Es Tiempo de Conectar, mayo 13

Resucitando tus sueños

“Así que las dos hermanas le enviaron un mensaje a Jesús que decía: «Señor, tu querido amigo está muy enfermo». Cuando Jesús oyó la noticia, dijo: «La enfermedad de Lázaro no acabará en muerte. Al contrario, sucedió para la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios reciba gloria como resultado.” Juan 11:3-4 NTV.

El mismo Jesús que tuvo la gracia y el poder para resucitar a Lázaro tiene el poder para hacer los mismo con tus sueños.

Por más que el diagnóstico de Lázaro era fatal, Jesús dijo que la enfermedad de Lázaro no iba a acabar en muerte.

Nosotros debemos soplar esperanza sobre nuestros sueños.

No des tu sueño por muerto, por más que en años has visto que nada sucede, esto no significa que no va a suceder. Sí quieres que tus sueños permanezcan con vida, no puedes hablar sobre ellos muerte.

Muchos creen en la validez de sus sueños, sin embargo no creen en el Dios de imposibles y declaran muerte sobre ellos.

Jesús dijo que Lázaro no iba a morir y que su enfermedad estaba ocurriendo era para glorificar a Dios.

¡No creas que eso ha muerto porque lo que Dios quiere hacer a través de esto es, que su gloria sea manifestada!

Cuando pensamos que no hay salida, que ya todo terminó, que no hay nada que hacer, ¡DIOS TE DICE QUE VERÁS SU GLORIA EN ESTE ASUNTO!

La Biblia dice que se cree con el corazón pero con la boca se confiesa para salvación.

Debo recordarte que nuestras palabras tienen poder creativo.

Crees con el corazón, pero estableces con tu boca.
Crees con el corazón, pero afirmas con tu boca.
Crees con el corazón, pero desatas con tu boca.

Así que no basta con creer, hay qué confesar.

Cuando declaramos algo, sea bueno o malo, damos vida a lo que estamos diciendo. El diablo te quiere mudo o que seas negativo, que creas mucho pero no confieses nada.

Que digas cosas negativas sobre ti mismo, sobre tu familia y tu futuro. No confieses algo que no esté alineado con tus sueños.

El predicador Joel Osteen dijo: “Envía tus palabras en la dirección a la que quieres que vayan tus sueños. Con tus palabras estás profetizando tu futuro. No puedes hablar de derrota y esperar tener victoria, no puedes confesar escasez y esperar tener abundancia.

Lázaro no va a morir, mis sueños no van a morir, porque sí Dios lo dijo, entonces yo lo creo y si lo creo, Dios lo hace.

Todo lo que está pasando en tu vida va a ser para la gloria de Dios.

Alimenta tus sueños con las promesas de Dios, de esta manera le pones alas a tus sueños.

Hablemos las cosas que no son, como si fueran.

La realidad decía que Lázaro iba a morir. Dios dice, tu sueño va a vivir en el nombre de Jesús.

“Aunque Jesús amaba a Marta, a María y a Lázaro, se quedó donde estaba dos días más. Pasado ese tiempo, les dijo a sus discípulos: Volvamos a Judea.
Pero sus discípulos se opusieron diciendo: Rabí, hace solo unos días, la gente de Judea trató de apedrearte. ¿Irás allí de nuevo?
Jesús contestó: Cada día tiene doce horas de luz. Durante el día, la gente puede andar segura y puede ver porque tiene la luz de este mundo; pero de noche se corre el peligro de tropezar, porque no hay luz.

Después agregó: Nuestro amigo Lázaro se ha dormido, pero ahora iré a despertarlo.” Juan 11:5, 7-11 NTV.

Sus amigos, los hermanos de Lázaro seguro esperaban que ni bien Jesús se enterara de la gravedad de Lázaro fuera de inmediato, pero dice la Biblia que todavía se quedó dos días más.

Para la gente se demoró pero Jesús estaba esperando el tiempo perfecto.

Para la familia estaba llegando tarde pero Jesús llegaba en el momento exacto.
Para todos, Dios se está demorando mucho en bendecirte, pero Él tiene su tiempo. ¡En el reloj de Dios, llegó mi hora!

Debemos aprender a entender los tiempos de Dios.

