▷Conquistando siempre sin desmayar

Es Tiempo de Conectar, junio 04

Conquistando siempre sin desmayar

Josué 10: 5 “Entonces los cinco reyes amorreos de Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis y Eglón se unieron y marcharon con sus ejércitos para acampar frente a Gabaón y atacarla.”

Cuando leemos el libro de Josué nos damos cuenta de que si bien Dios entregó a Israel la tierra prometida, tuvieron muchos obstáculos y enemigos qué enfrentar.

Si no encuentras obstáculos es porque seguramente tus sueños no son lo suficientemente grandes, pero si sueñas en grande y le crees a Dios, seguramente los obstáculos van a aparecer. Por más obstáculos que encuentres en el camino, supéralos y que nada ni nadie te detenga pero no olvides que quizás el obstáculo más grande eres tú mismo.

En Josué 10:6 “Los gabaonitas, por su parte, enviaron el siguiente mensaje a Josué, que estaba en Gilgal: «No abandone usted a estos siervos suyos. ¡Venga de inmediato y sálvenos! Necesitamos su ayuda, porque todos los reyes amorreos de la región montañosa se han aliado contra nosotros.”

Cuando el rey de Gabaón le pidió ayuda a Josué, este no se la negó..

Tu y Dios son mayoría, cada día pídele su ayuda para cada proyecto, para cada tarea, para tus reuniones… dile ¡Ayúdame Dios, sin ti no puedo!

V.8 “Y el Señor le dijo a Josué: «No tiembles ante ellos, pues yo te los entrego; ninguno de ellos podrá resistirte.”

Cada que uno se lanza hacia la conquista, a emprender cosas nuevas, suelen aparecer temores, el mismo Josué siendo el gran general del pueblo de Israel los tuvo.

Pero el temor desaparece cuando recibimos una palabra de Dios; Dios le dijo a Josué, no temas porque yo los he entregado en tu mano y ninguno de ellos prevalecerá contra ti.

Si tú caminas con Dios, su protección está sobre tí en cada momento, así que no temas.

Quienes están parados en la Palabra, saben que con Cristo no hay de qué temer, porque aun cuando nos sucedan cosas adversas “sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28.

La Biblia contiene 365 versículos sobre el temor; uno para cada día del año.

El temor hace que pongamos nuestra mirada en las circunstancias y que le demos más crédito a nuestros cinco sentidos y lo que éstos nos muestran nos parece tan real que terminamos quitando los ojos de la Palabra de Dios.

Así es como entra la duda, la incredulidad y el temor y esto ata las manos de Dios. ¡Todo ello proviene del diablo que quiere hacernos desconfiar del cuidado y la protección de Dios!

En estudios realizados en los Estados Unidos se llegó a la conclusión que lo que mueve a la mayor parte de la gente es el temor. Por ello, este sentimiento de temor es muy usado en el marketing y en la publicidad.

La industria farmacéutica hace fortunas con el temor a envejecer y es por esto que recomiendan tintes, maquillajes, cremas, vitaminas, hasta el viagra, etc.

La ciencia médica igualmente explota nuestros temores y nos ofrecen la liposucción, el peeling, las vitaminas en cápsulas y todos los métodos de detección temprana de enfermedades, al punto que hay gente que tiene fotos de todos sus órganos tomadas desde todos los ángulos.

¿Qué hay detrás de todo esto? Temor.

Igual, las compañías de seguros se han enriquecido con nuestros temores: temor de enfermar, temor de ser afectados por actos terroristas, temor a robos, asaltos, incendios, muertes, etc. Inclusive si tanta gente recurre a adivinos y hechiceros es porque buscan que alguien les hable de su futuro, que alguien les diga que aquello que temen nunca les va a ocurrir, que su esposo va a volver, que sus hijos van a conseguir empleo, etc.

¿Qué hay detrás de la lectura del horóscopo, de los amuletos, de las supersticiones? Pues nada menos que temor.

¿Qué hay detrás de una persona que no diezma y ofrenda? Incredulidad y temor a ser pobre.

¿Qué hay detrás del cristiano que no quiere servir como líder en su iglesia o en su comunidad? Incredulidad y temor de fracasar.

Hay quienes no dicen la verdad… por temor a ser expuestos.
Hay quienes abortan… por temor a enfrentar las consecuencias.
Hay quienes matan… por temor a ser delatados.
Hay quienes roban, por temor a pasar necesidad.

Y es que el temor es el peor de los consejeros y además el temor nos pone lazo, nos aprisiona y nos esclaviza.

Y es que al temer, abrimos puertas para que nos suceda exactamente lo que tememos.

Job 3:25, “Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía.”

1 Jn.4:18: “…el temor lleva en sí castigo…” Así que no permitamos que entre en nuestra vida.

Josué 10: 10-15, “A su vez, el Señor llenó de pánico a los amorreos ante la presencia del ejército israelita, y éste les infligió una tremenda derrota en Gabaón. A los que huyeron los persiguieron por el camino de Bet Jorón, y acabaron con ellos por toda la vía que va a Azeca y Maquedá.

Mientras los amorreos huían de Israel, entre Bet Jorón y Azeca, el Señor mandó del cielo una tremenda granizada que mató a más gente de la que el ejército israelita había matado a filo de espada.

Ese día en que el Señor entregó a los amorreos en manos de los israelitas, Josué le dijo al Señor en presencia de todo el pueblo: «Sol, detente en Gabaón, luna, párate sobre Ayalón.»

El sol se detuvo y la luna se paró, hasta que Israel se vengó de sus adversarios.

Esto está escrito en el libro de Jaser. Y, en efecto, el sol se detuvo en el cenit y no se movió de allí por casi un día entero. Nunca antes ni después ha habido un día como aquél; fue el día en que el Señor obedeció la orden de un *ser humano. ¡No cabe duda de que el Señor estaba peleando por Israel!

Al terminar todo, Josué regresó a Gilgal con todo el ejército israelita.”

Dios peleó por Israel hiriendo a sus enemigos con una lluvia de grandes piedras lanzadas desde el cielo.

Esto no solo me impacta por el hecho que Dios matara al ejército enemigo sino también porque vemos la muy buena puntería que tiene Dios porque con esas grandes piedras justo golpeaba sólo a los del ejército enemigo.

Cuando Josué vio que el pueblo de Israel estaba huyendo, le pidió al sol y a la luna que se detuvieran para tener tiempo de acabar con el ejército enemigo.

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