Devocional diario junio 01
Las pruebas de Abraham
Génesis 24:1 NTV
“Abraham ya era un hombre muy anciano, y el Señor lo había bendecido en todo.”
La Biblia nos dice que Abraham estaba viejo y en la recta final de su vida, pero hay un detalle en la vida de este hombre que me llama la atención, Dios lo bendijo en todo.
Yo creo que es al final de la vida cuando uno puede evaluar si fue bendecido o no y cuando uno llega al final de la vida de Abraham uno se da cuenta que Dios lo bendijo y lo bendijo en todo. Creo que una de las razones por las que Dios bendijo a Abraham en todo fue porque este hombre creyó en su llamado, obedeció su llamado y caminó en su llamado.
Nadie persevera en su llamado por inercia, es decir nada garantiza que por que empezaste vas a terminar, debemos ser intencionales, determinados y esforzados.
Génesis 12:1
“El Señor le había dicho a Abram: «Deja tú patria y a tus parientes y a la familia de tu padre, y vete a la tierra que yo te mostraré.”
La primera prueba que Abraham tuvo que superar fue la prueba de la comodidad. Lo más cómodo para Abraham hubiera sido cumplir su llamado en el lugar donde había vivido los últimos 75 años, pero el lugar de tu comodidad muchas veces no es el lugar de tu llamado. La persona carnal busca siempre un lugar de comodidad, la persona espiritual busca el lugar de su destino.
La Biblia nos deja muy claro que Dios está más preocupado por nuestro llamado y nuestro propósito que por nuestra comodidad.
El lugar más cómodo para José era la casa de su padre donde era el engreído, el lugar más cómodo para Moisés era el palacio del faraón, el lugar más cómodo para David era cantando salmos con las ovejas de su padre, pero Dios a todos los sacó de su comodidad y les enseño que el llamado, no es gratis, no es cómodo, no es fácil, requiere pagar un precio, requiere salir de nuestra comodidad, requiere nuestro mejor esfuerzo.
Génesis 14:21-24
“El rey de Sodoma le dijo a Abram: Devuélveme a mi pueblo, el cual fue capturado; pero puedes quedarte con todos los bienes que recuperaste.
Abram le respondió al rey de Sodoma:
Juro solemnemente ante el Señor, Dios Altísimo, Creador de los cielos y la tierra, que no tomaré nada de lo que a ti te pertenece, ni un simple hilo ni la correa de una sandalia. De otro modo, podrías decir: “Yo soy quien enriqueció a Abram”. Aceptaré solamente lo que mis jóvenes guerreros ya han comido, y pido que tú entregues una porción justa de los bienes a mis aliados: Aner, Escol y Mamre.”
El dinero es una de las razones primordiales por las que las personas se desvían de su llamado y esa fue la prueba que tuvo que afrontar Abraham.
Jesús lo dijo muy claro: No podemos servir a 2 señores, servimos a Dios o servimos a las riquezas.
Si caminamos en nuestro llamado, la prosperidad es una añadidura, no debe ser nuestra prioridad. “El dinero es un buen siervo, pero un mal amo.” Nunca tus decisiones sean basadas en el dinero sino en Su Palabra.
Génesis 15.1
“Tiempo después, el Señor le habló a Abram en una visión y le dijo: No temas, Abram, porque yo te protegeré, y tu recompensa será grande.”
Si Dios le dijo a Abraham “No temas” es porque eso era justamente lo que tenía Abraham: temor. Esta prueba que tuvo que superar Abraham fue la prueba de la fe, Abraham había vencido a 4 reyes de su época y de pronto empezó a tener temor por las represalias de estos reyes. Dios sabía que Abraham necesitaba aprender a vencer sus temores y empezar a caminar por fe si quería cumplir con su llamado.
Dios le estaba diciendo a Abraham si tu caminas en tu llamado vas a recibir tu recompensa.