento tiene un valor en Dios.Puede que mientras estemos en esta tierra, no lo entendamos del todo, o nunca lo comprendamos, pero es un misterio.Y por tanto, tiene un valor en Dios.Yo mismo he tenido que aprender esto como paciente, estado afectado de una condición renal crónica.

Mi sufrimiento, mi dolor, mi tristeza, siempre me llevan a considerar la cruz de Cristo.Y sin temor a equivocarme, debo decirte hoy, que el sufrimiento también debe ser fundamental en la vida del verdadero y auténtico discípulo de Jesucristo.Porque si el sufrimiento de Jesús tuvo un valor incalculable a los ojos de Dios Padre, nuestro sufrimiento también lo es a los ojos de Cristo.

Lo maravilloso es saber que Jesús nos consuela en nuestro sufrimiento.En Juan capítulo 16, versículo 20 al 22, hablándoles Jesús a sus discípulos por la tristeza y el sufrimiento por causa de la persecución que vendría sobre ellos les dijo: “Ciertamente les aseguro que ustedes, llorarán de dolor, mientras que el mundo se alegrará .Se pondrán tristes, pero su tristeza se destruirá en alegría.La mujer que está por dar a luz siente dolores porque ha llegado su momento, pero en cuanto nace la criatura se olvida de su angustia por la alegría de haber traído al mundo a un nuevo ser.Lo mismo le pasa a ustedes: Ahora están tristes, pero cuando vuelvan a verlos se alegrarán, y nadie les va a quitar esa alegría.”

Queridos, este pasaje es prueba suficiente para saber que Jesús ve el sufrimiento de una forma completamente diferente a como lo ve el mundo.Vivimos en una cultura secular que desprecia el sufrimiento como, algo inútil. De hecho, la sociedad hace lo que sea con tal de tapar el dolor o el sufrimiento. Y proclama que debemos evitarlo a toda costa. Estas sufriendo, vete de compras – dicen-, o mejor -vete de viaje, disfruta un poco, distráete un poco-

En otras palabras, el mundo también tiene su mensaje, por no decir su evangelio.sino, mira la incapacidad del mundo para entender o manejar el sufrimiento.

El punto, es que el sufrimiento en las manos de Dios es un poderoso instrumento que puede transformarnos en personas, más amorosas, más sensatas, más sabias, más justas, más santas.Y nos llevan a terrenos espirituales que nunca habíamos considerado ir.

Ahora, no estoy diciendo que para ser más espirituales hay que sufrir más, no. O que debemos buscar el sufrimiento a toda costa, no.Lo que estoy diciendo es que el sufrimiento en las manos de Dios tiene un propósito, y me refiero al sufrimiento que es inexplicable, al sufrimiento que es un misterio para nuestra vida, y que, en lugar de alejarnos de Él lo aceptamos y dejamos que nos transforme como Dios quiera.

En ninguna parte de las Escrituras vemos que Jesús dijo, o nos aseguró, o prometió que no sufriríamos.Al contrario, Él aseguró que en el mundo tenemos aflicción.Pero que en Él encontraríamos una salida para las aflicciones de la vida.

Hay una realidad que no podemos olvidar: En la cruz, en el momento de mayor sufrimiento para Jesús.En la hora más oscura de la humanidad, ése viernes a las 3:00 de la tarde.Jesús, en medio del más duro y oscuro tormento, por amor dio su vida por nosotros.Y nuestro texto del día también nos lo recuerda hoy.Si alguno, realmente quiere ser discípulo de Cristo, niéguese así mismo, acepte su cruz y sígalo. Así fue como Jesucristo cambió el mundo.Radicale, No. Yo no sé cuál es tu cruz pero con seguridad, sé cuál es la mía.La verdad es que algunos días estoy más renuente que otros a levantarme y cargarla.Pero lo que sí sé, y estoy absolutamente seguro, es que cualquiera que sea nuestra cruz, si estamos en Cristo, sin duda alguna

 

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