
Es Tiempo de Conectar, febrero 007
¡Pídeme!
“Yo proclamaré el decreto del Señor: Tú eres mi hijo, me ha dicho, hoy mismo te he engendrado.
Pídeme, y como herencia te entregaré las naciones; serán tu propiedad los confines de la tierra.”
¡Hoy Dios decreta que eres su hijo (a), no estás huérfano. WOW! No hay privilegio más grande que ser hijo de Dios.
Luis, amigo pastor de Bogotá nos contó un día cómo siendo un niño de aproximadamente 5 años su mamá lo llevó al centro de la ciudad, lo paró en una esquina y le dijo: quédate aquí, no te muevas que ya regreso. Su mamá nunca regresó y hasta el día de hoy no la volvió a ver. Fue recogido eventualmente por alguien quien lo llevó a una institución gubernamental donde creció hasta ser mayor de edad. Luis conoció a Jesús y ya es hijo de Dios.
Para llegar a ser un hijo de Dios, se requieren varias cosas:
1) Ser engendrado por Dios.
2) Conocer al Padre.
3) Llevar una vida coherente.
4) Servir en los negocios del Padre.
5) Pedir al Padre como hijo.
6) Disfrutar de la herencia que el Padre tiene para sus hijos.
Recuerdo siendo empresario en los años 90 cuando leí este salmo, específicamente donde dice, “pídeme y te daré por herencia las naciones.” Con mi esposa comenzamos a orar inspirados en este salmo y para decir verdad fuimos algo ingenuos y no sabíamos a ciencia cierta lo que estábamos pidiendo.
Aprendí luego que debemos tener cuidado con lo que oramos. No éramos los más caificados, de hecho éramos y seguimos siendo muy poco preparados, pero es Dios el que nos capacita para hacer cosas grandes que nunca habíamos soñado.
Sin embargo oramos de una manera tímida esta oración: Señor danos las naciones, sin saber exactamente cómo iba a suceder esto.
Mirando hacia atrás veo que Dios comenzó a hacer incómodo nuestro nido, incomodó nuestro espacio y nuestra zona cómoda con el propósito de darnos lo que le estábamos pidiendo y al cabo de pocos años terminamos sirviendo en una organización cristiana internacional con impacto en todo el mundo y tuve el privilegio de viajar por el mundo.
¡Dios cumplió nuestra tímida petición, la hizo realidad!
Este devocional está siendo escuchado en aproximadamente 40 países y hemos tenido hispano hablantes que viven en el mismo número de países quienes han comenzado uno de los cursos producidos por Conectar Global.
Dice el salmo, “¡eres mi hijo, pídeme!
Llegamos a ser hijos de Dios aceptando a Jesús, invítalo a tu vida en este momento.
Dile, Jesús, ven a mi vida, perdona mis pecados, mi autosuficiencia, mi orgullo, lávame en tu Sangre derramada en la Cruz y lléname del Espíritu Santo. Amén.
Si esta reflexión ha hablado a tu vida, déjanos tu comentario, comparte con otros y suscríbete al canal.
https://www.youtube.com/channel/UCjAQ1K6ZSVAl0pheA3NVdIw/?sub_confirmation=1
Te animo a que hagas uno de nuestros cursos en www.conectarglobal.org que son sin costo alguno.