▷El Espíritu Santo nos enseña

Es Tiempo de Conectar, abril 16

El Espíritu Santo nos enseña

«Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho.” Juan 14:26.

¿Quién es el que nos enseña? Pues el Espíritu Santo y ¡qué gran Maestro tenemos!

En algún momento de nuestra vida la Palabra de Dios nos parecía difícil de entender, nos parecía hasta aburrida, como si hubiera habido un velo que nos impedía comprender la revelación de Dios. Sin embargo, qué diferencia tan grande cuando pedimos al Espíritu Santo que nos enseñe y que nos dé entendimiento.

¿Qué le dice Dios a Moisés?

“¡Ahora ve! Yo estaré contigo cuando hables y te enseñaré lo que debes decir.” Éxodo 4:12.

Yo mismo lo he comprobado una y otra vez cuando me ha respaldado en momentos que lo he necesitado.

Nos conviene mantener un corazón enseñable siempre dispuesto, siempre amantes de Su Palabra que nos alimenta y que sale de la boca de Dios.

Si crees que te falta sabiduría, Santiago 1:5 dice que podemos pedírsela a Dios y nos la dará abundantemente y sin reproche.

Pídele a tu Dios y si no tienes, es porque no pides.

Pídele a tu Dios que te revele Su Palabra, que sea Él mismo quien te enseñe y vas a ser sorprendido.

La gente paga mucho dinero en postgrados, en maestrías y en especializaciones pero aprender de Dios y que Él mismo sea el que nos enseñe no tiene igual.

Nehemías 9:20, «Y enviaste tu buen Espíritu para enseñarles, y no retiraste tu maná de su boca, y agua les diste para su sed.»

¿Quién es tu maestro? El Espíritu Santo.

Dile conmigo: «Yo quiero aprender de ti.»

La gran mayoría de las veces no sé ni qué decir, pero estoy a los pies de mi Maestro y como dice Lucas 12:12 «porque en ese momento el Espíritu Santo les enseñará lo que deben responder.»

Él pone sus palabras, pone sus versículos en mi boca. Yo sin Él no soy nada, no valen mis títulos ni mi profesión, ni el carisma, ni el liderazgo, ni la elocuencia, tiene inmenso valor cuando somos enseñados por el Espíritu Santo.

Debes recordar que a lo vil y a lo menospreciado escogió Dios para avergonzar a los sabios. No importa qué tan grandes sean mis problemas, mi Dios es más grande que ellos y Él me dirá todo lo que tenemos que hablar.

Que hoy nuestra oración sea como la del Salmos 143:10 «Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Que tu buen Espíritu me guíe por un terreno sin obstáculos.»

Que no nos desviemos ni a derecha ni a izquierda, queremos hacer tu voluntad, Dios. Enséñame el camino por el que debo andar, dame la sabiduría que necesito en mis estudios, en mi trabajo y en mi hogar. Revélate a mí y muéstrame con quiénes debo hacer alianzas y de quienes debo alejarme.

Salmo 51:6 dice: “Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo; en lo secreto me has enseñado sabiduría.”

Abre mis ojos para verte y aprender de cada una de tus enseñanzas.

Mi corazón y mi mente están receptivos a ti y voy a leer la Biblia buscando una promesa y no la voy a dejar hasta que me enseñes algo para obedecer.

Dulce Espíritu, habla a mi corazón, eres mi tesoro, eres mi pasión.

Salmo 32:8 “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.”

Abre mis ojos y revela tus palabras para mi vida. Solo tú tienes palabras de vida eterna… Pueden haber diagnósticos de muerte, pero Dios nos ofrece vida. Mientras que el enemigo vino para robarte, matarte y destruirte… Dios hoy derrama vida y vida en abundancia para ti.

Vamos a contemplarte, Señor. La Palabra se nos revelará, hasta que no pueda respirar, estudiaré más de ti, tendré un corazón enseñable y a tus pies me mantendré para aprender todo lo que tienes para mí.

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