Es Tiempo de Conectar, abril 015
Luchando con la autoridad
“ La piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular: esto es obra del Señor, y nos deja maravillados. ” (Marcos 12:10-11)
Mientras se encuentra en el Templo, los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos se enfrentan a Jesús y cuestionan su autoridad. En lugar de responderles directamente, Jesús los desafía con una pregunta sobre el bautismo de Juan el Bautista, lo que pone de manifiesto su miedo a la verdad y su falta de sinceridad. Este encuentro muestra que la autoridad de Dios está en Jesús, lo cual sorprende y molesta a quienes confían en el poder y control humanos.
Para el aprendiz de Cristo, luchar con la autoridad es una parte natural de nuestro entrenamiento. A menudo nos resistimos a la autoridad del amor y la verdad de Dios en nuestras vidas porque nos enfrenta a realidades incómodas: nuestro pecado, nuestro orgullo y nuestra necesidad de arrepentimiento. Sin embargo, a medida que crecemos en nuestro aprendizaje, aprendemos a someternos a la autoridad de Jesús , confiando en que está basada en el amor y la verdad.
En Marcos 12:1-12, Jesús cuenta la parábola de los labradores, una acusación directa a los líderes religiosos de Israel . El terrateniente, que representa a Dios, confía su viña (Israel) a los labradores, quienes maltratan y matan a los sirvientes (profetas) que Él envía. Finalmente, el terrateniente envía a su hijo amado, a quien los labradores también matan. Esta parábola presagia el rechazo y la crucifixión de Jesús por parte de aquellos que estaban destinados a administrar la verdad de Dios .
La Palabra de Dios es una espada de dos filos (Hebreos 4:12), que corta nuestras “defensas” o barreras internas con las cuales buscamos protegernos, tales como, excusas, orgullo, apariencias, miedo, o incluso autoengaño y muestra lo que hay en nuestro corazón.
Nos llama al arrepentimiento y a la rendición, recordándonos que toda la autoridad pertenece a Dios. Para el aprendiz, esta verdad cortante es a la vez dolorosa y sanadora. Desmantela nuestras ilusiones de control y nos invita a vivir bajo la autoridad de Jesús, la verdadera piedra angular de nuestra fe (Salmo 118:22).
De aprendiz a practicante
Como aprendices de Jesús, comenzamos observando sus acciones, luchando con sus enseñanzas y aprendiendo lentamente a vivir bajo su autoridad. Este viaje requiere humildad, confianza y entrega. Con el tiempo, a medida que crecemos en la fe, comenzamos a asumir el papel de practicantes: participamos activamente en la obra de Dios, hablamos de su verdad y caminamos bajo su autoridad.
Los practicantes saben lo que significa vivir bajo la autoridad de Jesús porque han experimentado la transformación que conlleva. Entienden el costo del discipulado y la alegría de la entrega. Dan fruto en sus vidas porque han permitido que la verdad de Dios eche raíces en sus corazones y crezca.
La autoridad de Dios no tiene que ver con el control o la dominación, sino con el amor. Los líderes religiosos de este pasaje rechazaron a Jesús porque no comprendieron la naturaleza de la autoridad de Dios. La vieron como una amenaza a su poder, no como el poder vivificante y redentor que realmente es. Para el aprendiz, aprender a confiar en la autoridad de Dios significa reconocer que sus mandamientos y verdades siempre tienen su raíz en el amor y son para nuestro bien (Jeremías 29:11).
Puntos claves
La Palabra de Dios expone y sana
La autoridad de Jesús nos confronta con la verdad de nuestra condición, pero también nos ofrece la gracia y la sanación que necesitamos para crecer.
El aprendizaje requiere entrega
Luchar con la autoridad es parte de la jornada, pero a medida que aprendemos a confiar en Dios, nos convertimos en practicantes que vivimos Su verdad en el mundo.
La autoridad de Dios tiene su raíz en el amor
La autoridad de Jesús no consiste en el poder por sí mismo; se trata de restaurarnos a una relación correcta con Dios a través de Su amor.
Preguntas de reflexión
¿En qué áreas de tu vida estás luchando por rendirte a la autoridad de Dios?
A medida que creces en tu aprendizaje, ¿cómo está Jesús formándote para vivir como alguien que pone en práctica Su verdad y da testimonio de Su amor?
Oración
Señor Jesús, tu autoridad nos asombra y también nos humilla. Tu verdad traspasa nuestro orgullo y expone nuestra necesidad de Ti. Enséñanos a confiar en Tu amor y a rendirnos a Tu autoridad. Fórmanos como aprendices que se conviertan en practicantes de Tu verdad, andando en Tus caminos y dando fruto para Tu reino. Amén.
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Escrito por Jen Wilson, narrado por Juan Bravo, producido por Conectar Global