Es Tiempo de Conectar, enero 08

Marcos 5:21-24 «Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar. Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban.»

Jairo estaba necesitado de un milagro para su hija que agonizaba; quizás hoy tu esperanza está agonizando y necesitas un milagro a gritos, así que levántate y créele a Dios a pesar de que tus fuerzas están agonizando. Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre.

Un milagro es un hecho sobrenatural debido a una intervención divina. Ningún problema es demasiado grande para que Dios no intervenga, ni ninguna persona es demasiado pequeña para que no tenga la atención de Dios.

Jeremías 32:17, “¡Ah, Señor mi Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y la tierra. Para ti no hay nada imposible.”

¿Qué hizo Jairo para recibir su milagro?

Puso sus ojos en JESÚS pues cuando Jairo supo que Él estaba cerca, fue a buscarlo y lo encontró.

Muchos de los que necesitan un milagro primero tratan de resolver su problema por su cuenta, buscan doctores, buscan psicólogos, terapeutas, chamanes, amores que los saquen de su soledad.

Sin embargo, lo primero que debes hacer es buscar a Dios con todo tu corazón, con todas tus fuerzas, ver que está cerca de ti aunque no lo puedas sentir.

Pon tus ojos en Dios que Él sí sabe la situación por la que estás pasando.

Luego, la Biblia dice que se postró a sus pies.
Jairo no era cualquier persona, era un principal de la sinagoga, era alguien importante, era un líder con autoridad muy respetado. Pero cuando necesitó un milagro en la vida de su familia, lo que hizo fue postrarse a los pies del Maestro.

¿Te has llegado a postrar para que un milagro ocurra? ¿Has llegado a tal punto de desespero que lo único que te falta es postrarte ante Dios como el único recurso?

Toca dejar el orgullo de lado y postrarte, clamarle a Aquél que puede obrar un milagro en tu vida.

Caer de rodillas en oración con frecuencia, te mantendrá bien parado para con Dios.

Cuando te sientas caer, cae de rodillas.

Jairo clamó de una manera específica; oraciones específicas traen respuestas específicas.

Tu llamado pidiendo tu milagro hará que confieses con tu boca y creas con tu corazón que será hecho.

Pon en acción tu oración: Quiero ser sano de la columna, tócame Dios y sáname. Hoy estoy libre de este cáncer, de esta migraña, la gastritis te vas de mi vida en el nombre de Jesús.

La enfermedad es ilegal en los hijos de Dios.

V. 35, “Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?

V. 36, Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente.

V. 37, Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo.

V. 38, Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho.

V. 39, Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino que duerme.
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V. 40, Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña.

V 41, Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate.”

Hoy Dios nos dice lo mismo: ¡Levántate!

Tus sueños no están muertos sino que están dormidos y hay que despertarlos.
No temas, cree solamente pues la enfermedad será una oportunidad para demostrar la gloria de Dios. Cuando el temor toque a tu puerta, envía a tu fe a que le responda.

Mi oración por ti es que estés tan firme en tu fe, tan confiado en tu Dios, que suceda lo que suceda en tu vida, sabrás que Él tiene un propósito mayor con todo lo que está sucediendo.

Cuando paso por momento difíciles me repito a mí mismo: «No temo, CREO SOLAMENTE…”