Es Tiempo de Conectar, junio 03

Camina con Dios en medio de la adversidad

Muchas personas caminan por el mundo buscando riqueza, poder o fama pero lo que realmente necesitan es un propósito por el cual vivir.

Recuerda que la persona más pobre no es la que no tiene dinero, sino la que no tiene propósito, sin propósito en la vida lo único que estás haciendo es envejecer.

Una persona que camina por la vida sin propósito, no sabe dónde está parado, ni tampoco tiene idea para dónde va. Pero la persona que entendió que no está en la tierra por casualidad sino que tiene un propósito predestinado por Dios son aquellos que pueden alcanzar su máximo potencial. Ahora, el hecho de que todos tengamos un destino no nos asegura que lo vamos alcanzar, debemos entender que vamos a tener que poner de nuestra parte.

Es imposible cumplir el propósito de Dios si vivimos una vida liviana de pecado. Si queremos cumplir con nuestro propósito debemos vivir en integridad y santidad.

Y la santidad no significa ser aburrido ni fanático, la santidad significa vivir obedeciendo a Dios.

Muchos son los que han decidido seguir la corriente del mundo la cual no te lleva a ningún lado, otros hemos decidido seguir a Dios y cumplir con nuestro destino.

1 Samuel 30: 1-6 “Al tercer día, David y sus hombres fueron a Siclag, y se dieron cuenta de que los amalecitas habían invadido el Néguev, y de que a Siclag la habían asolado y le habían prendido fuego.

Habían capturado a las mujeres y a todos los que vivían allí, chicos y grandes, aunque no habían matado a nadie; simplemente se los habían llevado cautivos. Cuando David y sus hombres llegaron a Siclag y vieron que la ciudad había sido incendiada y que las mujeres y sus hijos habían sido capturados, se pusieron tan tristes que lloraron a voz en cuello, hasta que se cansaron.

Entre las cautivas estaban las dos mujeres de David, es decir, Ajinoán la jezreelita y Abigaíl, la viuda de Nabal.

David se angustió porque todo el pueblo quería apedrearlo, pues les dolía haber perdido a sus hijas y a sus hijos, pero halló fuerzas en el Señor su Dios.”

Qué panorama el que encontró David; imagina que llegas a casa después de un largo día de trabajo y en vez de llegar a descansar encuentras tu casa incendiada, tremenda crisis y lo peor de todo es que tu familia ha sido secuestrada.

Qué gran ejemplo el que aprendemos de David cuando todo va mal en tu área familiar o en tu vida económica, cuando no hay nada qué hacer humanamente hablando, sientes que estás inundado de cosas malas, todo está en tu contra, y lo peor es que has perdido a tus hijos… ¿Qué hizo David? Halló fuerzas en el Señor su Dios. Otra versión nos dice, “se fortaleció en Jehová su Dios.”

Ábrete paso en medio de la adversidad pues mientras más grande sea, tu destino será aún más grande.

Piensa un momento en el ejemplo de David, el enemigo y la adversidad más grande que siendo joven tuvo que enfrentar fue a un gigante llamado Goliat, pero David vio a Goliat no como un problema sino como la oportunidad que Dios le estaba dando para honrar al rey de Israel y defender la dignidad de su pueblo.

Dios usó el desafío que tuvo David para promoverlo, porque David enfrentó la adversidad con la actitud correcta.

El gran problema de la vida no son las adversidades, sino cómo respondemos frente a ellas. Cuando uno responde con la actitud correcta, la adversidad en vez de aplastarte te impulsa a un mayor nivel.

Muchas veces Dios usa la adversidad para ensanchar nuestra visión. Muchas veces Dios usa la adversidad para que aprendamos a confiar en Él.

Es en los momentos de adversidad que debemos estirar nuestra fe al máximo y es ahí cuando nuestra fe crece y se fortalece.

Es en los momentos de adversidad que nuestro carácter es formado por Dios y Dios saca lo mejor de nosotros.

Puedes convertir a la adversidad en un aliado que te impulse a alcanzar tu destino.

V.4, “David lloró hasta que le faltaron las fuerzas para llorar.”

David abrió su corazón y se desahogó con Dios.

Me imagino a David preguntándose, ¿Señor por qué? ¿Dónde estás ¡Dios!? He sido obediente, consagrado, maté a un gigante, defendí a tu pueblo y tu me ayudaste. Soy líder, te amo… ¿por qué me pasan estas cosas?

Lo primero que hizo David para enfrentar la crisis fue abrir su corazón y desahogarse con Dios… hasta que las fuerzas se acabaron, hasta que se cansó de llorar. David aprendió a que en momentos de prueba, de dolor y de angustia es importante abrir nuestros corazones y no guardarnos las cosas.

Algo que debemos entender es que sin importar quienes somos o el tiempo que llevamos siendo cristianos, nada nos vacuna contra situaciones difíciles. No existe un antídoto contra el dolor y no podremos aparentar que todo va bien ¿pero qué haces en tu peor día?

Abraham lloró cuando murió su esposa.
A Ezequías le dijeron que se moriría y lloró amargamente.
Pedro negó a Jesús y lloró fuertemente.
Pablo, cuando estaba encarcelado lloró.
Jesús, lloró antes y llora contigo ahora.

Podemos pasar la noche llorando pero a la mañana vendrá la alegría.

Salmo 30:5, “Su enojo dura sólo un momento, pero su bondad dura toda la vida. Tal vez lloremos durante la noche, pero en la mañana saltaremos de alegría.”

Hay personas que han luchado en una área de su vida por mucho tiempo y eventualmente han aceptado la derrota.

Dicen,
Siempre he tenido esta enfermedad, nunca voy a mejorar.
Siempre he sido pobre, vengo de una familia pobre, nunca voy a prosperar.
Siempre he esperado casarme pero nunca me voy a casar.

Estos y muchos otros pensamientos nos quieren derribar pero quiero decirte que aunque el diablo te golpee por fuera, siempre podrás levantarte por dentro.

Siempre que te levantes por dentro y te determines a no retroceder, Dios podrá obrar sobrenaturalmente en tu vida y darnos la victoria.

Si decides levantarte por dentro, ninguna adversidad o circunstancia podrá mantenerte derribado.

Las circunstancias y los problemas cambian cuando yo decido mantenerme en pie.

Hay momentos en la vida de todo cristiano donde hemos orado, nos hemos parado en fe, pero al parecer nada ha cambiado, pero es en esos momentos donde debes determinar mantenerte firme y no retroceder.

Debes demostrarle al enemigo que estás más determinado que él.
Debes demostrarle al enemigo que aunque él te pegue con todo lo que tiene, no va lograr hacerte retroceder.
Debes demostrarle al enemigo que aunque él te haga caer, no te vas a quedar en el suelo sino que te vas a levantar y vas a continuar caminando con Dios en medio de la adversidad.

17-19 “David, aprovechando su descuido, los hirió de muerte durante todo ese día y hasta la tarde del día siguiente, sin dejar con vida más que a cuatrocientos jóvenes que huyeron montados en sus camellos.

Después de que David recuperó todo lo que los amalecitas habían robado, liberó también a sus dos mujeres.

David recuperó todo, sin que le faltara absolutamente nada, por pequeña que fuera, y los hijos y las hijas las devolvió David a sus padres.”

Cuando caminas de la mano del Espíritu Santo podrás recuperar todo, y cuando digo todo es TODO.

A veces pensamos que perdimos años de nuestra vida, que debimos haber tomado decisiones mucho antes, pero Dios te dice que lo recuperarás todo.

Recuperarás tu salud.
Recuperarás tu familia.
Recuperarás tu casa.

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