Devocional 025 julio

Es Tiempo de Conectar, julio 025

Mejor herida que encerrada

“Así como el Padre me envió a mí, yo los envío a ustedes.” Juan 20:21
El evangelio no fue dado para ser guardado y exhibido en vitrinas sino que fue dado para ser compartido en las calles, en los hogares, en los trabajos y en cada rincón donde hay dolor, injusticia y sed de verdad.

Jesús no vino a fundar un club compuesto por los que ya están sanos sino que vino a buscar y salvar lo que se había perdido.

Pero muchas veces, como Iglesia y también como creyentes perdemos la pasión por la necesidad que nos rodea y caemos en la tentación de encerrarnos.

Nos sentimos más seguros entre paredes, cumpliendo con programas de la iglesia, entre gente que piensa como nosotros, lejos del ruido y del caos del mundo real y sin darnos cuenta, podemos convertirnos en una Iglesia enferma por el encierro.

Me parece muy puntual y a menudo cito a pastores evangélicos algo que dijo el Papa Francisco en una reunión de obispos latinoamericanos y que dejó por escrito en su Evangelii Gaudium:

«Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a sus propias seguridades.»

El Pastor Bautista Martin Luther King Jr. dijo una frase célebre que exhorta a no ser indiferente a la necesidad; dijo, «Lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos,» queriendo resaltar la importancia de la acción y el compromiso frente a la injusticia y el sufrimiento, en contraste con la pasividad que puede permitir que el mal prospere.

¿Qué sucede cuando nos encerramos?
Perdemos la pasión misionera.
Nos volvemos críticos en vez de ser compasivos.
Nos enfocamos más en procedimientos que en las personas.
Comenzamos a tener miedo de “ensuciarnos” al salir.

Pero Jesús no tuvo esa obsesión por el encierro, tocó leprosos, comió con pecadores, habló con marginados y fue acusado de andar con gente “indeseable”. Y a nosotros nos dice: “Así como el Padre me envió a mí, yo los envío a ustedes.”

¿Qué significa ser una Iglesia herida por salir a la calle?
Significa tener el corazón roto por el dolor de otros, no por mantener nuestra reputación.

Significa ensuciarse las manos con los problemas reales del mundo.

Significa invertir recursos en las misiones.

Significa arriesgar comodidad, imagen y recursos por llevar el amor de Dios donde más se necesita.

Significa perder para ganar. Salir para encontrar. Herirse para sanar a otros.

Preguntas para reflexionar:
¿Estoy más enfocado en proteger mi fe que en compartirla?
¿Estoy dispuesto a ser malinterpretado, incomprendido o criticado por juntarme con los que Jesús estaría?
¿Qué pasaría si hoy, como Iglesia, saliéramos más allá de nuestros muros?
Amigos, Jesús dijo que la mies es mucho y pocos los obreros. En Conectar Global hemos encontrado una cosecha que necesita obreros.

Oración:
Señor, no quiero ser parte de una Iglesia encerrada. Quiero ser parte de tu cuerpo vivo, en movimiento, dispuesto a ir donde tú irías. Si tengo que ser herido por amar, que así sea. 

Si tengo que perder algo por salir, que lo pierda con gozo. Líbrame del miedo al mundo, y lléname del fuego de tu Espíritu para vivir con valentía y compasión. Amén.

Te animamos a que dones en el siguiente enlace https://conectarglobal.org/donaciones/ . Así nos apoyarás a seguir con este hermoso servicio de llegar a muchas más personas.

Y que hagas uno de nuestros cursos en ⁠www.conectarglobal.org⁠ que son sin costo alguno.

Creado y narrado por Juan Bravo. producido por Conectar Global

Dar clic a la siguiente imagen para entrar a los cursos

Si el mensaje ha hablado a tu vida, deja un comentario a continuación.