Las hermanas le dijeron ¿por qué te tardaste? Dios nunca llega tarde, Él siempre va a llegar a tiempo.

Muchos piensan que sus sueños están muertos pero en realidad están es dormidos.

Jesús dice: voy a despertarlos.

Hay una gran diferencia entre un sueño que está muerto, y otro que está dormido. Uno está sembrado y otro está enterrado. Crece por dentro para que puedas crecer por fuera.

Quizá aún tu sueño no lo tienes en tus manos pero que viene, viene. A Dios no se le ha pasado la hora. ¡El sueño viene en camino en el nombre de Jesús! No abortes tus sueños por falta de paciencia.

De repente sientes que eso ya se murió dentro de ti porque Jesús se ha demorado bastante en responderte, que ya han pasado varios días, meses y hasta años y nada sucede.

Es con Fe y con paciencia que se cumplen las promesas. Nunca se pierde el tiempo si se está esperando en Dios.

Tenemos la fe para creer, pero no la paciencia para esperar el tiempo de Dios. El tiempo de Dios es el tiempo perfecto para tu vida.

Gálatas 6:9, «No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.»

No te canses, Dios no ha tirado la toalla contigo, no desmayes hasta alcanzar tu milagro.
Aunque para ti se esté demorando, El está esperando el tiempo perfecto para hacerlo pero hoy puede ser el día del milagro de que dentro de ti haya resurrección. Pero aprende a creer en sus tiempos.

(Juan 11:16 NTV) Tomás, al que apodaban el Gemelo, le dijo a los otros discípulos: «Vamos nosotros también y moriremos con Jesús».

No le hagas caso a tu Tomás pues Tomás representa ese espíritu de incredulidad y de temor. Tomás dice nunca lo vas a lograr, es imposible.

Si recordamos, él siempre tuvo un pero cuando todos querían ir en una dirección. Si le hacemos caso a Tomás nunca hubiera resucitado Lázaro.

Y todos tenemos un Tomás adentro que siempre quiere sabotearnos, que siempre quiere ir en contra de lo que todo nuestro ser quiere hacer.

Tomás se pone en el camino para que Lázaro no resucite.

Cuando ese Tomás toque la puerta de tu corazón, envía a la fe para que le responda.

««Corran la piedra a un lado», les dijo Jesús.

Entonces Marta, la hermana del muerto, protestó: Señor, hace cuatro días que murió. Debe haber un olor espantoso. Jesús respondió: ¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?

Así que corrieron la piedra a un lado.

Entonces Jesús miró al cielo y dijo: «Padre, gracias por haberme oído. Tú siempre me oyes, pero lo dije en voz alta por el bien de toda esta gente que está aquí, para que crean que tú me enviaste».

Y el muerto salió de la tumba con las manos y los pies envueltos con vendas de entierro y la cabeza enrollada en un lienzo.

Jesús les dijo: «¡Quítenle las vendas y déjenlo ir!»» Juan 11:39-44 NTV .

El hecho de que Jesús no haya respondido a tus oraciones o cumplido tus sueños, no significa que Dios no te ame. Si crees verás la GLORIA DE DIOS.

No sé donde quedaron enterrados tus sueños pero sí sé que hasta ese lugar puede llegar Jesus.

Jesús ordenó que movieran la piedra, Él no la movió porque Él quiere que tú hagas tu parte.

Dios nunca va a hacer algo por nosotros que nosotros podamos hacer. En la mayoría de milagros, Dios no hará nada que el hombre pueda hacer. Tú haces lo natural y Dios hará lo sobrenatural.

Tú haces lo posible y Dios hace lo imposible. Haz tu parte y actúa por tus sueños.

Algunas personas quieren que algo ocurra, otras sueñan con que pase, otras hacen que suceda. Debes aprender lo que significa, mover la piedra.

Tu mueves la piedra y Él hace el milagro.

Sin importar el tiempo que lleva muerto tu sueño, ¡Dios te dice LEVÁNTATE!

Quítale las vendas, déjenlo ir.

Desempolva tus sueños, quítale las vendas y déjalo ir.

Hoy El Señor declara lo mismo para ti, que salgas y que las vendas que te ataban a seguir teniendo eso muerto y tenerte paralizada, te sean quitadas y podrás ir en pos del propósito establecido por Dios para ti.

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