Es Tiempo de Conectar, marzo 15

Antes que la lámpara se apague

1 Samuel 3:3, 10-13 “La lámpara de Dios aún no se había apagado, y Samuel estaba dormido en el tabernáculo cerca del arca de Dios. Y el Señor vino y llamó igual que antes:

¡Samuel! ¡Samuel! Y Samuel respondió: Habla, que tu siervo escucha.

Entonces el Señor le dijo a Samuel:

—Estoy por hacer algo espantoso en Israel. Llevaré a cabo todas mis amenazas contra Elí y su familia, de principio a fin. Le advertí que viene juicio sobre su familia para siempre, porque sus hijos blasfeman a Dios y él no los ha disciplinado.”

Dios le dijo a Samuel: «Necesito hablar contigo antes que la lámpara se apague.»

La lámpara no se apaga de la noche a la mañana sino que hay un momento donde Dios nos ofrece más oportunidades. Elí debía postrarse de rodillas al escuchar lo que Dios había dicho acerca de él y de sus propios hijos. Cuando Él nos habla quiere provocar en nosotros un cambio pero Elí no hizo las correcciones que necesitaba hacer.

Dios también nos da muchas oportunidades de CAMBIAR antes que la lámpara se apague del todo y el Espíritu Santo nos dice: «Sigo empecinado contigo, no te voy a dejar, sigo creyendo en ti pero necesito que cambies lo que sabes que debes cambiar.»

Esa permisividad de Elí no empezó con cosas grandes sino con pequeñas cosas, como dice la biblia «… Las pequeñas zorras echan a perder las grandes viñas.»

Pequeñas permisiones echan a perder grandes llamados. Dios puede querer algo grande con nosotros pero nosotros mismos podemos frustrarlo si es que no cambiamos.

Somos permisivos con la ira, con los celos, con la envidia, permisivos con el orgullo o con actitudes incorrectas, somos permisivos con los cosas que vemos u oímos o lo que hacemos… y así el enemigo empieza a poner pequeñas dosis de veneno en nuestro corazón pues dejamos de estar en el secreto de Dios y comenzamos a tener secretos con nuestras inclinaciones pecaminosas.

Todo esto sucedió en el capítulo 3 y en el 4 se van a la guerra como si nada!!!

Así como si nada, sin darnos cuenta permitimos que la lámpara de Dios se apague en nuestras vidas como cuando pasamos horas frente al televisor o el internet y minutos en la oración.

Perdemos sensibilidad espiritual y terminamos creyendo, como ellos, que por tener la intención de traer el “arca” o visitar la iglesia, estamos súper bien con Dios. Recuerda, no podemos reemplazar el mero hecho de traer el arca con lo que debimos haber solucionado en el secreto con Dios.

La comunión con Dios no se reemplaza con nada… ni con servicio, ni con cantar canciones cristianas, ni con dar mucho dinero. ¿Dónde estás tú cuando Dios quiere hablarte?

Éxodo 27:20 “Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas.”

Las lámparas deben estar ardiendo continuamente.

1 Tesalonicenses 5:19 dice, “No apaguéis al Espíritu.”

Razones por las que la lámpara se apaga:

a. Tienes un mal hábito que es como un veneno paralizador y ese hábito produce culpabilidad.
b. Con la falta de oración tu conexión con Dios se vuelve nula pues la oración no es una puerta de emergencia sino que es un estilo de vida.
c. Cuando no respondes con fe.

La lámpara es lo que Dios tiene para ti en un futuro: tus sueños y las promesas cumplidas.

Antes de que la lámpara se apague en tu vida, Dios me permite hablarte por medio de esta corta reflexión diaria.
Antes que la lámpara se apague, líder, reacciona antes que seas el eco de lo que fue la voz de Dios. Tú tienes el potencial para ser la luz del mundo pero necesitas encender el interruptor. Esfuérzate por mantener tu lámpara encendida.

Salmo 18:28 “Tú, Señor, mantienes mi lámpara encendida; tú, Dios mío, iluminas mis tinieblas.”

Solo Dios puede volver a encender nuestra lámpara.

Debemos buscarle como dice en Romanos 12:11 «En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.»

¿Qué tan cerca sientes a Dios?

La mayoría me podría responder: «Sé que hay más de lo que hasta ahora he experimentado, pero ¿cómo me hago amigo del Espíritu Santo?, ¿cuál es ese fervor del que habla la Biblia?»

Fervor es entusiasmo, dedicación y respeto con que se hace algo y Dios pide de ti que aun cuando tu naturaleza pecaminosa quiere jalar, tienes que mantener tu entusiasmo, dedicación y respeto por el Espíritu Santo.

Quien no tiene amistad con Dios es como un carro que no tiene motor. ¿Se imaginan un carro sin motor? Pues no anda, lo que hace andar un carro es el motor. De la misma manera la presencia de Dios es lo que hace que un cristiano camine con su lámpara encendida.

Salmo 5:3 «Señor, escucha mi voz por la mañana; cada mañana llevo a ti mis peticiones y quedo a la espera.»

Cuando Dios ocupa el primer lugar en tu vida, lo buscas con entusiasmo, lo buscas mientras pueda ser hallado, lo buscas con dedicación hasta encontrarlo, vives ferviente y con tu lámpara encendida.

La oración nos lleva al nivel más alto de nuestra relación con Dios así que antes que la lámpara se apague, búscalo fervientemente.

Antes que la lámpara se apague, quédate con Dios cuando todos se vayan. Antes que la lámpara se apague, dile: «Enciéndeme para vivir para ti.»

Si el mensaje ha hablado a tu vida, deja un comentario a continuación.