Es Tiempo de Conectar, diciembre 09

Dos busca hombres y mujeres líderes que trascienden y tienen pasión y visión de traer transformación a nuestras iglesias, nuestras ciudades, familias e individuos y son exitosos cuando establecen metas, movilizan a otros y vencen obstáculos que se les presentan en el camino.

Prov. 11:10-19,

“Cuando los justos prosperan, la ciudad se alegra;
La bendición de los justos enaltece a la ciudad,
El falto de juicio desprecia a su prójimo, pero el entendido refrena su lengua.

La gente chismosa revela los secretos; la gente confiable es discreta.

Sin dirección, la nación fracasa; la victoria se alcanza con muchos consejeros.
El fiador de un extraño saldrá perjudicado, negarse a dar fianza es vivir seguro.
La mujer bondadosa se gana el respeto.

El que hace bien a otros se beneficia a sí mismo; el que es cruel, a sí mismo se perjudica.

El malvado obtiene ganancias ilusorias; el que siembra justicia asegura su recompensa.

El que es justo obtiene la vida; el que persigue el mal se encamina a la muerte.”

Durante la década de los 2010 participé de un programa de Liderazgo Transformacional en la Universidad Bakke Graduate University que cambió el rumbo de mi vida.

Aprendí que para ser un líder transformacional, algo muy necesario en nuestra sociedad se parte de la necesidad prevalente y se hace la pregunta, cómo puedo poner un grano de arena y contribuir al cambio.

¿Por qué tanta pobreza, por qué tanta corrupción, por qué tanta injusticia, violencia, la desintegración familiar y lo que más ha afectado a mi país que es en la actualidad el país con mayor del mundo desplazamiento interno?

Rom. 8:22-

“Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no solo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo.”

Una persona de mi generación que no se quedó quejándose sino que ejerció un liderazgo transformacional fue Martin Luther King Junior, un pastor y activista bautista de la ciudad de Atlanta en los EEUU.

Compartió de una manera clara y poderosa sobre su sueño de que, un día, viviría en una nación donde sus hijos “no serían juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter.”

Soñó con un mundo transformado donde todos pudieran unir sus manos y decir: “¡Libres al fin! ¡Gracias al Dios Todopoderoso, somos libres al fin!.”

Martin Luther King Jr. era un seguidor de Jesús y su agenda era el Reino de Dios.

El Reino de Dios no es solo que la gente asista a una iglesia, asistan a un estudio bíblico y experimenten una conversión, por indispensable que todo esto es, sino la transformación de la sociedad.

Dios busca a hombres y mujeres que crean que por humilde que sea su contribución, crean que Dios usa a los que menos espera para traer la necesaria transformación de nuestra sociedad.

Usó a individuos de los cuales se esperaba muy poco,

A David, un jóven pastor de ovejas.
A Moisés, instruido en la casa de Faraón.
A Nehemías, copero del rey que vivía muy lejos de su nación.
A Pablo, perseguidor de la iglesia.
La Madre Teresa de Calcuta, una mujer entregada en servicios a los pobres.

Me quedaría sin espacio para mencionar a tantos otros que han cambiado y están cambiando nuestra historia.

1 Cor. 1: 28-29,

“También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es nada, para anular lo que es, a fin de que en su presencia nadie pueda jactarse.”

Aprendí sobre seis elementos que son indispensables para la transformación integral de nuestra sociedad que son parte de ser un líder transformacional y que si miramos bien, todos fueron parte del liderazgo de Jesús:

Liderazgo encarnacional, Jesús no se quedó en el cielo y desde allí envió órdenes.
Basado en el llamado. ¿Tienes una carga, un llamado especial? Ponle atención y no te quedes quieto.

Sirve tu contexto. No impongas maneras externas que no se apliquen al contexto.
Reflexivo. Hace reflexión y tiene en cuenta el pasado y el presente para desear un futuro mejor.

Transformacional. No es dueño de nada sino que es mayordomo (administrador) de sus relaciones, de su conocimiento y de sus recursos.

Tiene impacto global. Tiene en cuenta que sirve en un mundo globalizado.

Dios, venga a nosotros tu Reino, hazme entender que me llamas para poner un granito de arena y traer esperanza a un mundo que gime y anhela la transformación que sólo tú puedes traer. Amén.

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